Del Medanal venimos-José David Capielo-La Cuadrícula-Paz
José David Capielo autor de la columna Del Medanal Venimos

Francisco de Miranda y su desembarco en la Vela de Coro… Este episodio histórico ha sido referido tradicionalmente como una simple tentativa independentista. En él, el precursor Francisco de Miranda incursiona con una acción bélica consistente en invadir nuestro territorio en 1806, bajo la premisa de promover la lucha por la independencia que nos liberara del yugo imperial de España.

Fue una acción que resultó temeraria, ilusoria y finalmente fallida por las múltiples circunstancias vividas. Tuvo como escenarios, en primera instancia, Ocumare de la Costa (Aragua) y posteriormente La Vela de Coro (Falcón), como destino y desenlace final. Este 3 de agosto se cumplieron 217 años de este hecho, que significó también la izada primera de la bandera tricolor elaborada por Miranda y hoy día nuestro pabellón patrio.

La historia “oficializada” desde siempre ha presentado a Francisco de Miranda simplemente como un fracasado en todas sus propuestas o acciones (tal es el caso de presentarlo exclusivamente nostálgico, triste y solo, en el cuadro “Miranda en la Carraca”, más allá de la genialidad artística del pintor valenciano Arturo Michelena-1896).

Tomaré como referencia sustancial el libro “Francisco de Miranda. Precursor de las independencias en América Latina” de la profesora Carmen Bohórquez, docente investigadora de la Universidad del Zulia (LUZ) de larga trayectoria, quien ha realizado una acuciosa revisión de toda la obra de este insigne prócer independentista (Ediciones Monteavila, 2ª. Edición, 2016).

Luego de andar y desandar caminos en múltiples países y experiencias de vida en unos 35 años fuera de nuestro territorio (a los 21 años había salido inicialmente a España -1771-), que constituyeron su formación y conformación como excelso estratega militar, estudioso y promotor de ideas libertarias en especial para nuestra América colonizada por España, Francisco de Miranda emprende este proyecto en 1806, lo que significó el regreso a nuestro territorio con una acción que aspiraba fuese la “chispa” para el inicio en firme de nuestra lucha independentista.

Se propuso para ello concertar alianzas con algunas de las potencias que adversaban o mantenían querellas con España, junto a las informaciones que tenía (y que resultaron distorsionadas) acerca de nuestras condiciones internas para reaccionar favorablemente a una incursión militar como la que se propuso. Tenía ya 56 años y un proyecto emancipador para toda la América española llamado “Colombeia” o “Colombia”.

En los EEUU, con anuencia de sus autoridades, logra contratar el navío de guerra “Leander” y reclutar a unos 200 hombres, y con ellos zarpa desde Nueva York hacia Haití, donde aspiraba se uniera algún otro buque de guerra con apoyo de los ingleses y apenas se logra la incorporación de dos goletas mal equipadas para una acción bélica. Por otro lado, el plan resultó develado con anterioridad, ya que agentes del imperio español en suelo estadounidense habían informado, a las autoridades en nuestro territorio, sobre la acción que se pretendía. Se agrega la odisea de disciplinar a toda esta “tropa”, y la elaboración y provisión de los uniformes y pertrechos (que incluía la emblemática bandera tricolor).

En una primera incursión, los tres navíos llegan a las costas de Ocumare (hoy estado Aragua), el 26 de abril de 1806. Era el lugar recomendado en las informaciones que guiaban a Miranda, y allí no solo son repelidos por la guardia costera de la Corona española, sino capturadas las dos goletas y detenidos los 58 hombres que llevaban a bordo.

El navío “Leander” fue el único que logró escapar (y en él, Miranda y el resto de la tripulación). Luego de una escala en Bonaire, se dirigen a Trinidad, donde Miranda solicita de nuevo la ayuda de los ingleses, quienes deciden realizar una ayuda limitada, ya que no contaban con la aprobación del Gabinete inglés. Miranda finalmente logra para el 24 de julio de 1806 reemprender el camino de su expedición con once naves y 500 hombres. Hubo igualmente evidencias de que las autoridades españolas estaban al tanto de todos los movimientos realizados por Miranda.

El 3 de agosto de 1806, Francisco de Miranda desembarca en La Vela de Coro y ese día, entre otras cosas, se ondeó por primera vez nuestra bandera tricolor en tierra firme. Ya en el sitio, más que enfrentamiento armado con los colonialistas, funcionó toda la campaña desatada contra Miranda como conspirador y “monstruo abominable”, según la iglesia católica. A ello se unió la desinformación sobre el poderío militar de Miranda, que por aprehensión o cautela, retardó cualquier respuesta armada de los españoles.

Miranda ocupa La Vela de Coro sin resistencia y el 4 de agosto se dirige a Coro, donde se encuentra con una ciudad abandonada por sus habitantes e igual sin tropas que los adversaran. Solo varios días después es que las tropas coloniales, al percatarse de la realidad de los contrarios, se aprestaron a proceder a un contraataque ya tardío. Todo esto permitió a Miranda abandonar Coro el 8 de agosto y posteriormente zarpar de regreso desde La Vela de Coro, cinco días más tarde, sin ningún contratiempo.

Otro aspecto a considerar fue que contra los detenidos en la primera incursión de Miranda, en Ocumare, ya para finales de julio de 1806 se había producido un fallo judicial y 10 de ellos fueron ahorcados y cortadas sus cabezas, para ser luego expuestas en las plazas públicas, en presencia del resto de los prisioneros (que fueron condenados a prisión de 3 a 10 años). También fue impuesta la pena de muerte para todo el que apoyara al “traidor” Miranda.

En medio de este hecho acaecido en Puerto Cabello, se le puso precio a la cabeza de Miranda, se quemó su retrato, junto a la bandera y la proclama independentista que traía. Todo esto sucedía casi al mismo tiempo que Francisco de Miranda estuvo colocando sus proclamas en las iglesias y el Cabildo de Coro el día 4 de agosto, sin ninguna resistencia colonial. Las autoridades españolas sabían que habían reducido esta nueva invasión principalmente por la indiferencia de los pobladores, que la hizo sucumbir, en esta oportunidad, sin ninguna hostilidad.

 

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Según Bohórquez, en su libro, existió un desconocimiento de la figura universal de Francisco de Miranda, quien planteó antes que nadie un proyecto liberador para la América española, por el que luchó denodadamente desde 1783. Agrega que el extravío de su archivo, donde plasmó  su propuesta emancipadora, facilitó esta omisión. Solo en 1926, a más de 100 años de su muerte en 1816, fue cuando se recuperó este valioso testimonio.

Plantea Bohórquez que, gracias al Comandante presidente Hugo Chávez Frías, hubo una reivindicación oficial del papel de este prócer en la lucha independentista. También por decreto del Gobierno Bolivariano, en 2006, se  estableció el 3 de agosto como “Día Nacional de nuestra Bandera Tricolor”, con sus ocho estrellas incluidas.

 

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José David Capielo Valles es ingeniero agrónomo y magíster en Desarrollo Rural, egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Campus Maracay. Nacido en Coro, estado Falcón, en 1949. Es docente jubilado de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), Núcleo Canoabo (2016). Es locutor, comunicador alternativo y colaborador de Ciudad Valencia desde 2014.

 

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