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José David Capielo autor de la columna Del Medanal Venimos

A propósito de cumplirse este año 58 años del “Acuerdo de Ginebra”, convenio firmado entre Venezuela, el Reino Unido y la entonces colonia Guayana Británica (hoy República Cooperativa de Guyana), abordaré este tema que asume hoy especial protagonismo.

El “Acuerdo de Ginebra”, en las actuales circunstancias, es asunto crucial en la posibilidad de llegar a un arreglo que pueda representar una posible solución concertada en la controversia limítrofe por el Esequibo, que ha sostenido nuestro país por más de cien años, luego del despojo de 1899.

Con el arbitrario Laudo de Paris de 1899, el Reino Unido, junto a EEUU, impuso un parcializado fallo que concedió a Inglaterra el territorio al oeste del Río Esequibo, de cerca de 160.000 Km2, que fue siempre venezolano desde los tiempos de la “Capitanía General de Venezuela” (creada por España en 1777).

Los ingleses, su colonia la “Guayana Británica” y ahora Guyana han mantenido la usurpación de estas tierras aun en controversia. Fue con la muerte de uno de los jueces estadounidenses, que “representaron” a Venezuela en el citado Laudo, el abogado Severo Mallet-Prevost (1860-1948), (quien  dejó un revelador memorándum como testamento) cuando se conocieron detalles de todo el fraude cometido para obtener la decisión que favoreció a Reino Unido.

Este material testimonial, publicado en julio de 1949 en la revista jurídica “American Journal of Internacional Law”, ha sido base de sustentación para Venezuela en su reclamo, más allá de toda la cadena titulativa y el resto de pruebas, que nos siguen avalando. Venezuela se fortaleció así para exigir la anulación del Laudo Arbitral de París de 1899 y se intensificó desde, mediados del siglo XX, una labor diplomática en la ONU contra este despojo.

Es referencia importante la intervención del entonces ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Marcos Falcón Briceño, ante la 348° Sesión de Política Exterior en la Asamblea General de la ONU, el 12 de noviembre de 1962, donde se exigió con más fuerza la nulidad del Laudo de París con los nuevos elementos surgidos.

Después de tres años de discusiones entre las partes, Reino Unido accede a firmar el “Acuerdo de Ginebra”. Se reconoce la existencia de una controversia limítrofe que debía resolverse. Para Venezuela significó dejar sin efecto el Laudo de París, aun cuando Guyana hoy insista en validarlo. En la firma del Acuerdo de Ginebra, un 17 de febrero de 1966, participaron: el ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Ignacio Iribarren Borges; el secretario de Relaciones Exteriores de Reino Unido, Michael Stewart, y Forbes Burnham, primer ministro de la Guayana Británica, que sería independizada meses después.

El documento de este convenimiento de Ginebra de 1966 está encabezado como: “Acuerdo para resolver la controversia entre Venezuela y el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte sobre la frontera entre Venezuela y Guayana Británica”. Incluye, en los considerandos, la cercanía de la independencia de Guayana Británica (mayo, 1966), y que debía fomentarse una estrecha cooperación entre Venezuela y Guayana británica, además de que la controversia debía resolverse en forma amistosa y aceptable para ambas partes.

Incluye 8 artículos, los 3 primeros referidos a la “comisión mixta” (que funcionó hasta 1970). En el artículo 4 se aborda la ruta más allá de la “comisión mixta”, donde las partes, de mutuo acuerdo, deberán escoger alguna otra de las vías propuestas por la ONU.

Luego del diferimiento de 1970-1982 (Protocolo de Puerto España), se apeló hasta el 2014 a la figura del “Buen Oficiante”, que desafortunadamente tampoco arribó a una solución. En todo este lapso posterior de unos 10 años, Guyana, hasta hace poco, ha preferido actuar en forma unilateral, demandando en 2018 ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para exigir que se ratifique el Laudo Arbitral de París de 1899.

Volviendo al texto del “Acuerdo de Ginebra”, allí se insiste en que deben agotarse todos los medios contemplados, siempre en común acuerdo. En el artículo 5 se aclara que la cooperación y el mutuo entendimiento no significan renuncia o disminución de cada una de las partes, a la reclamación de la soberanía territorial que mantienen, “ni tampoco crea derechos de soberanía sobre territorios que no han sido acordados”.

En los artículos 6 y 7 se habla sobre el funcionamiento de la “comisión mixta” y sobre la entrada en vigencia del acuerdo. En el artículo final (8) se reafirma que la Guayana Británica, al obtener su independencia, se incorporará como república independiente al acuerdo, junto a Venezuela y el Reino Unido. Finalmente se incluye la parte final y la firma de los representantes autorizados. Es un texto relativamente corto.

Venezuela, con respecto a la CIJ, ha señalado expresamente que forma parte de los casi 200 países, incluida Guyana, que no tienen obligación de acatar las decisiones de esta instancia, y menos aun cuando se concurre a ella en forma unilateral. Guyana ha sido hostil a una negociación directa. Venezuela debió concurrir a la CIJ en su descargo, refutando la legalidad de la acción guyanesa.

La Corte, en 2023, falló a favor de su competencia y determinó que igualmente evaluaría la validez del Laudo de París y el papel del Reino Unido. La CIJ convocó a nuestro país para que exponga sus argumentos en abril del 2024, lo cual crea una disyuntiva que deberá resolver el Gobierno Bolivariano junto a la Comisión Presidencial de Defensa del Esequibo, creada para tal fin, ante una posible e imprecisa  en el tiempo, decisión unilateral de la CIJ, sobre el Esequibo. Hay indicios claros de parcialidad hacia Guyana por parte de la CIJ.

Luego del referéndum en nuestro país el pasado 3 de diciembre de 2023, donde unos 10,5  millones de venezolanos votaron afirmativamente las preguntas en defensa de la soberanía sobre el Esequibo, se abrió un nuevo capítulo que está aún en desarrollo. Poco después se concretó una reunión entre los presidentes de Venezuela y de Guyana (14/12/23), en San Vicente y las Granadinas, con auspicio de la CELAC, CARICOM y Brasil, junto a otros mandatarios caribeños.

 

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Allí se establecieron 11 puntos en un acuerdo que significó regresar a Guyana al diálogo bilateral. Aún cuando han existido provocaciones guerreristas tanto del Reino Unido, como de EEUU (Comando Sur), el pasado jueves 25/01/24 se realizó una nueva reunión entre los cancilleres de Venezuela y Guyana en Brasilia, como continuidad de esta nueva etapa negociadora, siempre con el acompañamiento de los organismos regionales cooperantes.

El “Acuerdo de Ginebra” sigue siendo la hoja de ruta para un posible acuerdo en esta controversia limítrofe, que pretende ser saboteada por los colonialistas de siempre y por las transnacionales interesadas en las riquezas de esa zona.

Venezuela deberá tener la certeza, junto a sus aliados, en conducir este proceso, y 2024 es año clave en esta larga controversia. Avanzar lo más posible por una salida favorable en este conflicto, “deshaciendo sus entuertos”.

 

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José David Capielo Valles es ingeniero agrónomo y magíster en Desarrollo Rural, egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Campus Maracay. Nacido en Coro, estado Falcón, en 1949. Es docente jubilado de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), Núcleo Canoabo (2016). Es locutor, comunicador alternativo y colaborador de Ciudad Valencia desde 2014.

La Universidad Politécnica Territorial de Falcón “Alonso Gamero” (UPTAG) publicó digitalmente, en noviembre de 2023, su libro “Del Medanal Venimos. Un ensayo autobiográfico reflexivo”.

 

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