Como bien es sabido, todas las carreteras que conducen a los diferentes pueblos del país son ricas en historias, pero que lastimosamente no fueron registradas como debería ser.
Y las que se saben, carecen de basamento, permaneciendo así como viejas leyendas en el imaginario colectivo de sus habitantes.
Este es el caso de la breve historia de un ánima que se encuentra identificada con un objeto poco conocido, en la orilla de la carretera Güigüe-Valencia.
La Capilla del Ánima
Durante la última visita realizada por el equipo de Vestigios del Pasado a la población de Güigüe, municipio Carlos Arvelo de Carabobo, en un épico recorrido en bicicleta de 72 kilómetros en total, ida y vuelta, llamó poderosamente la atención cómo en la orilla de la carretera, en el sector denominado Brisas del Lago I, se encuentra enterrado superficialmente un artefacto que parece ser una pieza de aquel ferrocarril alemán que cubría la ruta Caracas-Valencia, según cuentan los propios moradores del sector.
La tradición oral del pueblo Brisas del Lago I
Tras una breve entrevista realizada a la señora Doris Morillo, de 66 años de edad, habitante del lugar desde su infancia, comento que lo único que se sabe por las historias contadas de su abuela, Dominga Álvarez, y esta su madre, Josefina Álvarez, es que justo allí fue enterrada una mujer por causas desconocidas, y algunos decían que la llamaban “Negra Petra”.
Ante la gran interrogante del artefacto colocado allí, solo se sabe que la forma de identificación del lugar del entierro era colocándole una pieza de hierro de lo que parece ser parte de una locomotora, convirtiéndose de este modo en una pequeña capilla. Algunos vecinos creen que se deba al ferrocarril alemán, sin embargo, bien se sabe, que dicho ferrocarril, nunca paso por tal sitio, y está muy retirado de su estación más cercana en el municipio Los Guayos.
Sin embargo, esta hipótesis o creencia popular, no está demostrada por la falta de información veraz al respecto, y existen más preguntas que respuestas. Pero hay más evidencias que podrían revelar lo contrario.
Según las declaraciones de la señora Doris, dicha pieza de hierro estaba allí desde la época de su abuela llamada Dominga Álvarez, cuya fecha de nacimiento desconoce, y luego su madre, que nació en el año de 1937, y murió de 82 años en el 2019, quien contó que cuando había nacido ya ese objeto estaba allí, es decir hace 87 años.
Algunas pistas en francés y datos relevantes de la Capilla del Ánima del Ferrocarril
Según las fotos tomadas, solo se pueden leer algunas palabras (en francés) “BREVETTS sgdc” traducido como PATENTES.
También se puede apreciar la palabra: “AVENUE TRUDA” traducido como: AVENIDA TRUDA. “BELLEVILLE &” traducido como “HERMOSA CIUDAD” y una palabra que pareciera entenderse claramente como “PARÍS”.
Ante las pocas evidencias históricas encontradas hasta los momentos, y la reseña oral narrada por la entrevistada, no queda otra que no especular nada al respecto en relación con el origen de dicho artefacto.
Aunque pudimos saber que según conocedores en la materia, estos coinciden de que se trata de una pieza de la caldera de un tren a vapor; antiguamente la actual parroquia Tacarigua, tenía un sistema férreo, porque allí estaba el central azucarero a 12 km aproximadamente conocido como Central Tacarigua fundado el 9 de noviembre de 1914, transportaba caña de azúcar y otros insumos entre los poblados vecinos, siendo esta una razón que podría justificar la presencia de este objeto en esta zona.
Lo que sí es bien sabido es que este lugar representa una parada obligatoria para quienes se dirigen a Güigüe, municipio Carlos Arvelo, siendo para los moradores de la zona un icono histórico y místico.
Los habitantes de la zona han intentado moverla del sitio, para llevarla más arriba, «pero curiosamente el pesado artefacto vuelve a colocarse en su sitio original», lo que ha permitido la creencia popular de que el ánima no quiere que la muevan de allí.
La Capilla del Ánima
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Ciudad Valencia
Fotos: Diego Trejo