Realizo esta nota a propósito de haberse conmemorado 86 años de la Facultad de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela (UCV)-Campus Maracay. Esta se inició con la fundación de la Escuela Superior de Agricultura y Zootecnia de Venezuela, establecida un 13 de octubre de 1937 por Decreto Presidencial, adscrita al Ministerio de Agricultura y Cría (MAC) y ubicada en la Hacienda “Sosa”, en la zona de El Valle en Caracas.
En 1939 tomó formalmente el rango de Escuela Universitaria administrativamente dependiente del MAC y para 1946 se constituye como Facultad de Ingeniería Agrícola, bajo la orientación académica de la UCV. Finalmente, para 1948, fue adscrita totalmente a la UCV funcionando en Caracas hasta el año 1950, cuando es trasladada a la ciudad de Maracay, en el sitio que ocupara la Hacienda “La Trinidad” y el Fundo “El Limón” (en la vía de Maracay al hoy municipio “Mario Briceño Iragorry”).
En 1953 cambió el nombre a Facultad de Agricultura, y es a partir de 1955 cuando se identifica como Facultad de Agronomía (Fagro-UCV), nombre que se ha mantenido hasta la actualidad. Ha sido indudablemente institución pionera de los estudios agronómicos en nuestro país. Existen tanto los departamentos ocupados básicamente por la parte académica, junto a una Dirección de Escuela, como los institutos dedicados a la investigación, adscritos a una “Coordinación de Investigaciones”, que orienta igualmente el trabajo en las estaciones experimentales. Acá se ubican las diferentes áreas de trabajo como: Producción Vegetal, Producción Animal, Ingeniería Agrícola, Zoología Agrícola, Botánica, Tecnología Agroindustrial y Desarrollo Rural.
Además de egresar ingenieros agrónomos en diferentes menciones, tiene cursos de postgrado a distintos niveles y en las diferentes especialidades. En relación a la extensión universitaria, Fagro UCV mantiene una importante labor en diferentes localidades del país, dirigidas por la “Coordinación de Extensión”. Existe obviamente el decanato y el Consejo de Facultad, como instancias de dirección universitaria. La profesora Aída Ortiz es su nueva decana, recién electa en 2023.
Al referirme a la Facultad de Agronomía de la UCV es imposible desligarme de mi condición de egresado y de la experiencia vivida en sus espacios, específicamente en dos épocas distintas, una hasta mediados de los años ‘70 y otra desde los inicios de los años ‘90. No es mi intención retrotraer todo lo vivido, sino simplemente señalar que más allá de las circunstancias particulares, he mantenido y mantengo un afecto especial hacia esta institución en la que no solo logré obtener títulos como profesional, sino en la que considero pude consolidar una formación integral más allá de lo puramente académico.
En lo señalado como primera etapa (1969), inicio y mediados de los años ‘70, considero estuvimos en una Fagro UCV influenciada por la situación dura vivida en el sector universitario y el país. Se venía de un proceso de Renovación Académica, del cual solo vivimos sus estertores, es decir, la parte final de un movimiento que fue aplastado desde el gobierno nacional de entonces.
Inmediatamente después vino la intervención directa, allanamiento, militarización y cierre de la UCV (1970), que se prolongó hasta mediados de 1971 (se reabrió la UCV, más por presión de distintos sectores, que por voluntad gubernamental). A finales de julio de 1971, culminaríamos finalmente el tercer semestre efectivo. Luego vendría un “reacomodo” entre 1971-1974 (de lo vivido por mí, en los subsiguientes semestres 4°, 5°, 6°, 7°y 8°), que implicó un proceso lento de reintegro de alguna democracia interna bastante precaria.
Se eligieron autoridades rectorales y decanales muy condicionadas (1972). Parte de quienes nos incorporamos al movimiento estudiantil contestarlo y radical, nos mantuvimos abstencionistas, como manifestación consecuente que se sostuvo invariable por un tiempo que resultó excesivo. Hubo la asunción tanto de luchas nuevas, como “luchas heredadas”. En este último caso estuvo enfrentar el llamado “Reglamento de Repitientes” (RR), que al propio rector Jesús María Bianco le había sido imposible “congelar” en el Consejo Universitario dirigido por él en 1965.
Más allá de las luchas estudiantiles libradas en esta primera etapa, de la consecuencia mostrada, de los posibles aciertos que se dieron y también de los errores cometidos, fue algo aleccionante más allá del desenlace desfavorable que se tuvo en determinados momentos. Siempre me sentí identificado con este núcleo universitario, sus espacios y múltiples vivencias. Un aspecto que aún me llama especialmente la atención es la consigna que se repite en el himno de nuestra facultad: “Explotar a la tierra y no al hombre”. Disfrutaba de mi estancia allí y me guiaba por la arenga de “estudiar y luchar”, siendo responsable siempre con mis estudios.
Ya en la segunda etapa, en otro escenario y en una “crisis terminal” del puntofijismo gobernante, debí combinar el activismo político revolucionario, que aún desarrollaba, con las responsabilidades académicas, estas últimas bastante exigentes. Fue remontar una cuesta como hombre comprometido políticamente (que siempre lo he sido, más allá de las militancias como tal), con una familia a cargo y viviendo fuera de Maracay. Cursé y aprobé unas 25 asignaturas, más del doble de las materias que “adeudaba” de la primera etapa. También requerí elaborar y aprobar un trabajo de grado, que no se hacía a mediados de los años ‘70.
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Fue una buena lección de vida. Acá conté con la solidaridad de muchos amigos y camaradas que me ayudaron en la estadía y sobrevivencia. Pude reencontrarme afectivamente dentro de esos caminos recorridos y disfrutar tan igual como en “viejos tiempos”. Reconozco en especial y póstumamente al decano amigo profesor Freddy Gil Gonzalez, fallecido en 2015, quien facilitó mi reincorporación a Fagro UCV, decidida por unanimidad en Consejo de Facultad de abril, 1991.
Viví también positivas experiencias ya como profesional en Fagro UCV, realizando múltiples tareas y trabajos bajo contratos a término, como personal técnico adscrito a la “Coordinación de Extensión”, entre 1996 y finales del año 2000 (cuando fui contratado por la UNESR). Esto representó un gran aprendizaje. Acá destaco la figura orientadora del profesor José Rafael Rodríguez Brito, docente de gran trayectoria, exdecano de la facultad, doctor honoris causa de UCV (fallecido en 2018), quien me acompañó como tutor de la maestría que aprobé a finales de 2002.
Felicidades a toda Fagro UCV en sus 86 años. Mucha sapiencia y aciertos a sus nuevas autoridades y equipos de trabajo, en esta nueva etapa que se inicia. ¡Un feliz aniversario!
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“…ha emergido una nueva metodología de conocimiento de lo social que se apoya en la experiencia de lo vivido, en la subjetividad como forma de conocimiento, tan válido como los números, los modelos, las curvas o cualquier otro instrumento estadístico”. (Profesor Víctor Córdova. UCV, 2003)
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José David Capielo Valles es ingeniero agrónomo y magíster en Desarrollo Rural, egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Campus Maracay. Nacido en Coro, estado Falcón, en 1949. Es docente jubilado de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), Núcleo Canoabo (2016). Es locutor, comunicador alternativo y colaborador de Ciudad Valencia desde 2014.
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