Si las palabras de Mike Pompeo se revisan con detenimiento, en cuanto a que desde las filas opositoras pudieran surgir cuarenta (40) candidatos a la Presidencia de la República, una sencilla operación matemática nos llevaría a concluir, que a esta hora exista un contingente, dividido, de unos 15 mil aspirantes a diputados, ante a una muy cercana elecciones parlamentarias.
Al asumir la presidencia Hugo Chávez Frías en 1999, y con ello la propuesta de una Revolución Bolivariana, surgió una alocada contra revolución.
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Desde entonces, con veinte (20) años sobre el lomo ha sucumbido a más de un fracaso. La lista de acciones es alta y la de fracasos casi le iguala. La abstención electoral es una de ella, y cómo les duele.
Constitucionalmente la Asamblea Nacional debería renovar sus curules, en una fecha del año 2020. Esos diputados y diputadas serán electos para el periodo constitucional legislativo que se iniciará el 5 de enero del 2021.
Sin embargo, la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), respaldada por la propia Constitución, tiene las facultades plenipotenciarias que le permiten aprobar unas elecciones a la AN en este año 2019.
Oposición dividida que no la une ni siquiera el “Nicolás vete ya”
En su oportunidad Pompeo vociferó algo que todo lo saben: la profunda división que existe en el seno opositor. Aquí hay que dejar muy en claro algo: para que una estructura, cuerpo u órgano se divida, previamente debe estar unida.
Pero es que desde que se iniciaron los ataques contra el gobierno del Comandante Hugo Chávez, cada dirigente, y mediano dirigente, andaba tras un interés particular. Lo único que los unía era: “Chávez vete ya”.
Hoy ni siquiera el “Nicolás vete ya” los une.
Los acontecimientos de los últimos meses han tenido como protagonista al inquilino de la Casa Blanca, y a otros voceros que desde Washington reciben sus instrucciones.
Mientras que la “dirigencia” opositora, distante de lo que ocurre, observa a un autoproclamado lanzado a una campaña electoral presidencial por todo el país.
La oposición venezolana, por supuesto dividida, está la caza de lo que venga. Se encuentra en “modo electoral”: inscribir candidaturas a la AN; en “modo bloqueo invasión” llamando a mantener el asedio de hambre contra el pueblo venezolano y en “modo de dividir”, buscando fracturas en el seno del pueblo, en la unión cívico militar y dentro de la dirigencia chavista.
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Elecciones a la AN pueden ser en este 2019
El primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, ha declarado en varias ocasiones que ellos están preparados para las elecciones parlamentarias a más tardar el año 2020, tal como lo establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
La ANC designó recientemente una comisión, integrada por la constituyente María Alejandra Díaz, Francisco Ameliach Orta y el propio Diosdado Cabello con el objeto de evaluar la posibilidad de un adelanto de las elecciones de diputados a la AN, que actualmente se encuentra en desacato.
“Ya comenzamos con las investigaciones y estudios para determinar la mejor fecha para nuestro país y nuestra patria, para las elecciones de la Asamblea Nacional. No se vayan a ir de vacaciones en diciembre, porque podrían ser el primero o dos de enero”, señaló.
“Si de esa consulta resulta que se decidió que la fecha es el 1 de enero del 2020, entonces la hacemos para esa fecha, si se decide, previo consulta, que debe hacerse este año, entonces se hará este año”, señaló.
Una dictadura que moviliza 44 millones de votantes
Desde la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, a fines de julio de 2017, hecho celebrado bajo el asedio de la violencia en algunas regiones del país, se realizaron otros cuatro eventos comiciales: gobernadores, alcaldes, concejales y Presidente de la República.
En total, en la instancia de 18 meses se movilizaron cerca de 44 millones de votos, siempre en el contexto de un asedio, nacional e internacional, a la economía venezolana; y el llamado a la abstención por parte de un sector opositor.
Los ataques que recibe el Gobierno Revolucionario desde el ámbito internacional, obedece en parte, a los insumos comunicacionales que aporta la propia oposición venezolana. Las acusaciones de caracterizar al Gobierno de dictadura vienen incluso desde el inicio de la administración del Presidente Chávez.
Opositores hacen fraude con el fraude
El discurso opositor intenta ser coherente en cuanto a que una dictadura que realiza elecciones, tiene que aferrarse al fraude electoral. Las acusaciones hechas por la oposición, a lo largo de estos 20 años, han tenido un carácter mediático. Nunca han aportado las pruebas, nunca han formalizado sus denuncias de fraude ante las autoridades electorales.
Lo más resaltante de este aspecto es que en las ocasiones que los opositores han tenido a su favor los resultados, allí no se menciona la figura del fraude. Evidentemente que han hecho fraude con el fraude.
Con la actual estructura de las autoridades electorales la oposición venezolana ha conquistado gobernaciones, alcaldías, concejales, curules en consejos legislativos regionales, diputados nacionales.
En diciembre del 2015 obtuvieron un arrollador triunfo en la AN con más de 100 diputados. Igualmente desde su vocería no hubo denuncia de fraude que ellos hayan recibido. Sin embargo, desde las propias filas opositoras se pudo comprobar irregularidades fraudulentas de tres candidatos por el estado Amazonas.
La oposición, en singular, se siente amarrada a los designios de Washington, y muy particularmente a la música que John Robert Bolton le suene a Donald Trump.
El imperio ha dejado en claro que no quiere elecciones con el chavismo en el gobierno. Pudiera entonces repetirse la historia del 2005. Imponiendo, a estos potenciales 15 mil candidatos opositores, a que acepten con docilidad: un nuevo llamado a la abstención.
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Ciudad VLC/William Hernández
