Del Medanal venimos-José David Capielo-EL 19 DE ABRIL-Simón Girán
José David Capielo autor de la columna Del Medanal Venimos

Iniciamos una nueva etapa anunciada de los “Medanales”. Como columna única semanal acá incluiré todos los escritos a compartir sin distingo de ninguna temática. He querido abordar esta vez el entreguismo como política que caracteriza a la oposición venezolana en sus distintas expresiones, organizaciones y posturas.

Por entreguismo entenderemos una política de sumisión ante el hegemonismo de los EEUU, que ha sido característica principal de la mayoría de gobiernos desde nuestros inicios como República. La más cercana referencia es el período puntofijista entre 1958-1998, luego del fracaso de quienes estuvieron al frente del levantamiento popular del 23 de Enero de 1958 con el derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

La división ha marcado a la oposición política en Venezuela (centrada en las apetencias personales de sus líderes). Lo fundamental de su propuesta al país es simplemente la reivindicación de la llamada democracia representativa (y criminal) de esos últimos 40 años de gobiernos antipopulares, como modelo que pretende ser restituido en Venezuela.

Los más comprometidos con el tutelaje estadounidense (todos lo son, en mayor o menor grado), denominados como G4 (por las 4 principales organizaciones que lo han venido integrando) optaron por seguir ensayando intentos terroristas y destabilizadores acelerados tras obtener mayoría en la Asamblea Nacional (AN) a finales de 2015.

Fracasaron sus planes golpistas, sufrieron distintas derrotas, incluidas las electorales, y fue significativo el freno a la violencia callejera  del 2017 con la elección de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Luego decidieron, a inicios del 2019, específicamente el 23 de enero de ese año, optar por la auto juramentación callejera, como “presidente interino” del país, de quien fue electo al frente de esa AN opositora de entonces. Esta anti constitucional medida la decidieron, obviamente, con la anuencia directa de Donald Trump, presidente para ese entonces de los EEUU.

A partir de ese momento, siempre con el respaldo estadounidense y sus aliados, iniciaron todo un plan de saqueo, despojo de activos y mayores medidas coercitivas contra Venezuela, que ya se venían aplicando desde la gestión de Barack Obama. Toda esta farsa del “interinato” ha servido para que los principales dirigentes opositores se llenen los bolsillos de dinero mal habido, robado a nuestra nación.

En este acto de pillaje se han mantenido todos estos años, obviamente con el aval tanto del ya expresidente republicano Trump, como del actual mandatario demócrata, desde 2021, Joe Biden (quien representa, como sabemos, los mismos intereses imperiales e injerencistas).

El Gobierno Bolivariano ha realizado múltiples gestiones para contrarrestar estas acciones antinacionales, con algunos buenos resultados. Logró incluso acusar y encarcelar a parte de estos exdiputados terroristas corruptos. Pero también ha jugado bastante al desgaste de esta política absurda, cuyo resultado es que la mayoría de los propios involucrados han reconocido el fracaso del ya desgastado “interinato”.

De otro lado, está la llamada “oposición democrática”, la que ha pactado en nuestro país con el Gobierno Bolivariano y que, por lo menos en teoría, rechaza las actuaciones del llamado G4. Estos opositores han participado en las últimas elecciones realizadas, incluida las presidenciales del 2018. Funcionan como “Alianza Democrática” en la actual Asamblea Nacional legalmente electa y activa, desde enero del 2021, y con determinante mayoría chavista.

Esta otra ala opositora, aún dentro del cauce constitucional, defiende igualmente el retorno a aquella Venezuela cuarto-republicana. La consideran como su oferta principal ante las deficiencias, propias o provocadas, del proyecto bolivariano. Representan también el pasado, el volver a esa etapa oprobiosa de represión, detenciones, torturas y asesinatos, ante la protesta popular y ante toda disidencia.

Ha hegemonizado el llamado G4 y sus derivaciones, dado el aval preferencial que tienen de los EEUU. Con representantes de este sector radicalizado (“Plataforma Democrática”) se ha reiniciado el diálogo democrático en México, ante lo cual el presidente Nicolás Maduro ha ratificado su posición abierta y dialogante, siempre con respeto al adversario.

En unos primeros acuerdos, según lo informado, se logró el rescate de unos 3.200 millones, o más, de dólares como parte del dinero “retenido” a Venezuela, que serán asignados a distintas obras sociales en nuestro territorio. Este acuerdo está en proceso de cumplimiento para poder avanzar a lo que serían otros posibles convenimientos en lo político y demás áreas.

 

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Por iniciativa del G4 se inició la realización de las llamadas primarias, donde supuestamente será escogido el candidato opositor para las próximas presidenciales. Hasta ahora hay una gran cantidad de precandidatos y gran incógnita sobre su realización y resultado final. Se habla de un posible consenso en torno a alguna de estas figuras, cosa improbable dado el nivel de contradicciones existentes.

Con participación de exdiputados de la Asamblea Nacional del 2015 (presentes y virtuales), las organizaciones Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Acción Democrática (sector Ramos Allup) decidieron “liquidar el interinato” dejando “fuera” a Juan Guaidó y a Voluntad Popular. Ratificaron el funcionamiento de esa instancia legislativa totalmente ilegítima, con nueva directiva, cuyas tres integrantes residen en el exterior y están solicitadas según la Fiscalía General venezolana. Se reservaron además seguir controlando todo lo referido a los activos y dineros venezolanos confiscados.

Este es el drama actual que vive la oposición venezolana al pretender regresar al escenario político de cara a las próximas elecciones presidenciales. Más allá de sus desavenencias, su objetivo es restablecer un gobierno entreguista en Venezuela. Por ello, suceda lo que suceda, en esta “previa” electoral y más allá, no queda más que reafirmar lo que ha sido una consigna fundamental: ¡NO VOLVERÁN!

 

 

“…ha emergido una nueva metodología de conocimiento de lo social que se apoya en la experiencia de lo vivido, en la subjetividad como forma de conocimiento, tan válido como los números, los modelos, las curvas o cualquier otro instrumento estadístico”. (Profesor Víctor Córdova. UCV, 2003)

 

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José David Capielo Valles es ingeniero agrónomo y magíster en Desarrollo Rural, egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Campus Maracay. Nacido en Coro, estado Falcón, en 1949. Es docente jubilado de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), Núcleo Canoabo (2016). Es locutor, comunicador alternativo y colaborador de Ciudad Valencia desde 2014.

 

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