La Gioconda, mejor conocida como la Mona Lisa, se ha convertido en uno de los blancos de ataque preferidos por algunas personas y “activistas” durante los últimos 100 años.
Este icono popular de la historia del arte y del Renacimiento ha sido objeto de múltiples atentados, incluyendo su sustracción del Museo de Louvre, lo que se conoce como el robo de arte más famoso de toda la historia.
La Mona Lisa fue pintada por Leonardo da Vinci a inicios del siglo XVI entre 1503 y 1529. Es un óleo sobre tabla de álamo de 79 × 53 cm, y retocado varias veces por el autor. Se considera el ejemplo más logrado de sfumato, técnica muy característica de Leonardo.
La Gioconda (La Alegre, en castellano) se halla expuesta en el Museo del Louvre de París y es considerada la «joya» de sus colecciones.
Y a propósito de atentados, en esta ocasión, iniciando el 2024, vuelve a ser noticia; y es que el pasado domingo 28 de enero, se produjo un nuevo atentado hacia ella, dirigido por dos mujeres afiliadas a “Riposte Alimentairea” (Respuesta Alimentaria), organización que impulsa una campaña de resistencia civil que pretende provocar un cambio radical en la sociedad a nivel climático y social.
Estas dos activistas lanzaron botes de sopa sobre la Mona Lisa, declamando frente a los espectadores: «¿Qué es más importante, el arte o el derecho a una alimentación sana y duradera?».
Una cronología de agresiones
Es importante resaltar que uno de los ataques más significativos hacia La Gioconda ocurrió en 1956, cuando un turista boliviano llamado Hugo Unzaga lanzó una piedra que impactó en el cristal de protección de la obra. Algunas noticias comentaron que el golpe fue tan fuerte que provocó el desprendimiento de un sector del óleo, precisamente a la altura del codo izquierdo de La Gioconda. Este evento fue el responsable de la colocación del cristal antibalas y que hoy la aísla del medioambiente.
A pesar del trabajo de restauración a la que fue sometida La Gioconda, hoy en día se puede apreciar el daño causado por este ciudadano boliviano, quien alegaba que su principal razón detrás del atentado era volver a Bolivia. Cosa que logró luego de ser arrestado por 24 horas y ser deportado a su país por las autoridades francesas.
Nuevamente, en 1974, una ciudadana japonesa, en silla de ruedas, le arrojó pintura roja en aerosol al cuadro, cuando éste era exhibido en el Museo Nacional de Tokio, Japón. En esa oportunidad, la mujer llamada Tomoko Yonezu protestaba en contra de la política del museo de no facilitar el acceso a las personas discapacitadas. La responsable de los hechos tuvo que cancelar una multa y fue condenada por delito menor.
La taza de té y el pastelazo a La Joconde
En el año 2009, ya de vuelva en el Louvre, La Joconde –como le llaman los franceses a la Mona Lisa– vuelve a ser víctima de ataque. En esta oportunidad fue una turista rusa, quien le lanzó una taza de té de porcelana. Luego se conoció que la turista protestaba en contra de las autoridades francesas, las cuales le habían denegado la ciudadanía de ese país.
Como si fuera poco, en el año 2022, un hombre disfrazado de anciana, con peluca, lápiz labial y en silla de ruedas, le lanzó un pastel. En medio del arresto gritaba: “Piensen en la tierra”. Aunque la obra no sufrió ningún daño, el vidrio protector quedo manchado con crema blanca.
Un hurto memorable
Sin embargo, lo que llevó a la Mona Lisa a convertirse en icono popular, dentro de la historia del arte, fue el llamado el “Robo del siglo”. El hurto del cuadro, en el año 1911, fue realizado por un extrabajador del museo llamado Vincenzo Peruggia, de ciudadanía italiana. Este trabajador logró permanecer con la obra por mas de dos años, siendo una de las noticias más importantes y trascendentales para la historia del arte en pleno siglo XX. Hecho descrito por los historiadores como el evento que catapultó a la fama a la Mona Lisa.
En medio de la noticia y las averiguaciones aparecen en escena el poeta Guillaume Apollinaire, junto a su amigo y pintor español Pablo Picasso. Apollinaire estuvo una semana en la cárcel y Picasso fue investigado en calidad de sospechoso. Más tarde se comprobaría la inocencia de ambos.
Un suceso para pensar
Para mí, este hecho histórico generó uno de los fenómenos sociales más interesantes de todos los tiempos, y es que estuvimos en presencia de una nueva catarsis (valga el término) en la no contemplación. Respuesta generada por los espectadores desde el sentimiento melancólico por la ausencia de la Mona Lisa, ya que en el lapso de sus dos años desaparecida asistieron al Louvre multitudes de visitantes y amantes del arte, con la finalidad de ver simplemente el espacio vacío donde anteriormente se encontraba la Gioconda.
Ese afán por contemplar una ausencia, despierta una pregunta: la teoría aristotélica de la catarsis ¿irá más allá del hecho ficticio, donde la relación entre el arte y la emoción pueden llegar a producir una depuración o purga de las pasiones mediante las manifestaciones artísticas? Ya que, a pesar de la ausencia física de la gran obra, miles de espectadores descargaron frente al vacío sus emociones más profundas ante aquel suceso histórico.
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Te invito a reflexionar sobre esta historia, las razones y consecuencias de estos activistas y personalidades quienes, en pro de las reivindicaciones o derechos, han atentado contra el arte.
Y si “el arte es tan importante como el derecho a una alimentación sana y duradera”, pues el arte es un procedimiento depurativo-curativo, medicina mental, psicoterapia profunda. Porque si atacamos al arte, atacamos todos los derechos del ser humano.
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Penélope Tovar, artista plástica, egresada de la Escuela de Artes Plásticas “Arturo Michelena”; es también licenciada en Pedagogía Alternativa, mención Desarrollo Artístico, por la Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez” (UNESR). Ha participado en exposiciones colectivas a nivel nacional (Galería de Arte) e internacional (Canadá, EEUU, Reino Unido, Portugal y España). Exposiciones individuales: Museo de Bellas Artes de Caracas y Museo de Arte Valencia (MUVA). Reconocimientos: Artista Joven del mes de Noviembre 2021 por el Museo de Bellas Artes, Caracas, Venezuela.
Actualmente es facilitadora en Arte-terapia en el Centro de Neuro-desarrollo “KOKIGYM”, apoyando en la rehabilitación de niños y niñas con discapacidad.
Ciudad Valencia / Foto de la autora por Penélope Tovar
