«Corrientes y cascadas submarinas» por Armando José Sequera

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la mansedumbre
Armando José Sequera, autor de la columna: Carrusel de Curiosidades

Bajo el mar existen corrientes de agua semejantes a ríos, originadas superficialmente por la acción de los vientos, y, en profundidad, por las diferencias de temperatura y salinidad de las aguas.

Las corrientes que nacen en las regiones polares llevan agua fría a las zonas ecuatoriales y, de éstas, enormes masas de agua caliente se movilizan hacia los polos. Este intercambio es de gran importancia en el sostenimiento del clima terrestre.

Dos de las corrientes oceánicas más importantes tienen su origen en los polos, específicamente en caídas o cascadas submarinas, una de las cuales es de tal tamaño que moviliza cientos de  miles de metros cúbicos de agua por segundo. Tales caídas, sin embargo, no obedecen a cortes abruptos en la corteza terrestre, sino a diferencias de salinidad y temperatura.

 

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En el mar de Wedell, próximo a la Antártida, existe una de estas cascadas. Aquí las aguas superficiales se transforman en hielo, pero la sal que las mismas contienen no lo hacen. Esta sal se acumula en las aguas que se ubican por debajo de los hielos, tornándolas más pesadas y haciendo que se precipiten a los fondos marinos.

En el Atlántico Norte –frente a las costas de Groenlandia– se encuentra la mayor catarata submarina de la Tierra, no solo en cuanto a altura, sino también en extensión.

La misma ocupa un área de más de diez mil metros cuadrados y por ella se deslizan las aguas llevadas hasta allí por la corriente del Golfo que, en su trayecto, se han ido enfriando y poniéndose más saladas. Gracias a este aumento de la salinidad, dichas aguas también se tornan más pesadas y eso las hace caer a los fondos marinos.

 

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Armando José Sequera es un escritor y periodista venezolano. Autor de 93 libros, todos publicados, gran parte de ellos para niños y jóvenes. Ha obtenido 23 premios literarios, ocho de ellos internacionales (entre otros, Premio Casa de las Américas, 1979; Diploma de Honor IBBY, 1995); Bienal Latinoamericana Canta Pirulero, 1996, y Premio Internacional de Microficción Narrativa “Garzón Céspedes”, 2012).

 

Ciudad Valencia / Foto del autor: José Antonio Rosales