Simpatía por el Diablo es una de las canciones más icónicas de los Rolling Stones. Fue escrita por el líder de la banda, Mick Jagger, en colaboración con Keith Richards y lanzada en 1968 como parte de su álbum «Beggars Banquet». La canción es famosa por su ritmo inconfundible, su letra polémica y por su memorable y curioso coro.

Se escribió en un momento turbulento en la historia de los Rolling Stones. En 1967, la banda estaba grabando su álbum «Their Satanic Majesties Request», que recibió críticas mixtas con un fracaso comercial. En febrero de ese año, fueron arrestados en su casa de Londres por posesión de drogas. La policía llevó a cabo una redada en la casa de Keith Richards y encontró varios tipos de drogas, incluyendo LSD y cannabis.

El arresto, por supuesto, fue un gran escándalo en la época, ya que la banda era una de las más populares y famosas del mundo. El caso fue muy seguido por los medios de comunicación y la opinión pública se polarizó sobre si la banda era culpable o no de los cargos. Fueron llevados a juicio en junio de 1967 y finalmente fueron declarados culpables de posesión de drogas Mick Jagger, Keith Richards y Brian Jones, quienes recibieron penas de prisión suspendidas y multas, mientras que los otros dos miembros de la banda, Charlie Watts y Bill Wyman, fueron absueltos. Esto tuvo un gran impacto en la banda y en la cultura popular en general. Los “Chicos malos del Rock and Roll” habían sido vistos como símbolos de la rebelión juvenil y la contracultura, y el arresto los llevó a cuestionar su propio papel como figuras públicas.

 

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En este contexto, Mick Jagger comenzó a escribir Simpatía por el Diablo, y esto surgió a partir de una conversación que tuvo con su amigo y escritor Jean-Luc Godard, quien era un famoso director de cine francés que estaba visitando a Jagger en su casa y le dijo que la verdadera revolución no era política, sino cultural. A su vez argumentó que los artistas y los escritores eran más importantes que los políticos para producir un cambio en la sociedad.

Jagger siempre ha sido un intelectual. Y aquí cabe la anécdota de cuando Jagger, en 1970, hizo la película Perfomance, de Nicolas Roeg y Donald Cammell, donde leyó un poema de Borges sorprendiendo a propios y extraños. Tiempo después –y esto lo contó María Kodama, la secretaria y posterior esposa de Borges–, Mick Jagger coincide en un hotel de Madrid con el escritor argentino y Jagger se le arrodilló a Borges diciéndole que era un honor conocerlo. Borges preguntó quién era y el cantante le dijo su nombre, a lo que Borges respondió: “Ahhh, eres el de los Rolling Stones”. La cara y actitud, el orgullo y la alegría de Mick Jagger no tenían descripción, contaba María Kodama.

Pero regresemos: Mick Jagger comenzó a pensar en la figura del diablo como un símbolo de contrapeso al cambio cultural. Entre 1967 y 1968, los acontecimientos culturales, políticos y sociales contribuyeron a darle peso a la idea de Jagger. Fue un período de intensa agitación en todo el mundo. Algunos de los grandes sucesos que marcaron esos años fueron: el asesinato del Che Guevara el 9 de octubre de 1967, en la localidad de La Higuera, Bolivia. El Asesinato del líder de los derechos civiles estadounidenses Martin Luther King Jr., el 4 de abril de 1968 en Memphis, Tennessee. Su muerte desencadenó una ola de disturbios y protestas en todo Estados Unidos. En mayo de 1968, los estudiantes franceses iniciaron una serie de protestas y huelgas masivas en París y otras ciudades, este evento se conoció como el “Mayo francés”.

 

The-Rolling-Stones-Simpatía por el diablo-Mick Jagger y Jorge Luis Borges

En agosto de 1968, en Checoslovaquia, se produjo una breve, pero significativa apertura política conocida como la «Primavera de Praga». Bajo el liderazgo de Alexander Dubček, el país intentó implementar reformas liberales, lo que provocó la invasión del Pacto de Varsovia, encabezado por la Unión Soviética para sofocar el movimiento. El movimiento estudiantil global en la calle: además de Francia, otros países también experimentaron movimientos estudiantiles y protestas, como México, Alemania, Italia, Estados Unidos y varios países de América Latina. Estos movimientos cuestionaban la autoridad establecida, demandaban derechos civiles y se oponían a la guerra de Vietnam.

Los Juegos Olímpicos celebrados en la Ciudad de México en 1968 fueron escenario de un momento icónico de protesta cuando los atletas Tommie Smith y John Carlos, medallistas en atletismo, realizaron el famoso gesto del puño en alto durante la ceremonia de premiación para mostrar su apoyo al movimiento por los derechos civiles. También en 1968, el movimiento feminista ganó impulso en todo el mundo, con manifestaciones y demandas por la igualdad de género, derechos reproductivos y la lucha contra la discriminación. Se suma a ello el asesinato de los Kennedy, teniendo como el más resaltante el de John Fitzgerald Kennedy, presidente de los EE. UU, acribillado en Dallas en 1963.

Con todos estos elementos, Simpatía por el Diablo proyectaba ser una canción problemática para su promoción en los medios de comunicación. La grabación también fue problemática. La versión original contaba con un solo de guitarra eléctrica y coros de gospel, pero se decidió cambiar la estructura durante la sesión de grabación para hacer el solo de guitarra más sencillo para que cualquiera pudiera tocarlo y la inclusión de “Woo Woo” como coro para hacerlo más contagioso. El productor, Jimmy Miller, tuvo que ajustar los nuevos cambios de Jagger, para hacerla más dinámica y con un ritmo más acentuado.

Simpatía por el Diablo se convirtió sin proponérselo en un éxito para los Rolling Stones y ha sido considerada una de las mejores canciones de la banda. La misma también ha sido objeto de controversia debido a su letra provocativa, que ha sido interpretada de diferentes maneras por distintas personas. La visión de la figura del diablo como un símbolo de imposición ante la contracultura llevó a Jagger utilizar varios ejemplos históricos, desde la muerte de Jesucristo hasta la Revolución Rusa, para mostrar cómo el diablo ha estado presente en todos los momentos de cambio y transformación, lo que a su vez refleja la importancia de la cultura y la historia en la transformación social.

La canción también hace referencia a la violencia y la anarquía que estaba ocurriendo en ese momento, para ello solo basta leer la línea «Just as every cop is a criminal, and all the sinners saints» (Así como cada policía es un criminal y todos los pecadores son santos) para describir la situación.

Por otro lado, para hacer la composición más profunda en su diversidad cultural, tiene un distintivo ritmo de percusión que fue inspirado por la música afrocubana y brasileña. La batería y la percusión son una mezcla de tambores africanos, congas y maracas, tocados por Charlie Watts y Rocky Dijon.

A propósito de Rocky Dijon, este músico fue un percusionista que trabajó con los Rolling Stones durante un breve tiempo a fines de la década de 1960. Dijon era de origen africano y había sido amigo de Brian Jones desde su infancia. Fue Jones quien recomendó a Dijon como percusionista para la grabación de Simpatía por el Diablo. Allí tocó congas y maracas en la canción, y su estilo de percusión fue una influencia clave en el sonido distintivo. Y aquí viene otro comentario: se ha visto en las redes una acotación donde afirman que las maracas las tocó un venezolano que estaba estudiando en Londres y que en condición precaria deambulaba por las calles y solía dormir en un teatro donde los Rolling Stones grabaron el video de Simpatía por el Diablo.

Eso es completamente falso. Para empezar, la grabación de Simpatía por el Diablo fue en el estudio de grabación Olympic Sound. El video se hizo en el estudio de Intertel propiedad de la BBC de Londres y fue un evento producido por los Rolling Stones bajo la dirección de Michael Lindsay – Hogg. Esa producción tenía por nombre Rock and Roll Circus y fue un concierto único que se llevó a cabo el 11 de diciembre de 1968, cinco días después del lanzamiento oficial de Simpatía.

 

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Además de los Rolling Stones, el concierto contó con la participación de otros artistas destacados de la época, como The Who, Jethro Tull, Marianne Faithfull, Taj Mahal, entre otros, incluyendo el famoso cameo de John Lennon en el video de los Stones. El concierto fue concebido como un espectáculo circense con una estética extravagante y se grabó con la intención de ser transmitido en la televisión, aunque no se lanzó oficialmente hasta 1996, año en el que muere precisamente Dijon quien en ese video tocó las congas mientras las maracas las tocó Brian Jones, quien también murió en 1969.

El 6 de diciembre de este 2023 se cumplen 55 años de una canción que terminó de consolidar la fama de quienes el mundo ha conocido como Los Chicos Malos del Rock and Roll, Sus Majestades Satánicas, Los Dinosaurios del Rock, o sencillamente Rolling Stones.

Mick Jagger sigue cantando y pegando brincos en el escenario a sus 80 años y el diablo todavía anda suelto en el mundo.

 

Simón Petit (Crónicas Melómanas) / Ciudad valencia