Tal como se venía proyectando desde hace unas semanas, el candidato del fundamentalismo, apoyado por el partido Restauración Nacional (RN), Fabricio Alvarado, logró pasar a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Costa Rica, en las que se enfrentará a Carlos Alvarado, el abanderado por el partido oficialista Partido Acción Ciudadana.

 

Fabricio Alvarado, un cantante evangélico y presentador de noticias convertido por el azar en político, se mantenía prácticamente desconocido al principio de la campaña hasta que inesperadamente, una sugerencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) lo montó encima de la cresta de un tsunami político que amenaza con convertir a este fundamentalista cristiano en presidente de Costa Rica.

 

La controversia surgió luego de que el fallo de la CIDH a principios de enero, que sugería a los países de la región a adoptar la legalidad sobre el matrimonio igualitario, generó un “shock religioso” en el país centroamericano, debido a la rechazo de la población local, profundamente conservadora, que ha sido capitalizado por el político cristiano evangélico.

 

El discurso de Alvarado, quien se opone no solo al matrimonio igualitario, sino también a la equidad de género, la educación sexual y el derecho de las mujeres al aborto, se identificó rápidamente con el rechazo y aprovechó el “impulso” para ascender más de 20% de popularidad entre el electorado. Los resultados del pasado domingo así lo ratifican.

 

Tanto Fabricio, como Carlos Alvarado (no están emparentados), lograron pasar a la ronda del balotaje. El fundamentalista quedó de primero con el 24,8% de los votos, gracias a los movimientos cristianos y la propia iglesia católica que lo apoya. Lo sigue el aspirante del (PAC), partido de gobierno, con el 21,6% de los sufragios.

 

Tristemente, el fundamentalismo cristiano ha metido su oposición al avance de los derechos sociales para las minorías en la agenda de campaña presidencial tica, que se centraba en los problemas económicos y la inseguridad.

 

No obstante, sigue habiendo una luz al final del túnel para quienes no están de acuerdo con posiciones retrógradas, el otro Alvarado, el único candidato que decidió no sumarse a la ola conservadurista y que pese a los casos de corrupción que salpicaron a su partido, logró entrar en el decisivo balotaje el próximo 1º de abril, que decidirá el futuro de los ticos por los próximos cuatro años.

 

Juha Arellano

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here