Entre tunas y cardones, cantó con su llanto por primera vez Ely Rafael Primera Russell un 31 de octubre de 1941. Seguramente, todos llegamos a escuchar en el “picó” de la casa su poderosa voz.

Entre la revolución y la ternura de una piel de niña que huele a caramelo nos mostró su militante solidaridad, nos enseñó a gritar las injusticias y no conformarnos con ellas.

Con “Canción para los valientes” podemos sentir en el alma y la piel a El Chile de Allende y Víctor Jara, un Chile que hoy en la calle se mantiene valiente y da ejemplo a toda Latinoamérica.

Con “El Cantor de Bolivia” abrazó al país hermano y le dejó al pueblo su canción. Y Para Haití que hoy también lucha y clama, “La noche del jabalí”.

“Busquemos con alborozo
El sol maravilloso de la liberación,
Busquemos con alborozo
El sol maravilloso de la revolución”.

La canción Necesaria de Alí Primera

Cuando nuestra historia patria se hundía en el doloroso abismo del olvido, la canción necesaria de Alí Primera se transfiguró en poderosa Canción Bolivariana para resucitar al Libertador, en la esperanza de la buena gente de este país.

Surgió el bolivarianismo como ideología de la posibilidad cierta de construir una nueva sociedad: la Patria Buena.

Cuando nuestros valores culturales patrios eran segregados por la dictadura de los medios de alienación, Alí Primera nos regaló aquel precioso tejido de canciones dedicadas a Luís Mariano Rivera, Pío Alvarado, César Rengifo, Armando Reverón, Sobeida La Muñequera y Armando Molero.

Allí se detuvo un rato a beberse un trago de puesta de sol en la costa oeste de Paraguaná y nos dictó cátedra de poesía entre voces de Andrés Eloy Blanco y Aquiles Nazoa.

Cuando la avasallante cultura neoliberal del individualismo nos empujaba en masa al suicidio del amor, Alí emergió solemne de los desiertos océanos de la soledad, con una multitud de pájaros en la melena.

«No permitas que el futuro nos pregunte: ¿Qué hicieron ustedes por Haití? Y respondamos bajando la cabeza. Los hombres que cayeron, son el número exacto de las veces que en un siglo mueve las alas el colibrí»

Poeta de la solidaridad

Trajo enormes cestas de ternura, de amor por el terruño, por los recuerdos de la infancia y la amistad. Amor por la madre, los hermanos, las niñas y los niños, la ciudad, el poblado rural, el paisaje y por la vida.

Él nos advirtió del mal que nos azota: el imperialismo. Nos dijo cómo quitárnoslo de encima: con la Revolución. Nos enseñó el camino de esa nueva vida: el Socialismo. Es que Alí fue sobre todo maestro.

Hoy, en su natalicio, recordar la obra de Alí, pasa por la difusión de sus valores intrínsecos: compromiso revolucionario, solidaridad militante, radicalidad principista, unidad del pueblo, concepción integral-universal de la Patria, revaloración de la cultura popular.

Tenemos que partir del reconocimiento de las propias raíces del Padre Cantor, de la tierra, el vientre y el hábitat natural-cultural donde bebió la savia primaria de su conversión en Precursor de la Revolución. 

TE INVITAMOS A ESCUCHAR Y COMPARTIR: EL DERECHO A VIVIR EN PAZ DE VÍCTOR JARA

Orimar Meneses/ Ciudad VLC/ Sabor Gaitero

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here