Descubrirse sin edad

Descubrirse sin edad ni lugar en el mundo. Jose Carlos De Nobrega

Raquel Santeliz (2014), De exactos esqueletos y cabellos dulces, Valencia, Carabobo, Gobernación Bolivariana de Carabobo, pp. 101.

Este es el primer libro de Raquel Santeliz. Ella es de las poetas que se han hecho esperar en el despliegue público de las alas de la escritura. Nacida en Carora, 1965, también ha desarrollado una obra plástica, si bien consolidada, no tan conocida por las mayorías. Hemos fallado en apreciarla y divulgarla. Pero, para la mayor gloria jesuítica de Dios, estamos a tiempo de incorporarla a nuestro anticanon literario y a nuestro imaginario artístico.

El conjunto poético posee ese cariz conceptual de su mismo trabajo pictórico, tridimensional y afín al ready made o instalación. Conceptismo más emotivo que intelectivo, ello en función de un proceso muy contingente, asimétrico y humanístico de educación sentimental.

 

Se nos presenta, sin el protocolo presuntuoso del discurso autorizado, un diario cifrado de la cautividad opresiva del Matrimonio. Las manos manchadas de pintura roja, evaden la censura patriarcal, en la configuración de una casa habitable, lírica y rebelde distinta a la buhardilla oscurantista de las relaciones disfuncionales de Poder machista insufrible.

Se trata de cobrar conciencia de la sexualidad reprimida y diluida en la cuarentena a la que la voz fue sometida: «Me descubrí sin edad / sin sexo / sin nombre / hasta que mis cabellos / acariciaron mis pechos». El ejercicio de la ciudadanía femenina es libertario, no exento del sufrimiento ni del malestar existencial.

 

Del título, engañoso en su contundente ironía, no puede inferirse un monótono inventario de lamentaciones yacentes en un osario auto compasivo. Por el contrario, la voz poética asume la multiplicidad de la legión de adentro, caótica y contradictoria. Sólo así se fortalecería como grito de denuncia profética, y susurro lacerante, indeclinable y femenino.

 

Es evidente que el conjunto de 40 poemas integra las vicisitudes de la cuarentena en una casa patriarcal harto mustia, como si se tratara de un corazón espinado en tinieblas. Tal es el ámbito ciertamente inhóspito de esta exploración en el Yo sufriente, la república traicionada que balbucea el no-discurso de la depresión.

 

Se trata, pues, de una manifestación dolorosa, entre melancólica y airada, del Grado Cero de la Escritura que colinda con la anti-poesía que luego devendrá en Poética del Decir al momento de redimirse la voz del hegemon femenino y vitalista. Dice Julia Kristeva en «Sol negro.

Depresión y melancolía»: «Incrédulo del lenguaje, el depresivo es un cariñoso, herido sí, pero cautivo del afecto. El afecto es su cosa». La propuesta del libro excede el mero deshollinar la chimenea.

A través de la poesía y su integración a las artes visuales y musicales, la voz poética hegemónica y liberadora se forja la resurrección dentre la pobreza y el cansancio discursivo de la mujer depresiva y decepcionada. El poema 15 así lo revela y lo imposta hasta la última mascada: «Te amo previsto / Te amo hoy / Te amo constructivo mañana / Te amo resultados y voluntades / Te amo por esfuerzos / Te amo actitud de aspecto».

El discurso anómalo y monocorde de la disociación depresiva, conducirá al diagnóstico y a la cura de la paciente y rea tanto en lo clínico como en lo existencial.

 

Hay poemas de expresividad endurecida como las pinturas negras que decoraban la casa decepcionada de Goya. No hay contemplaciones ni con el patriarca carcelero, mucho menos con la prisionera victimizada. » (…) no tengo arrugas / el llanto las ha borrado / los gusanos se encargaron de estirar mi piel / arden mis sesos sin piedad // él… / el antihéroe reinando / lame sus dientes asquerosos».

Este es el poema 20. Así discurre y se escurre el detritus de la cautiva y la castrada en los poemas 27 («soy tan feliz infeliz», cielo e infierno se confunden molidos en la licuadora), 28 y 29.

La esposa sometida y quebrantada saldrá libre en virtud de la metáfora y la hipérbole hiperrealistas, no sin atravesar el río inmundo que vadea El Perro de Goya hundido en las miasmas. No necesita del indulto de otro padrote reformista y liberal.

 

La tensión entre el discurso amoroso post-romántico (poema 3 referido al hombre que acompaña y salva) y la ruptura sintáctica del sufrimiento depresivo antes señalada y ejemplificada, permitirá la campaña larga de duelo y luego liberación en las entrañas del lenguaje.

El acto de reafirmación feminista desideologizado, no es automático ni retórico sino en el andar titubeante pero osado de la que se desliza buhardilla afuera por el filo de la navaja.

 

La educación sentimental de la que se había quedado sin lugar en el mundo normado por el patriarcado, va desmontando los callejones sin salida y los pasadizos por donde el depredador la acecha y la increpa hasta la culpabilidad inducida y la frigidez erótica y volitiva.

Se resemantiza la opresión hasta defenestrarla. Todo por recuperar el empoderamiento en la igualdad y la complementación de los géneros. Al extremismo patriarcal, cuasi feudal, no se le puede oponer otro extremismo sexista como el de la madre castradora voceando consignas feministas huecas.

 

No se escatiman las herramientas que corroan las paredes de tal presidio minimalista, portátil como caracol alienado, y sucedáneo fallido del microcosmos familiar. Los aforismos humorísticos, los discursos autorizados impostados, la Letanía maledicente numerada 37 que desmonta los cuentos de hadas, esa balada contra el Miedo que es el inigualable poema 24, o la epístola paulina invertida del poema 10 que hace trizas el poder vertical en el proceso mismo de la inquisición existencial de la voz libertaria.

 

Este libro constituye una pieza orgánica de rebeldía literaria a considerar, al igual o en relectura paralela a la irreverente poesía de Lydda Franco Farías. Contemos con una voz nueva y digna de la poesía venezolana escrita por mujeres que amamos con entusiasmo y frenesí.

 

Coda radial. Tentado en el desierto de la fallida república de El Dorado petrolero, el vampiro de César Arriba colocó en Soda 95.1 FM el tema Papa was a Rolling Stone del grupo The Temptations. Por lo que cierro afirmando que Papa Padrote was not a Rolling Stone. He is Juan Charrasqueado.

Descubrirse sin edad ni lugar en el mundo. Jose Carlos De Nobrega

 

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Ciudad VLC / José Carlos de Nóbrega