En la esquina, sur-oeste de la avenida Urdaneta, cruce con la calle Independencia, a una cuadra de la plaza Bolívar, donde quedaba trajes Pimentel, vivió y murió el prócer de la independencia suramericana, el cojedeño José Laurencio Silva.
Patriota que ganó laureles a fuerza de valor y coraje, de sub-teniente llegó a ser General en Jefe, rango militar que se encontraba en la cima de la jerarquía castrense, arriesgó su vida por la libertad de Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Perú.
Este humilde guerrero, oriundo del Tinaco, de padres de escasos recursos, participó en numerosas batallas; en la campaña de Coro, al mando del Brigadier Francisco Rodríguez del Toro, tuvo el honor de combatir junto al precursor de la independencia americana, Don Francisco de Miranda, sometiendo a los realistas que desde Valencia proclamaban a Fernando VII.
Con Bolívar estuvo en la Campaña Admirable, Taguanes, Bárbula, Araure, Campaña del Centro, batalla de Calabozo, aquí fue ascendido a teniente coronel, participando en la batalla de Carabobo, y su actuación en ella le hace acreedor de un ascenso otorgándosele el grado de coronel; estuvo también en 1822 en la batalla de Bomboná, y en Junín.
Bajo las órdenes del general Páez estuvo en Mantecal, El Yagual, en Mucuritas, aquí es ascendido a capitán. Es lancero en la heroica batalla de Las Queseras del Medio. Asiste a la Batalla de Ayacucho con el Mariscal Antonio José de Sucre, quien lo asciende por su valor a General de Brigada.
Fue herido en combate en muchas oportunidades, se le cuentan 15 heridas de consideración, 9 de lanza, 6 de balas y unas 35 cicatrices menores. Se destacó por su arrojo en el combate, por su gran amor a la patria y su lealtad, algunos historiadores lo han llamado el “Héroe de la lealtad”, siempre fue un patriota seguidor y leal al Libertador.
Fue uno de los amigos que estuvo en los días finales del Libertador. Simón Bolívar lo designa Albacea Testamentario junto con Pedro Briceño Méndez, Juan de Francisco Martín y el Dr. José María Vargas. José Laurencio Silva fue quien le proporcionó una camisa limpia en el momento de la muerte al Padre de la Patria.
Nos imaginamos a esta figura de nuestra independencia sentado al frente de su casa, como era la costumbre de esa época, en esa casona de 25 metros de frente por 50 de largo, con su esposa Felicia Bolívar Tinoco, hija del hermano del Libertador, Juan Vicente Bolívar y Palacios, o en la hacienda Monte Sacro, en Chirgua, herencia de Bolívar a los hijos de su hermano.
Hay un episodio que fue comentario obligado de la sociedad Valenciana para ese entonces, cuando el general José Antonio Páez, quien vivió y se convirtió en presidente del país desde esta ciudad, fue capturado y hecho prisionero por José Laurencio Silva, en Macapo, Cojedes, el 12 de agosto de 1849, cuando el caudillo de los llanos se alza contra el gobierno de Monagas.
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Tal vez el hecho de haber sido sometido por un oficial que fue su subalterno, le haya causado más pesadumbre que la derrota misma. Es traído atado a Valencia a las 3 de la tarde, ante una multitud que le vociferaba todo tipo de improperios, rumbo al castillo de San Antonio en la guarnición de Cumaná, donde permaneció prisionero hasta el 23 de mayo de 1850.
La historia nos muestra sus páginas escritas para que cada uno de nosotros deslastre la historia escrita desde el poder y busque la verdad de los hechos. Lo que significamos es que Valencia está envuelta en importantes hechos históricos.
¡¡¡ ASÍ MISMO ES, SOMOS HISTORIA!!!
