«Cuando tuve que aguantar la pita» por Carlos Delgado Niño

Conversando con mi gran amigo, el distinguido locutor Santiago Guevara Villalba, nos dimos a recordar vivencias de aquella bella Valencia que hoy tratamos de salvar a toda costa, para preservar su interesante historia.

Santiago ingresó a la radiodifusión a muy temprana edad, «recién echados los largos» como él mismo dice, autorizado por la Oficina de Control y Vigilancia de la Radiodifusión, que no permitía a ninguna persona el uso del micrófono, amonestando duramente al Director y llegando hasta la suspensión temporal de las emisoras de acuerdo con la Ley y su Reglamento, siendo exactamente el mismo que rige hoy en día la materia, con la diferencia de que quizá por ausencia de esta importante dependencia ministerial, algunas estaciones y su dirigencia, violan con descaro dicha ley, de manera especial aquellas que pertenecen a personajes políticos, quiénes seguramente confían en que ello les da más poder, aunque en la práctica resulta «un dolor de cabeza» y un «no poder».

Lo contrario sucede cuando la estaciones manejada por locutores profesionales, convertidos en publicistas par dedicación.

Tal cosa ocurría en la Radio Valencia en sus primeros años cuando los Hermanos Aché, conscientes de que su misión en la radio era educar, dedicaron a ello toda su vida.

A esta estación, llega Guevara Villalba con magníficas ideas que aceptadas y apoyadas por aquellos locutores propietarios, se hacen realidad.

– El locutor es un creativo, Carlos, jamás lo olvides..! Cada sábado en horas de la tarde, Abelardo Paz abría las puertas del Cine Mundial, presentando a un comediante simpático que los valencianos de los años 30 recordamos con entusiasmo: Chaparrín.!

 

Afónico total, el payaso Chaparrín, nativo de la «Hermana República» decidió hacer carrera por su cuenta y para empezar, desertó del circo, llevándose, «de paso», a la bella esposa del cirquero.

Lo encontramos en pleno espectáculo:

– Muy buenas tardes…! El Cine Mundial, tiene el gusto de presentarles a Chaparrín, el cómico más grande del mundo…!

Epa, caballero alto ahí, que el mas grande soy yo! …

– Quien osa molestar mis finos apéndices auriculares..?

– El Negrito Popsi… el amolengo, más amolengo de Cuba…!

 

Surgía en el escenario de cemento del Cine Mundial, otra de las glorias valencianas de la ciudad: Tobías Damas Blanco, primo del bardo cumanés Andrés Eloy Blanco. Personificaba a perfección una variedad de personajes, siendo el Cubanísimo Negrito Popsi su más genial creación… Vestía calzones ajustados y camisa de satén con campanas afaroladas en las mangas.

Dimas cantaba, bailaba y animaba programas en la radio:

– Y ahora te voy a explicar, como se hacen las maracas…

Se cogen: dos "güiras",
se les abre un huequito..
la tripa se saca, se pone a seca...
...por muchas razones
se le ponen municiones ..
Y por el huequito,
se mete un palito,
se clava un clavito
y ahora... a tocar y cantar. ..
Oye... las maracas sonar
anda vamos a guarachar...

 

En todas las casas, la radio divertía a las familias cuando el Negrito intervenía con su acento cubano arrastrando palabras….

Y cada sábado, Guevara Villalba transmitía las variedades que presentaba, Abelardo, con los cantantes de moda y el show de Chaparrín, que por añadidura era bajito, «chaparrito» como decían los mejicanos, cuyas películas abundaban en la época.

- Teresita mira para arriba!
Teresita mira para abajo .
Que la luna es clara, clara, clara
clara como luz del día!

A muchos de los «zagaletones» de aquella época: Crispín Zambrano, Braulio Salazar; Mauro Mejías. Oswaldo Vigas, Pepe Faja, Reyes Rodríguez. Omar «negro» Lucena, Miguel González y Luis Guevara, deben resultar muy gratas estas reminiscencias, porque como a mí, Dios les ha dado la oportunidad de haber vivido y seguir viviendo, lo hermoso de toda aquella época, llena de cosas pintorescas.

Por cierto que fueron ellos quienes me obsequiaron la más tremenda pita, protestando mi debut, en la «hora de aficionados».

Y fueron ellos también, los que me obsequiaron su aplauso, cuando me toco reivindicarme, en ese mismo momento!…

Surge pues, una de mis más divertidas anécdotas, teniendo como co-protagonistas a estas brillantes personalidades, verdaderas glorias vivientes del gentilicio valenciano, con casi tres cuartos de siglo cada uno sobre sus venerables espaldas.

En aquella época, teníamos la oportunidad de memorizar muchísimas canciones, ya que había una gran profusión de cantantes populares como: Juan Arvizu, Pedro Vargas, Alfonso Ortiz Tirado, René Cabel, Daniel Santos, Tito Guizar, Rafael Muñoz, José Luis Moneró cuyas especialidades eran canciones, boleros y habaneras, sin dejar de incluir a los intérpretes del tango y sus grandes orquestas.

 

Francisco Canaro, era la orquesta por excelencia acompañante de Gardel, Hugo del Carril y Agustín Iruata. Por la radio escuchábamos a Rafael Lanzeta, Enrique Alvarenga, a Lorenzo Herrera (el padre) Rafael Deyón, Julio Centeno, Paúl Ramírez, quienes cantaban «todo».

Se nombraba siempre a los compositores: María Grever, Matamoros, Oswaldo Farrés, José Sabré Marroquín, Agustín Lara. Precisamente a este último pertenecía la canción que el guitarrista «oficial» de Radio Valencia, Julio Centeno, me enseñó a los 11 años:

"Farolito, que alumbras apenas mi calle desierta...
cuantas veces me viste llorando llamar a su puerta...
sin llevarle más que una canción
y un pedazo de mi corazón..
"Sin llevarle más nada que un beso,
friolento y travieso..
Amargo y dulzón./"

Un hermoso vals-canción que dominé a la perfección! .. Julio quiso que me luciera al cantarla y me dijo:

– Se oye más bonita si la cantas así:..

«Faaa..aa..rolito, que alumbras.. Pero eso sí, al compás! Ensayamos y salió como Julio lo esperaba.. Al día siguiente, a las 11:00 de la mañana, comenzó la transmisión… con animación de Santiafo Guevara Villalba.

– Y ahora, toca el turno a Carlitos Delgado, estudiante del cuarto grado de la «Domingo Savio» y canta del músico poeta, Agustín Lara, «Farolito»! Adelante, campeón..!

Julio, con su arte sin igual, punteó la melodía para que yo:…

– Faaa… aarolito que alumbras apenas…

De repente, un rechiflar general:

– UUUUU. …uuuuu. …Piiii… Piiii…

Miré a Julio quien me hizo señas de que siguiera y lo hice hasta el final, para que los mismos que me pitaran antes, aplaudieran a rabiar. Ese día, perdí para siempre el miedo escénico…!

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Carlos Delgado Niño nació en Valencia el 2 de septiembre de 1928, locutor, publicista, radiodifusor y periodista. Fue profesor de teatro, docente cultural, humorista, actor, escritor, cronista, libretista, poeta, cantautor y compositor.

Estuvo siempre ligado con el mundo del espectáculo en la ciudad siendo organizador del «1er Festival de la voz y la canción juvenil» en el año 1973 y «Valencia le canta a Valencia» en 1996.

Fue también director de varias estaciones de radio, productor radial y escritor de programas radiales cortos, novelados, y noticieros entre otros. Co-fundador de la Escuela de Teatro José Antonio Páez en Guanare, Portuguesa, y miembro de la Asociación de Escritores de Carabobo.

Falleció el 17 de noviembre del 2012, en su vivienda, rodeado del cariño de sus familiares y amistades más cercanas.

 

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