Como dice el viejo adagio:»cría cuervos y te sacaran los ojos». Y es que los despidos en el diario El Clarín, pese a su apoyo irrestricto al presidente Mauricio Macri, son una realidad. Es así como algunos se enteraron, por medio de la sutileza de un silencioso e-mail, que sencillamente, no tenían más trabajo.
Con este mensaje el gerente general de Clarín, Héctor Aranda, anuncia los #DespidosEnClarín. En 2018, el multimedio recibió 388 millones de pesos de pauta. Clarín no está en crisis. pic.twitter.com/ZSto2XzZPw
— Gino Viglianco (@GinoViglianco) April 17, 2019
Otros tuvieron que llegar hasta la redacción, en el centro de la Capital Federal, acercarse a un insólito vallado policial y dar su nombre a un señor que (lista en mano y prepotencia en grado superlativo) les decía si podían o no acceder a la empresa.
Así fue la traumática mañana del miércoles de los abnegados trabajadores y trabajadoras del Clarín.
El rumor sobre que algo estaba a punto de suceder se había echo muy fuerte unas horas antes, con la circulación por redes sociales de una imagen del inusual operativo policial alrededor de las instalaciones del grupo mediático más concentrado y que más publicidad oficial recibió durante los últimos años.
“Nos trataron como terroristas, incluso dentro de la empresa”, contó el Matías Cervilla, delegado del Sindicato de Prensa de Buenos Aires. También describió que en los alrededores del edificio había policías y en los pasillos interiores, una cantidad de empleados de seguridad privada que nunca antes habían visto.
“Es impresionante: hay un guardia cada cinco metros, un operativo «como si estuviese Donald Trump en la empresa”, agregó con voz quebrada y casi entre sollozos.
Todos los accesos al diario Clarín y a su planta impresora fueron vallados. Policías y guardias de civil con chalecos controlan las puertas y fueron apostados en todos los pisos. Estamos en estado de alerta. pic.twitter.com/TkK2xcw6gF
— Francisco Rabini (@pakman78) April 17, 2019
La cifra de despedidos aún no está clara
La cifra de despedidos todavía no está clara. En principio la empresa informó sobre 56 trabajadores y trabajadoras de Clarín, Olé y sectores periodísticos de Arte Gráfico Editorial Argentino (AGEA), parte del mismo grupo, pero luego los delegados descubrieron que no estaban contabilizando a los trabajadores y trabajadoras del interior del país.
Por ahora, según la Comisión Interna Gremial, la suma llega a 65 pero podrían ser más. “Son personas de cargos no jerárquicos: redactores, fotógrafos, editores. Se cargaron a la tropa más baja”, definió Cervilla.
La interpretación sindical es que «quieren aumentar sus ganancias gastando menos» (típico del capitalismo salvaje) en vez de (como dice Clarín) ofrecer un producto de mejor calidad.
Pasaron a convertirse en el claro ejemplo de que en lo que respecta a la política, no hay amigos. Valdría la pena preguntarse, ¿Con un gobernante como Macri y la estructura del estado devastada, dónde irán a quejarse? ¿será que algún miembro de la godarria gaucha se pronunciará en su favor?.
Ciudad VLC/José Becerra/ Actualidad RT