La Guerra de Afganistán queda para la Historia. Y en Estados Unidos, la expresión «eso es Historia» se usa para quitar importancia a algo. Cuando el último avión C-17 despegó del aeropuerto de Kabul, a las 11 y 59 minutos del lunes 30 de agosto, la Guerra cayó en el terreno de la Historia.

Los políticos y los medios de comunicación hablaron de la conclusión del conflicto más largo de la Historia de Estados Unidos, pero el ambiente en la capital de ese país, Washington, era de un lunes normal.

Los bares del barrio de Adams Morgan estaban abiertos, y en sus terrazas había gente con y sin mascarilla, exactamente igual que cualquier otro día de agosto. No hubo celebraciones. Tampoco, signos de derrota.

La guerra daba igual. Acaso porque en los últimos cinco años y medio – desde que Barack Obama dejó la Casa Blanca – sólo han muerto en combate en ese país 50 militares de EEUU, o, si se quieren añadir los caídos en el atentado del jueves, 63.

Aproximadamente 87 millones de estadounidenses – nada menos que el 26% de la población – ha nacido con su país en guerra en Afganistán. Es el conflicto que teóricamente ha definido a los ‘Millennials’ – la generación más numerosa de la Historia del país, nacida entre 1980 y 2000 – y a la Generación Z – que viene después -, pero se ha terminado sin que a nadie le importara.

Ayer, los informativos volvieron a centrarse, tras dos semanas frenéticas de retransmisiones desde el aeropuerto de Kabul, en las noticias nacionales: incendios en California, la explosión de casos de Covid-19, y la expansión del gasto social y la subida de impuestos a las rentas del capital a las que Biden ha fiado su reelección.

Afganistán se ha caído del mapa. Como dijo en un mensaje de texto a este periódico un ex soldado que estuvo destinado en Afganistán en 2002 y 2003, «tengo la impresión de haber despertado en un mundo que no comprendo».

A esos Estados Unidos se ha dirigido Joe Biden desde la Casa Blanca. Su voz era firme, en un claro intento de despejar las dudas sobre su imagen vacilante y temblorosa del jueves, cuando compareció ante los medios de comunicación tras la muerte de los trece soldados en el aeropuerto de Kabul.

El presidente repitió, uno por uno, los mensajes que ha ido lanzando desde que el gobierno democrático de Ashraf Ghani se colapsó en la noche del 14 al 15 de agosto, a saber: la culpa es de los afganos, que no combatieron; los problemas de ese país son insolubles; la retirada «fue un éxito extraordinario»; y, lo más llamativo, los talibán son dignos de fiar.

El presidente cuyos partidarios creen firmemente que su predecesor, Donald Trump, estaba compinchado con Vladimir Putin, estima que los talibán, que siguen negando que Osama bin Laden estuviera detrás de los atentados del 11-S, son unos socios aceptables en Afganistán.

«Los talibán se están comprometiendo en público» a permitir a los estadounidenses y a los afganos que lo deseen salir del país. Esas promesas son suficientes para Washington.

El líder demócrata insistió en que estamos ante «un nuevo mundo que está cambiando, donde no es necesario que las botas americanas estén sobre el terreno».

Es más, precisó que la decisión era «o irse o una escalada» y que él rechazaba «abrir otra década de guerra». Por último, aprovechó para atacar una vez más a Trump por pactar con los talibán y sacar de la cárcel extremistas.

Dentro del reparto de culpas del presidente, hubo un grupo nuevo: los estadounidenses que se han quedado sin poder salir de Afganistán. Biden vino a decir que la culpa era suya. «Desde marzo, les hemos contactado diecinueve veces» para que abandonaran ese país.

Encima, «5.000 estadounidenses que dijeron que no querían irse luego pidieron salir». El presidente alardeó de que «el 90% de los estadounidenses que pidieron ser evacuados han salido», lo que implica aceptar que el 10% sigue en manos de un país que está retrocediendo rápidamente a la Edad de Piedra y en el que el líder de Al Qaeda, Amin Ul-Haq, regresó a la vista de todo el público desde el vecino Pakistán. Para Biden, eso es irrelevante.

«Era hora de acabar con esta guerra», dijo. Un conflicto que, en realidad no era de EEUU, ya que el presidente se refirió a ella como «las guerras civiles de los afganos». Los afganos, que han puesto la mayor parte de los muertos en la guerra, son los que tienen la culpa de esto. Una vez más, EEUU ha vuelto a pasar la página de Afganistán.

Ciudad Valencia / Pablo Pardo – Corresponsal en Washington de www.elmundo.es

Original: Biden asegura que la evacuación de Afganistán ha sido «un éxito extraordinario»