Todos estaban claros que el partido Bayern-Besiktas correspondiente a la vuelta de los octavos de final de la Champions League era un mero trámite, luego del 5-0 endosado por los muniqueses en la ida. Sin embargo, la eliminatoria se saldó con un partido algo extraño.

 

El Besiktas no creía en los milagros y el Bayern, que es muy alemán, salió con el once de lujo, como si no hubieran quedado 5-0 en la ida, completando pronto el trámite ante un conjunto turco que por lo menos lo intentó.

 

Sin embargo, lo interesante del partido no estuvo en el global (que a la larga quedó 8-1 a favor de los dirigidos por Jupp Heynckes) o por la emoción de una posible e idílica remontada, sino por lo rocambolesco de los goles, las lesiones y por la invasión de gatos, sí, como lo escucha.

 

Goles extraños

La única conclusión clara del choque fue que marcar no supuso ninguna buena noticia. Tanto Thiago como Vágner Love sufrieron, minutos después de anotar, sendos percances que les mandaron lesionados al banquillo. Y el 0-2 llevó la firma de Gönül en su propia portería a los 34 segundos de la reanudación. Dos goles, dos lesiones… además de un autogol

 

El único que pudo sacar pecho fue Sandro Wagner, literalmente. Y es que el sustituto de Lewandowski embocó con el pecho un pase de la muerte de Alaba, ya con el partido hecho trizas en los últimos minutos.

 

Lewandowski, otro de los que acabó sustituido en el Bayern-Besiktas, no mostró mucho afán por lograr los dos tantos que le faltan para entrar en el club de los diez mejores goleadores históricos de la competición.

 

Thiago le tomó el testigo entrando por sorpresa desde atrás para silenciar el Vodafone Arena y mitigar las fuertes patadas que dio el Besiktas en los primeros compases. Una de ellas, de Erkin, fue la que le llevó de manera anticipada al banquillo.

 

A falta de ambición por remontar o por hacer más grande la herida, quedaron los goles de vídeo casero. Si el tanto en propia puerta de Gönül aún estaba en la retina, un fallo de Alaba sacando el balón acabó con el cuero en el área para Vágner Love. El brasileño, muy envejecido ya en todos los sentidos, se resbaló cuando intentaba rematar, pero lo hizo ya cuando parecía más un motociclista en una curva que un delantero. Aun así, le valió para superar a Ulreich.

 

Y un gato…

El Bayern-Besiktas fue una tarde de locura en Turquía. También de gatos, que por allí abundan. Uno de ellos interrumpió un par de minutos el choque para carcajada de más de uno. Se posó en una banda, observó el panorama y se fue a donde le interesaba.

 

 

 

 

 

 

A expensas de lo que diga el sorteo de cuartos de final, y con la rúbrica de Heynckes en el banquillo, el último entrenador que le llevó a levantar la Champions, se dispone a plantar batalla en los metros finales.

 

Habrá que esperar hasta los cuartos de final para ver a un rival que pueda poner en serios apuros al Bayern. Y que le haga sacar los tanques que no expuso frente al Besiktas. Esta eliminatoria fue de 8-1.

 

Ciudad VLC/Con información de BeSoccer

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