«Centenario del natalicio de Paulo Freire» por José David Capielo

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A propósito del centenario del natalicio del eminente pedagogo brasileño Paulo Freire, a cumplirse en este mes, del presente año 2021; es pertinente la reflexión sobre la trascendencia de su obra, y el aporte significativo, a la promoción en todo el mundo, de una educación pública, gratuita, laica y emancipadora; y junto a ello, su influencia en los procesos emancipatorios,  que se intentan en nuestro continente americano.

Paulo Reglus Neves Freire, o simplemente Paulo Freire, nace en Recife-estado de Pernambuco, en el nordeste y Costa Atlántica brasileña, un 19 de septiembre del año 1921.

Como descendiente de una familia de clase media pobre, realiza sus estudios iniciales en su ciudad natal, ingresando luego a la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE), a la Facultad de Derecho, de donde egresa, aunque nunca ejerció tal profesión; ya que asumió muy temprano la función de educador, inicialmente como profesor de portugués, y más adelante como docente de filosofía e historia de la educación, en la propia UFPE, en donde obtuvo su doctorado en esta área.

Ejerció desde mediados de los años 40, como director del Departamento de Educación de Recife, donde llegó a crear y desarrollar un método propio y no ortodoxo de alfabetización, con el que trabajó entre los sectores más pobres de la población, en tiempos en que saber leer y escribir era requisito indispensable, para tener derecho a votar, en cualquier evento de elección popular.

Posteriormente a inicio de los años 60, fue director de extensión igualmente  en la UFPE, desde donde continuó su labor educativa y alfabetizadora, con trabajadores de plantíos de caña de azúcar, perfeccionando aún más su metodología innovadora.

Paulo Freire

En 1964, ante el golpe de estado en Brasil, es detenido por 70 días, y salió luego exiliado, primero a Bolivia, y luego a Chile, donde trabajó como asesor educativo por unos 4 años. En esa estadía en Chile, logra publicar dos de sus obras estelares, “Pedagogía del Oprimido” (1966), y “La educación como práctica de la libertad” (1967); cuya circulación fue prohibida en Brasil por años.

Asistió por varios años, como profesor invitado a la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachusetts, en EEUU, y posteriormente se fue a Ginebra como consultor especial en materia educativa del Consejo Mundial de Iglesias y la UNESCO, realizando su trabajo, en un peregrinaje por África, Asia, Oceanía y América, donde consolida su aprendizaje y a la vez sus aportes.

Regresa finalmente a Brasil, en 1980, luego de 16 años de exilio; radicándose con su familia en Sao Paulo.

En esta etapa logra ampliar toda su obra, no solo con la publicación de una treintena de libros, que han sido traducidos a más de veinte idiomas; sino con su práctica concreta, influyendo en los procesos de cambio en su propio país, contribuyendo en el establecimiento de distintos movimiento sociales, que incluyen al Movimiento de los Sin Tierra (MST); e igualmente en la fundación del Partido de los Trabajadores (PT), en 1980.

Paulo Freire recibió unos 35 títulos de doctorado honoris causa, en todo el mundo; y fue candidato al Premio Nobel en 1993. Freire muere en Sao Paulo, un 2 de mayo de 1997, a los 75 años, de una afección cardíaca.

Para la conmemoración de este centenario del natalicio de Paulo Freire, están programadas desde Brasil toda una jornada en defensa de la educación liberadora, y en contra de la mercantilización y privatización educativa.

La llamada “Internacional de la Educación en América Latina” (IEAL), junto a todo un conjunto de organizaciones populares, realizarán los días 19 y 20 de septiembre distintas actividades, que serán transmitidas en forma virtual, en el inicio de un año que estará dedicado al trabajo y a la memoria del gran maestro, que aspiran culmine en 2022, para estas fechas, con un Encuentro Regional Presencial en Recife.

Rescatando algunas de las ideas centrales del pensamiento freiriano, destacaremos el papel asignado al poder popular, no solo en los procesos formativos, sino en la propia emancipación de los pueblos.

Para Freire, era sustantivo, ver la historia desde la óptica de los desposeídos; y hacerlos protagonistas de la sociedad.

Paulo Freire, hombre de formación cristiana, y militante adepto a los fundamentos del marxismo, supo percibir la lectura del mundo, más allá de los textos.

Señalaba refiriéndose incluso a su país, que debía volverse al trabajo de base, con las clases populares, y que fuera del pueblo, no había salvación.

En una de sus arengas, puntualizaba: “solo el poder que surge de la debilidad de los oprimidos, será lo suficientemente fuerte, para liberarnos a todos”. Con el pueblo todo, sin el pueblo nada.

 

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José David Capielo