Uno de los casos más conmovedores de injustificado acoso es el del periodista australiano Julian Assange.
Cada vez que pensamos en un ejemplo real de lo que significa la injusticia en cuanto a comunicación y evidencias de acoso injustificado recordamos éste. En este diciembre 2022, la situación de este mártir de la información no ha cambiado en su favor ni medio milímetro.
Este periodista lo único que hizo fue dar a conocer de modo evidente una serie de acontecimientos delatados indistintamente en las redes sociales, que ponen en evidencia hechos señaladores de injusticias. Por lo cual ya lleva doce años condenado a cárceles en las que, definitivamente, quieren encerrarlo de por vida.
El acoso judicial se ha convertido en su entorno mientras viva, y esta circunstancia ha levantado olas inconmensurables de afectos a su causa, como ha de sentirlo cualquier ciudadano del mundo que crea en el derecho a la libertad y la justicia verdaderas.
Él es un símbolo de periodismo justo, con conocimiento de causa, lo que debe ser una bandera del derecho a la información en el mundo entero.
Es un símbolo internacional, que cada vez que se nos recuerda su acoso judicial, su encierro permanente, sus encarcelamientos aquí y acullá, tiempo en el cual, por lo demás, ha conocido a quien ahora es su esposa y madre de sus hijos, siguiéndolo a todas partes donde le trasladan y maltratan.
Su criminalización es tan condenable que se ha vuelto un símbolo indiscutible del verdadero periodismo y la ética desde donde quiera vérsele.
La ola de firmantes por su libertad le da la vuelta al mundo. Y esta será otra Navidad para horrorizarse de la tremenda injusticia que simboliza su aprehensión. El 7 de diciembre de 2010, el responsable de Wikileaks fue apresado por primera vez estando en Londres. Y así comenzó su calvario indetenible.
La que se ha convertido en su esposa es una mujer periodista, que precisamente fue a entrevistarlo acerca de su circunstancia, y quedó prendada de este símbolo de la justicia y el arrojo por la verdad.
Sobre Assange pesa una Espada de Damócles muy pesada, y su pareja enamorada de su valentía, ha tenido ya dos hijos (uno de 3 y otro de 5 años), de este prócer de la verdad justiciera, engendrados en el correr del tiempo de una cárcel a otra, sin intermedios.
LEE TAMBIÉN: “CÉSAR VALLEJO, POETA DEL PERÚ PROFUNDO” POR LUIS ALBERTO ANGULO
Estados Unidos, o su gobierno, quiere juzgarlo, acusándolo de “criminal de guerra”, porque ha puesto en escena documentos, crímenes de guerra estadounidenses en Irak y Afganistán.
Assange ya está definitivamente en la historia de esta humanidad contemporánea y es imposible borrarle de la misma, aun mientras la inmensa injusticia que impide su derecho a la libertad navega en la más profunda incertidumbre.
***
Laura Mercedes Antillano Armas (Caracas, Venezuela, 8 de agosto de 1950) es una escritora venezolana, que ha incursionado en los géneros de ensayo, poesía, cuento, novela y crítica literaria. También ha trabajado como titiritera, guionista de radio y televisión y promotora cultural.
Es licenciada en Letras Hispanoamericanas y Magister en Literatura Venezolana por la Universidad del Zulia (LUZ). Durante 25 años ejerció como profesora de Literatura en el pre-grado de la Facultad de Educación de la Universidad de Carabobo (UC). También coordinó el Postgrado en Literatura Venezolana de la UC (1995-1998), además de ejercer también como Directora de Cultura de la misma universidad (1999).
Es ganadora del Premio Nacional Cultura, mención Literatura, 2012-2014, Premio Bienal José Rafael Pocaterra mención Poesía con la obra “Migajas” (2004), Ascesis al Premio Miguel Otero Silva de la editorial Planeta de Venezuela con su novela “Solitaria solidaria” (1990), Premio de Cuento del diario El Nacional con su cuento “La luna no es de pan de horno” (1977), Premio Julio Garmendia de la Universidad Central de Venezuela (UCV) con el cuento “Caballero de Bizancio” (1975).
Entre su vasta obra publicada se incluyen, entre otros: La bella época (cuentos, 1969), La muerte del Monstruo Come Piedra (novela, 1971 y 1997), Un carro largo se llama tren (cuentos, 1975), Haticos Casa Nº 20 (cuentos, 1975), Los niños y la literatura (estudio, 1978), Maracaibo: Las paredes del sueño (textos, con fotografías de Julio Vengoechea, 1981), Perfume de gardenia (novela, 1982, 1984 y 1996), Dime si adentro de ti no oyes tu corazón partir (cuentos, 1983 y 1992), Cuentos de película (cuentos, 1985 y 1997), Literatura infantil e ideología (estudio, 1987), La luna no es pan de horno (cuentos, 1988), Solitaria Solidaria (novela, 1990 y 2001), ¿Cenan los tigres la noche de Navidad? (cuento infantil, 1990 y 2005), ¡Ay! Que aburrido es leer: El hábito lector y el cuento de la infancia (estudio, 1991), Jacobo ahora no se aburre (cuento infantil, ilustrado por Tony Boza, 1991), Tuna de mar (cuentos, 1991), Diana en la tierra wayúu (novela infantil, 1992), Una vaca querida (literatura infantil, 1996), Apuntes sobre literatura para niños y jóvenes (estudio, 1997), Las aguas tenían reflejos de plata (novela, 2002), Elogio a la comunidad (texto divulgativo, 2004), Poesía completa 1968-2005 (poesía, 2005), Emilio en busca del enmascarado de plata (novela para niños, 2005), La luna no es pan de horno y otros cuentos (antología de cuentos, 2005), La aventura de leer (estrategias de lectura, 2005), Libro de amigo (poesía, 2007), Crónicas de una mirada conmovida (crónicas periodísticas, 2011), Ellas (Semblanzas, artículos, entrevistas, 2013), Las alas de la lectura (estrategias de lectura, 2019), Me haré de aire (cuentos, 2021).
Ciudad Valencia
