«Liberación de la provincia de Maracaibo», por Ángel Omar García

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Amigas y amigos, constructores de sueños, forjadores de esperanzas.

El 28 de enero se conmemoraron doscientos dos años de la liberación de la provincia de Maracaibo, hecho concretado tras la ocupación militar de esa ciudad que estaba bajo el control realista con base en la delimitación territorial acordada en el armisticio negociado por los representantes de los ejércitos patriota y realista, y ratificado por los generales Pablo Morillo y Simón Bolívar en Santa Ana de Trujillo en noviembre de 1820.

Tal acción fue el detonante que sirvió de pretexto para romper la tregua acordada y reanudar las hostilidades que condujeron al enfrentamiento militar en Carabobo, el 24 de junio de 1821.

 

El pronunciamiento del Cabildo

Desde los propios inicios del proceso independentista el mantuanaje criollo de la provincia de Maracaibo había dado muestras de animadversión contra la independencia declarándose enemiga de la República, razón por la cual sus líderes no hicieron parte del elenco de diputados que suscribieron, en 1811, el Acta de la Independencia; ni su estrella aparece plasmada en el Pabellón Nacional en representación de las provincias que proclamaron la República. Y así se mantuvo hasta 1821, cuando una Asamblea promovida por el Cabildo marabino consintió en acogerse a la causa republicana, para lo cual invocaron la protección del ejército patriota.

Varias razones influyeron en tales acontecimientos: en el plano externo, las repercusiones de un hecho similar ocurrido en Guayaquil, donde el pronunciamiento del Cabildo sumó a esa ciudad a la causa independentista, una decisión que finalmente tendrían gran relevancia en el proceso que condujo a la liberación de Quito. También la vigencia de la Constitución de Cádiz, en España, que ratificaba el principio de que la soberanía residía en el pueblo y no en el Monarca, criterio que sirvió de fundamento para el alzamiento militar, en Madrid, del comandante del ejército realista Rafael del Riego, acción que estaba dirigida contra la política guerrerista del Rey Fernando VII; y que habría obligado al Monarca a revisar su política hacia América, decisión que en el caso venezolano condujo a la firma de los Acuerdos de Trujillo.

A estos factores, habría que sumar el prestigio y ascendencia moral que sobre sus paisanos ejercía la muy destacada figura del general Rafael Urdaneta, quien había venido ganando mayor protagonismo como uno de los líderes fundamentales de la causa independentista; influencia que se expresaba a través de una amplia red de familiares, amigos y conocidos cuya actuación resultó de gran importancia durante el pronunciamiento del Cabildo. Y, finalmente, el avance favorable que desde el punto de vista militar estaba obteniendo el ejército republicano, sobre todo después del triunfo en la batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819.

 

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Hasta el gobernador realista apoyó el pronunciamiento

En su pronunciamiento, el Cabildo marabino decidió incorporar el territorio de la provincia como parte de la República de Colombia e invocó la protección militar del ejército patriota comandado por el coronel José Rafael de las Heras cuyas tropas ocuparon la ciudad. Tal acción fue protestada por el general Miguel de la Torre, quien la consideraba una violación de lo establecido en el armisticio, por lo cual solicitó el retiro inmediato del ejército invasor. La respuesta ofrecida por el general Rafael Urdaneta fue que no existía violación de lo pactado, pues se trataba de un hecho en el que nada tenía que ver el gobierno republicano.

Por su parte Bolívar, en su condición de presidente de Colombia y actuando como el líder máximo del proceso independentista, ofreció una alternativa diplomática: sancionar al coronel Heras por haber ocupado la ciudad sin esperar la aprobación del gobierno republicano y, al mismo tiempo, ratificó la legitimidad del pronunciamiento del Cabildo marabino, pues, alegaba el Libertador, que si el armisticio contemplaba la posibilidad de acoger los desertores del bando enemigo, con mayor razón resultaba plausible brindar protección a todo un pueblo que por su propia voluntad había decidido sumarse a la causa republicana. En este contexto, un hecho anecdótico resultó ser que hasta el gobernador realista de la provincia, Francisco Delgado, avaló el pronunciamiento de adhesión a la República.

 

Maracaibo asume la causa independentista

Lo más significativo de todo este proceso es que a partir de tales hechos la provincia de Maracaibo quedaría incorporada a la causa independentista, sumando su concurso al triunfo que, meses más tarde, obtendría el ejército patriota en Carabobo. La ocupación militar de la provincia fue la excusa invocada por Morillo para dejar sin efecto el armisticio y romper oficialmente la tregua, a partir del 28 de abril.

Meses después el triunfo patriota en Carabobo, el ejército realista lograría retomar el control de la provincia de Maracaibo, ejecutando venganza contra quienes apoyaron el pronunciamiento de liberación, entre otras, torturó a heroínas como Ana María Campos y martirizó a Domitila Flores. La liberación definitiva de la provincia fue alcanzada tras el triunfo de la Batalla Naval del Lago, ocurrida el 24 de julio de 1823, acción de la que este año celebraremos su Bicentenario.

 

 

Ciudad Valencia / Autor: Ángel Omar García