saul ortega/CiudadVLC

La izquierda venezolana ha sufrido por muchos años el síndrome de enfermedades intelectuales, conocidas como desviaciones, éstas tienen su base en el no poder tener una comprensión del momento histórico y una errada evaluación de la coyuntura en la que se lucha.

En el caso venezolano estuvo peregrinando entre el foquismo y el electoralismo sin dar respuesta a las luchas del pueblo, por ninguna de las vías transitadas, era difícil convencer a los líderes de revisar el camino transitado, fue Hugo Chávez quien hizo posible sacar al liderazgo de la izquierda y las diferentes corrientes, a transitar el camino de la unidad en la diversidad, avanzando y cambiando las políticas tácticas en un proceso de acumulación de fuerzas, derrotando en la práctica tanto el sectarismo como el dogmatismo, enfermedades crónicas en el movimiento revolucionario.

Hoy, nuevamente se presentan estas contradicciones encubiertas bajo temas que si bien son legítimas en su debate, en el fondo hay una irresponsable evaluación del momento político, esto acompañado de la ausencia de una cultura del debate, con una mezcla de oportunismo y uno que otro provocador tarifado por NED, presentan un cuadro que tiende a generar confusión en un momento que demanda claridad y firmeza para enfrentar las amenazas reales de enemigos,  muy poderosos, de un proyecto distinto al  impuesto por los «Amos del mundo».

Y si las banderas del Socialismo se tratan, este encuentra la más feroz resistencia de los capitalistas y sus mecanismos de guerra convencional o híbrido como la observamos actualmente.

En estos más de 20 años hemos experimentado nuestro propio camino en la búsqueda de garantizar a nuestro pueblo una vida digna de justicia y de derecho, en ello acumulamos experiencias y aprendizajes, con aciertos y errores, pero tenemos un horizonte, una ruta, una brújula en el Plan de la Patria eso nos permite como nos enseñó Hugo Chávez a dar bandazos en lo táctico con firmeza en lo estratégico.

Parece que muchos compañeros no observan correctamente esta situación, algunos de los temas que se exhiben para justificar su conducta, siempre serán sujeto de discusión por ejemplo, nadie en su sano juicio puede afirmar que tenemos una sociedad socialista, tampoco se puede creer que este objetivo se decreta o se llega fácilmente, cuando ello implica transformar las estructuras económicas sociales y políticas, ese no es un tema de buenos deseos, otros procesos con mayor tiempo y experiencia todavía no han podido alcanzar este objetivo supremo.

Resulta oportunista tomar el momento electoral para impulsar una ruidosa campaña de señalamientos revestidos de debate cuando sabemos que esto nos tomará mucho tiempo, es más honesto expresar las legítimas aspiraciones políticas de representación parlamentaria, que encubrir y a veces ser tontos útiles de quienes trabajan para los enemigos del proyecto.

Chávez sabiamente nos pidió Unidad, Lucha, Batalla y Victoria, por algo colocó de primero la categoría Unidad porque ella forma parte esencial de lo estratégico, unidad en la diversidad, viviremos y venceremos.

 

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Saúl Ortega