El Consejo Nacional de las Iglesias de Estados Unidos de América (NCCCUSA) ha sido consistente en su historia con respecto a la afirmación de la paz con justicia y la reconciliación entre los pueblos y países, incluida Venezuela.

En un comunicado emitido recientemente, manifiestan su indignación por los informes recientes de grupos mercenarios que intentaron ingresan al territorio venezolano para cometer actos violentos contra la gente de ese país.

Aseguran haberse horrorizado cuando supieron que estas personas poseen la ciudadanía estadounidense y que supuestamente hayan sido motivadas por ideales religiosos.

“Estas acciones violentas contradicen la enseñanza de Jesús de amar y respetar a nuestro prójimo. Las medidas de política exterior que Estados Unidos ha implementado contra el pueblo venezolano siguen siendo una gran preocupación”, reseña el comunicado.

Ratificaron que Estados Unidos ha ampliado las sanciones económicas contra Venezuela y desplegado barcos de la Armada con el pretexto de combatir el narcotráfico.

Estas acciones han puesto en peligro los servicios estadounidenses e impactado la capacidad de Venezuela para enfrentar la crisis COVID-19 en esta hora de necesidad.

 

El comunicado

Manifiestan su solidaridad con el pueblo de Venezuela y su compromiso con la paz con justicia:

Condenamos cualquier intervención militar en Venezuela, promovida directa o indirectamente por los Estados Unidos o por terceros países.

Tales acciones desafían el derecho del pueblo venezolano a la autodeterminación y empeoran su infraestructura y sus medios de vida. Hacemos un llamado al gobierno de los EE.UU.

Para que atienda el llamado a un alto el fuego global del Secretario General de las Naciones Unidas (ONU), Dr. Antonio Guterres, quien dijo: “ Es hora de poner el conflicto armado en un punto muerto y centrarse juntos en lo verdadero lucha de nuestras vidas. «

Instamos al gobierno de los Estados Unidos a eliminar todas las sanciones económicas impuestas contra Venezuela.

Estas estrategias no servirán para otro propósito que no sea dañar a quienes ya están sufriendo y quienes son los más vulnerables a COVID-19.

Las sanciones económicas también afectarán negativamente los entornos políticos y sociales necesarios para una solución pacífica a la crisis en Venezuela.

Instamos al movimiento ecuménico internacional, a todas las iglesias y religiones en los Estados Unidos y en todo el mundo, gobiernos, la ONU y todas las personas de buena voluntad, a unirse para rechazar cualquier intervención militar contra Venezuela, eliminar las sanciones económicas contra este país y afirmar su derecho a la autodeterminación y soberanía.

Hacemos un llamado a las iglesias en los Estados Unidos y en todo el mundo, así como a todas las personas de buena voluntad, para aumentar las oraciones y los actos de paz, justicia y reconciliación para el pueblo de Venezuela.

Son nuestros vecinos y nos solidarizamos con ellos. Que Dios nos guíe en ese esfuerzo.

 

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Ciudad VLC

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