Fueron encontrados contaminantes en fosa fosa marina de Perú-Chile, que desde hace mucho tiempo estuvieron hundidos.

Con una profundidad de 8.000 metros en el océano Pacífico, donde también se encuentran rastros de basura, plástico y desechos desde hace muchas décadas, un equipo investigador recolectó los sedimentos de cinco zonas de esta región marina.

Esta fosa, también conocida como la fosa de Atacama, se descubrió una presencia de bifenilos policlorados (BPC) en todas ellas.

Los BPC son un grupo de compuestos químicos orgánicos que pueden causar un bifenilos policlorados de efectos adversos diferentes y no se conocen fuentes naturales de BPC en el ambiente.

 

Esos contaminantes habían sido producidos en grandes cantidades desde la década de 1930 y fueron prohibidos a mediados de los años 70, cuando quedó claro que estaban dañando la vida marina.

Se sabe que dicha sustancia no se disuelve bien en agua y prefiere unirse a tejidos ricos en grasa y otros fragmentos de organismos vivos o muertos, como el plancton o incluso mamíferos o peces.

Alrededor del 60 % de los PCB liberados durante el siglo XX se almacenan en sedimentos oceánicos profundos.

Hallan contaminantes en fosa marina de 8 mil metros del Pacífico
A casi 6000 kilómetros fueron hallados estos contaminantes en fosa marina

 

 

Una fosa profunda como la de Atacama actúa como un embudo que recoge pedazos de plantas y animales muertos (lo que los científicos denominan “carbono orgánico”) que caen por el agua.

Hay mucha vida en la fosa, y los microbios luego degradan el carbono orgánico en el lodo del fondo marino. Sin embargo, el carbono orgánico se descompone mucho más rápido que el PCB, razón por la cual este elemento tóxico se acumula en el fondo.

Conforme al estudio, el caso de Atacama es muy particular, ya que las concentraciones de PCB son más altas en el sedimento superficial, lo que contrasta con lo que normalmente se encuentra en lagos y mares.

 

“Lo que podemos decir con certeza es que más de 350.000 productos químicos que se utilizan actualmente en todo el mundo tienen el costo de contaminar el medioambiente y a nosotros mismos”, resumen los especialistas.

El estudio, que ha sido publicado en Nature Communications, también demuestra que en los sedimentos oceánicos, el almacenamiento de contaminantes puede usarse como un “espejo retrovisor” del pasado, puesto que permite determinar cuándo se acumuló una capa de sedimentos y, al analizar los contaminantes en diferentes capas, se puede obtener la información sobre sus concentraciones a lo largo del tiempo.

 

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Ciudad Valencia / VTV