La presencia de bultos o protuberancias cutáneas en el cuerpo de nuestros perros es más probable que ocurra en algún momento de su vida.

Cuidar de la salud de nuestras mascotas es uno de los aspectos que más preocupa a las personas que conviven con un animal.

Estar alerta y actuar con rapidez, podría salvar su vida, ya que algunos de estos bultos pueden ser la manifestación de enfermedades o patologías más graves.

 

Los bultos o protuberancias cutáneas más comunes en perros

  • Tumores: esta es la causa subyacente a un bulto que nunca deseamos encontrar. Sin embargo, ignorarlo o no mirarlo no paliará el problema, contrario a ello hará que lleguemos más tarde a su tratamiento en caso de ser maligno. Hoy en día uno de cada dos perros de más de 10 años tiene cáncer. La prevención es el mejor de los tratamientos.
  • Abscesos: los lipomas o bultos de grasa son comunes en perros de edad avanzada y no suelen tener mayor complicación. También pueden ser quistes consecuencia de una picadura.
  • Hematomas: un golpe puede derivar en un abultamiento y también un pinchazo de una vacuna.
  • Cicatrices: los más comunes son los queloides y son totalmente benignos.
  • Verrugas: generalmente benignas, puedes ser molestas dependiendo de su ubicación.

 

Explora al perro desde casa

Es recomendable revisar cada día a tu perro desde la punta de la nariz hasta la punta de la cola.

  • Cabeza: revisa sus orejas, ojos o boca.
  • Cuerpo: acaricia y cepilla suavemente todo su cuerpo, si encuentras un bulto o más píntalos, así será más fácil recuperarlo al llegar al veterinario.
  • Patas: revisa especialmente la parte de las almohadillas y las uñas. Los perros tiene un capilar bajo la uña por lo que a la hora de cortarlas, y especialmente si son negras, hay que tener sumo cuidado. Mejor cortar poco que hacerle daño, ya que al capilar le acompaña un nervio.
  • Región anal y cola: en la parte anal los perros tiene unas glándulas (por eso se huelen entre ellos). Estas glándulas deberán mostrar buen aspecto y no estar obstruidas, en cuyo caso los perros suelen arrastrar el trasero por el suelo.

 

Los  abultamientos cutáneos en perros son muy frecuentes y pueden ser de origen benigno o no. Por ello debemos estar pendientes de su aparición y controlar su progreso. La exploración diaria de nuestro animal es la clave para llegar a tiempo a un tratamiento eficaz.

No menospreciar la gravedad de la aparición de una inflamación y acudir al veterinario para que efectúe el diagnóstico y prescriba un tratamiento adecuado.

 

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