Lasaña

La lasaña es un tipo de pasta. Se suele servir en láminas superpuestas intercaladas con capas de ingredientes al gusto, más frecuentemente carne en salsa boloñesa y bechamel.

Según los estudiosos de la cocina, la lasaña tiene sus orígenes en la antigua Roma, incluso en la Grecia de la Antigüedad.

El propio Cicerón menciona su pasión por el “Lagum” (tiras de pasta largas) en algunos de sus escritos filosóficos. Pero como en prácticamente todos los temas culinarios, los orígenes de esta deliciosa receta, también ha levantado algunas disputas.

 

Ingredientes para la lasaña

• 500 g de queso mozzarella

• 4 tazas de salsa bechamel

• Salsa boloñesa

• 600 g de carne molida, pollo desmechado o berenjenas

• 2 cebollas finamente picadas

• Orégano, albahaca, tomillo y laurel (al gusto)

• 5 dientes de ajo finamente picados

• 1/2 copa de vino tinto

• 2 cucharadas de salsa inglesa

• Aceite de oliva para sofreír

• 400 g de tomate maduro (puede ser natural o enlatado)

• 1 cucharadita de sal

• 200 g de queso parmesano rallado

• Láminas de lasaña

• Pimienta al gusto

 

Salsa bechamel

  • Mantequilla50 g
  • Harina de trigo50 g
  • Leche entera600 ml
  • Sal al gusto
  • Nuez moscada molida un pellizquito

Para hacer salsa bechamel, comenzamos poniendo una sartén al fuego y añadiendo 50 g de mantequilla. En cuanto se funde, agregamos la misma cantidad de harina y removemos formando un roux o una pasta.

Si vamos a querer una bechamel más fina o más espesa, podemos alterar un poco esta proporción, aunque yo suelo mantenerla siempre, y con lo que juego es con la cantidad de leche y con el tiempo de cocción / evaporación.

Una vez bien mezclada la harina y la mantequilla, vamos agregando la leche sin dejar de remover. Es el momento de cambiar la cuchara de palo por las varillas y así evitaremos que se nos formen grumos. Clave: ir añadiendo la leche poco a poco, para que no haya cambios de temperatura.

Puedes conseguir mejores resultados si tienes la leche muy caliente en un cazo y vas agregando cacito a cacito, sin añadir más leche hasta que la anterior ha sido absorbida por la masa. Y eso sí, siempre removiendo sin parar, haciendo movimientos circulares o dibujando ochos en la sartén, para que la salsa bechamel siempre esté en movimiento.

Cuando hayas agregado toda la leche, es el momento de probar y añadir sal y el clásico toque de nuez moscada, tan característico de la bechamel. Si quieres una bechamel más espesa, dedica más tiempo y deja que el líquido se vaya evaporando poco a poco mientras la sartén se llena de burbujas.

 

 

 

Preparación de la lasaña

Para la boloñesa, sofreír la cebolla y el ajo en aceite de oliva, añadir la carne, los condimentos y cocinar hasta que quede marrón, pero no esté seca.

Agregar el vino, remover y, finalmente, añadir los tomates (pelados, sin semillas y licuados). Seguir cocinando a fuego lento hasta que se haya reducido aproximadamente un cuarto del volumen.

En una olla grande, y con suficiente agua, poner a cocinar la pasta. A la hora de colar ser cuidadoso para no quebrarla, y pasar por agua fría para detener la cocción y evitar que quede gomoso.

 

Para el montaje, verter un poco de aceite de oliva en la base de un molde para hornear, seguido de una capa de salsa boloñesa.

Cubrir con pasta, poner una capa de salsa boloñesa, sobre esta, verter bechamel y sobre ésta colocar generosamente trozos de mozzarella. Repetir haciendo tres o cuatro capas, dependiendo de la altura que se desee, y del tamaño del molde.

Se termina con bechamel y abundante queso rallado para gratinar en el horno. Es mejor hacer menos capas con buena cantidad de relleno, que muchas capas finas de pura pasta. Al final, cubrir con queso parmesano y hornear a 350 grados hasta que dore.

 

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