#Opinión: «La identidad venezolana como arma comunicacional» por Danilo González

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«La identidad venezolana como arma comunicacional» por Danilo González

“Durante la Edad Media, el mundo cultural y político en manos de la Iglesia Católica se cuidó de que los representantes de dicha institución fuesen los únicos que tuvieran acceso a los libros que además estaban en latín o griego y no en las lenguas de los distintos pueblos. Todo esto con la finalidad de conservar el poder. La verdad era una, la palabra (…) sólo había que poseerla y evitar el acceso de todos para garantizar el poder de pocos. Éste es el principio de la modernidad que ya reposaba en el corazón mismo de la Edad Media”, (Enrique Ramos O. y Miguel Ángel Mata, 2007, “Juventud, Cultura,  Política y Comunicación).

Analizando el escrito anterior, podemos concluir que ya el poder comunicacional y mediático se cocinaba en las alturas del poder social (iglesia-gobernantes) de la humanidad de ese siglo. Ya ellos sabían que si dominaban la palabra y la información generada, dominarían a la sociedad plena haciendo que reaccionaran a sus intereses.

En la Segunda Guerra Mundial, el alemán Joseph Goebbels, jefe de propaganda de Hitler, decía: “Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá”. Esto lo asumieron los medios de comunicación social venezolano en el año 2002, cuando a través de las pantallas de televisión dieron un golpe de Estado apoyado de la cúpula empresarial y algunos disidentes militares del alto mando de entonces. Pero no contaron con que el pueblo no creería en sus mensajes y que restituiría el hilo constitucional y democrático.

Barbero (2002) comenta lo siguiente: “La sociedad en que vivimos no es algo abstracto e inconcreto; hay quien la maneja y gobierna a la medida de tiranías económicas que impiden hacerlo en aras de un mundo más limpio y hermoso. Esta es la razón por la que se impide que los niños y los jóvenes desnaturalicen la realidad en la que viven y, menos todavía que se genere en ellos la idea de mejorarla;  para que todo permanezca igual si es necesario, diría que imprescindible, que la personalidad no se desarrolle, que el ser humano no se conozca sino en el espejo del televisor (yo le agregaría la internet) y que se acepte pasivamente un mundo que se construye en otra parte y sin nuestro consentimiento”.

Nuestros jóvenes venezolanos están siendo atacados por mensajes alienantes desde todos lados, haciendo que busquen otras maneras de distraerse de esa “cayapa” mediática bien pensada por los dueños de dichas empresas comunicacionales.

 

Ya cuando el siglo XXI recorre su segundo decenio, vemos cómo los mensajes mediáticos son cada vez más intensos y fuertes en su contenido. Desde la música que oímos en las radios hasta la publicidad que irrumpe en medio de algún video en la internet. Siempre está presente esa alienación cultural que logra posicionarse en las mentes ansiosas de conocimiento para poder identificarse con su entorno social y lograr enrumbar su vida futura.

 

A veces siento un poco de miedo porque busco en las radio de la ciudad alguna música venezolana (llanera, oriental, zuliana, central, andina o larense) y no logro encontrar una estación radial que logre posicionar la identidad venezolana en ese público que busca distracción en sus hogares o sitios de trabajo.

 

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Siento yo miedo porque sé que eso es algo bien planificado en cada una de esas radios que colman el espectro radioeléctrico venezolano, y más allá; que busca colocar en el olvido el conocimiento de nuestra cultura venezolana, tan rica por demás decirlo.

Los trabajos que se realizan desde los distintos frentes de batalla a nivel gubernamental son gigantescos, pero no logran captar el interés de esa audiencia por la cultura venezolana, por sus costumbres, su música, personajes históricos, literatura, que han hecho de Venezuela el gran país que es desde los tiempos en que Simón Bolívar luchó por obtener la libertad.

Enrique Ramos O. y Miguel Ángel Mata, en el libro nombrado anteriormente, hacen mención de lo siguiente: “La radio es un medio globalizador, sobre todo en el ámbito de la música. Es el medio más híbrido y más poroso, ya que en él permean las tres dimensiones: juega a lo local muy fuerte, mantiene las cadenas nacionales y, por último, se abre a lo global a través del mundo de la música, y crecientemente también el de la información”.

 

Nuestra juventud está siendo llevada al matadero de la sociedad de la información en que esos poderes quieren que estén. Los medios son usados como instrumentos ideológicos para mantener las cosas como están, los poderes económicos y políticos desean conservar el orden de las cosas, lo que permite las condiciones para preservar sus privilegios. La TV, además de ser un negocio lucrativo, es un poderoso instrumento para crear modos de vida e imágenes del mundo; y los dueños lo saben y lo usan en ese sentido.

Por eso en estos momentos en que la Patria está pasando por uno de sus momentos más álgidos, a causa de los ataques extranjeros mediáticos, impulsados por poderosos factores internos, los medios de comunicación social, junto a las nuevas tecnologías como el internet, se pueden convertir en nuestros aliados, si los sabemos utilizar para que la identidad plenamente venezolana sea un arma comunicacional.

 

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Danilo González / Ciudad VLC