Abordaré hoy el tema significativo de los “BRICS”, grupo de países que une como miembros fundadores a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, con cuyas letras iniciales se conforma este acrónimo.
Es una organización internacional iniciada en 2009 con cuatro miembros y consolidada luego, en 2010, con la adhesión de Sudáfrica. Se definen como un bloque de economías emergentes, que se pronuncian a favor de una nueva gobernabilidad y una arquitectura financiera mundial distinta, verdaderamente inclusiva y más solidaria.
Los países BRICS tienen fortaleza y heterogeneidad, tienen amplitud en temas referidos a la cooperación, más allá de lo exclusivamente financiero. Pese a quienes resaltan sus actuales insuficiencias reglamentarias y otras, los BRICS son opción de un mundo multilateral real.
Multilateralismo como la necesaria interrelación entre los Estados-naciones y la necesidad de administrar en forma conjunta o concertada los intereses comunes a toda la humanidad. Lo multilateral nació desde la creación de instancias internacionales, lo que incluye a la “Organización de Naciones Unidas” (ONU), posterior a la llamada Segunda Guerra Mundial.
Este multilateralismo, en este trayecto de más 70 años, ha involucionado hacía un sistema dominado por quienes se autodefinen como “dueños” del mundo, encabezados por los EEUU, la mayoría colonialista de Europa y todos sus aliados a nivel mundial. Estos pretenden mantener su hegemonía a como dé lugar, lo cual no favorece al resto de países y en especial a aquellos que por muchos años han mantenido el status de “países en vía de desarrollo”, sin perspectivas de un crecimiento independiente. A ello se une lo “multipolar”, como varios polos de desarrollo.
Ya en 2020, ante la pandemia del Coronavirus, se puso en evidencia la crisis de este “multilateralismo” existente. La ONU enfrentó y enfrenta amenazas y desafíos, como el de no haber podido garantizar una comercialización y distribución justa de las vacunas, junto a otros temas como el del cambio climático, las guerras fratricidas y genocidios, el hambre, la pobreza y las migraciones.
El propio Antonio Guterres, secretario general de la ONU, declaraba en 2021: “Necesitamos un multilateralismo inclusivo, apoyado en la sociedad civil, las empresas y las autoridades locales y regionales, entre otras cosas para compartir el poder en forma más amplia y justa”. Es el actual dilema en la exigencia de cambios reales en esta situación a nivel mundial.
Volviendo al BRICS como bloque, este plantea reformas de la llamada gobernanza mundial, que la haga más democrática, de más inserción y reactiva a los problemas mundiales. Tiene como principio la no injerencia en los asuntos internos, el respeto por la soberanía y la integridad territorial, la búsqueda de la igualdad y el beneficio mutuo de los Estados miembros o socios.
En síntesis, propugna un nuevo orden mundial con un multilateralismo real, lejos del esquema desdibujado de hoy, en medio de un sistema capitalista salvaje, en su fase más destructiva y guerrerista. Representa en esencia un cuestionamiento al sistema mundial imperante.
En lo financiero, uno de los objetivos es crear nuevos modelos de cooperación e intercambio y, en especial, lograr superar la llamada dictadura del dólar como moneda universal, bajo la hegemonía de los EEUU, en las transacciones comerciales.
Propugnan comercializar de “tú a tú” entre los diferentes países, incluso con prevalencia de sus monedas locales. Es una opción distinta al Fondo Monetario Internacional (FMI) y/o Banco Mundial (BM), con sus onerosas imposiciones, que vulneran la soberanía de los países que recurren a ellos.
El grupo de países BRICS creó en 2015 el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB, por sus siglas en inglés), como entidad financiera multilateral, actualmente con sede en Shanghái, China. Se habla de la aprobación, desde su inicio, de unos 80 proyectos con fondos de unos 31.500 millones de dólares. El NDB cumplió un papel destacado durante la pandemia y la post pandemia del Covid 19, con aportes importantes para la asistencia a los países miembros, y de estos a otros países asociados.
Los países BRICS afrontan ahora la ampliación de su membrecía, con la incorporación de nuevos integrantes. Será este año cuando se conforme el llamado BRIS-plus o BRICS +, de acuerdo a la decisión de la última cumbre realizada en agosto de 2023 en la ciudad de Johannesburgo, Sudáfrica. Allí se acordó la incorporación, desde el 1° de enero 2024, de seis nuevos miembros que incluyen a Egipto, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Etiopía y Argentina. Este último país, por decisión del su recién posesionado presidente extremista neoliberal Javier Milei, renunció a su incorporación.
Una gran cantidad de países han mostrado su interés en ser parte de los BRICS. Al menos unas 23 naciones, que incluyen a Venezuela, Cuba, Honduras y Bolivia, solicitaron formalmente su adscripción al BRICS en la referida cumbre de Sudáfrica. Los BRICS representan el 46% de la población mundial, con más de 3.600 millones de habitantes. Tambien superan al llamado Grupo de los 7 (G7), con un PIB mundial de 34%.
Los BRICS y lo que pueda ser la ampliación de su ámbito y definiciones representan, en especial, una esperanza de desarrollo autónomo para los países del llamado Sur Global, antes denominados como “tercer mundo”, que tienen una historia interconectada de colonialismo o neocolonialismo, una estructura social y económica de grandes desigualdades en los niveles de vida y de acceso a los recursos vitales.
Todo deberá favorecer la necesaria cooperación sur-sur que ayude con respeto a las soberanías nacionales, la independencia, la igualdad, la no injerencia y el beneficio mutuo. Todos lo países integrantes de los BRICS, hasta ahora, han mostrado su interés en un futuro de beneficios compartidos para todos los países en el mundo.
Los países BRICS han tenido atención especial con la región latinoamericana y caribeña. Han contribuido en la reactivación de instancias como CELAC, UNASUR, CARICOM, entre otras. Venezuela ha tenido una buena relación como socio de los países BRICS. Con China, Rusia e India ha concretado alianzas estratégicas que abarcan distintas áreas de cooperación. En buena parte, gracias a estas alianzas y a la relación con Cuba logramos superar la terrible pandemia del Covid 19, con una vacunación masiva (y gratuita).
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Nuestro país, aun estando pendiente su incorporación formal a los BRICS, ha logrado avances como su inscripción en el sistema de pagos MIR creado por Rusia, que ya para 2022 contaba con 158 bancos afiliados y unas 129 millones de tarjetas aceptadas en distintos países. Estos pagos se procesan mediante el Banco Central de Rusia y son protegidos con algoritmos.
Los BRICS están abriendo nuevos caminos que contribuirán a los tan urgidos desarrollos autónomos de nuestros países, libres de hegemonismos. A fortalecer nuestras relaciones con el BRICS. ¡Todos juntos con el BRICS-Plus!
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José David Capielo Valles es ingeniero agrónomo y magíster en Desarrollo Rural, egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Campus Maracay. Nacido en Coro, estado Falcón, en 1949. Es docente jubilado de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), Núcleo Canoabo (2016). Es locutor, comunicador alternativo y colaborador de Ciudad Valencia desde 2014.
La Universidad Politécnica Territorial de Falcón “Alonso Gamero” (UPTAG) publicó digitalmente, en noviembre de 2023, su libro “Del Medanal Venimos. Un ensayo autobiográfico reflexivo”.
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