Consumo excesivo de bebidas isotónicas y energéticas ponen en riesgo la salud

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bebidas isotónicas

El hábito de tomar bebidas isotónicas y energéticas de manera regular, implica riesgos para la salud cardiovascular, neurológica y renal. Médicos y nutricionistas lamentan, además, el extendido uso lúdico de mezclar con alcohol las energizantes, también utilizadas en épocas de estudio por los jóvenes.

 

La popularización del consumo de bebidas isotónicas, de venta en casi cualquier comercio, va más allá de su principal indicación, que es ayudar a la hidratación del organismo y reposición de sales debido a situaciones de esfuerzo físico o deportivo. Otro tanto sucede con los refrescos energéticos, cuya demanda se asocia tanto a usos recreativos como de esfuerzo intelectual.

 

No todo el mundo gusta de ingerir agua como principal líquido debido a que es “insípida”, cuando hay opciones sin alcohol ni gas más gratificantes para el paladar. Pero el hábito de sustituir el agua como fuente principal de hidratación antes, durante o después de las comidas, tiene riesgos y puede acarrear problemas. Los peligros a largo plazo pueden desencadenarse a nivel cardiovascular, neurológico, digestivo e incluso bucodental, porque la composición de estas bebidas es muy diferente a la del agua, que es inocua.

 

Las bebidas isotónicas están indicadas para deportistas profesionales y son ricas en un tipo de sales que reponen los que el organismo pueda perder producto de una fuerte sudoración durante la ejecución de un gran esfuerzo físico, y ayudan a la recuperación del tono muscular. También están indicadas para reponer líquidos tras problemas digestivos como los vómitos.

 

Por su parte, las bebidas energéticas suelen ser refrescos carbonatados con altas dosis de azúcar y estimulantes como la cafeína, el guaraná o el ginseng. En principio potencian la atención y el rendimiento físico. Su consumo es recurrente entre los adolescentes y muchos adultos jóvenes, que las consumen para mantenerse despiertos en épocas de estudio e incluso para salir de fiesta y combinarlas con bebidas alcohólicas; consumirlas en exceso puede ocasionar problemas estomacales o intestinales, ansiedad e incluso problemas cardíacos.

 

 

Ciudad VLC/Sputnik