Un día en el que jugadores y periodistas aprovecharon el día libre de la Gran Final, antes de mudarse a la ciudad de Barquisimeto, se reunieron en el Salón Mochima del Hotel Pestana, ubicado en el este de Caracas, para llevar a cabo la entrega de premios que se le otorgan a los Mejores Jugadores de la Temporada 2019-2020 de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP).
Con una presencia que pareciera algo cansada por el viaje que debieron realizar algunos representantes de los medios, por salir a tempranas horas de la mañana de Puerto La Cruz, no faltaron en su cita para la celebración de cada año.
Los jugadores Denis Phipps, Olmo Rosario, Gregory Infante, Ángel Reyes, Henry Rodríguez, Yohan Pino y el manager Renny Osuna, se dieron cita para ser los protagonistas de la velada en el que fueron homenajeados y hablaron cada uno de lo que significó la campaña.
El primero en ser honrado fue el quisqueyano Olmo Rosario, de las Águilas del Zulia al alzar la primera estatuilla del día, el de Productor del Año. En ese momento solo hicieron entrega del reconocimiento, porque le esperaba una larga y amena conversación al final de la cita.
Luego, le tocó el turno al derecho Gregory Infante, quien se llevó el Cerrador del Año que aseguró: “Fue una gran oportunidad de pertenecer al equipo (Tiburones de La Guaira), pues al no tener la posibilidad de hacer el equipo de (Orioles) Baltimore porque durante el Spring Training sufrí de hepatitis. Llamé a mi esposa y decidí jugar en Venezuela en la Liga Bolivariana, prepararme para este año con La Guaira y aquí están los resultados”.
Llegó el turno del Setup del Año, al relevista de las Águilas, Henry Rodríguez, cuyo regreso al circuito criollo, no pudo ser de mejor manera.
“Estuve par de años fuera de acción como regular. Antes lancé cinco oportunidades, pero sin muchas posibilidades de quedarme en el equipo, en cambio este año, desde que llegué el primer día de entrenamientos, le dije a Marco (Davalillo) que yo quería lanzar donde fuera y si era en los últimos innings, pues aún mejor y salió todo muy bien», comentó el derecho, de 32 años de edad.
Con la entrega de los Premios conseguidos por fórmula, llegó el momento de los honores otorgados por el voto de la prensa acreditada. Yohan Pino se levantó primero que los demás presentes, al recibir el Carrao Bracho, al Lanzador del Año, con la idea de que pudo no haber estado en la gala, si hubiese hecho caso de no seguir jugando.
“A diferencia de otros años esta vez no tuve contrato afuera, por lo que los innings no estaban en mi brazo. Pero igual me preparé para darlo todo con (Navegantes del) Magallanes y vaya de qué manera”, resaltó el derecho que ganó el Premio Setup del Año en la zafra 2011-2012, cuando vestía la camiseta de Tigres de Aragua y no pasaba por su mente abrir juegos, a menos que el manager lo necesitara. “Ahora, gracias a esto puedo seguir y hasta pude conseguir un contrato en México».
Rápidamente, Pino se sentó con una alegría que embargó a su familia cerca de su puesto y le tocó el turno de alzar su trofeo Luis Salazar, al Regreso del Año, el dominicano Denis Phipps, que a pesar de haber viajado de manera veloz, menos de 24 horas después del quinto desafío de la Final, no faltó en la recepción.
Este premio no se le otorgaba a jugadores importados, hasta que el norteamericano Tom Evans lo consiguió en la campaña 2009-2010, por ser un foráneo que había disputado más de cinco años en la LVBP y luego de un gran rendimiento recayó, para después volver a brillar. Algo muy parecido a Phipps, que ya cuenta con precisamente esa cantidad de cursos y volvió de gran manera.
“Es verdad, me asombré cuando me dijeron que gané ese premio porque no estaba al tanto que a los importados nos dan esos premios. Pero Gracias a Dios, y a Caribes (de Anzoátegui) que me dieron la oportunidad de regresar, porque sabían la situación de los peloteros que no podían jugar aquí y me preguntaron si estaba interesado y, no dudé en volver”, destacó el jardinero de los orientales.
La polémica se armó en redes sociales por el hecho de que el Premio Alfonso Carrasquel, al Manager del Año lo ganó el debutante Renny Osuna, pues en la Serie Semifinal tuvo algunos episodios que mancharon su gran temporada, pero como estos premios son sobre la Ronda Regular y cada persona tiene la oportunidad de enmendar los errores del pasado, lo recibió con la frente en alto y aseguró, que no fue fácil prepararse para ese turno como dirigente.
“Yo estaba preparado para estar en las oficinas del equipo, pero la situación ameritó cambiar al rol de manager y de verdad, no fue fácil, pero poco a poco fui aprendiendo y agarrándole el gusto”, resaltó Osuna. “Yo creo que esta oportunidad que tuve me sirve para hacerlo mejor en el futuro y ser un mejor técnico de lo que fui en esta primera oportunidad».
El premio más antiguo de la Liga es el del Novato del Año, pero en esta oportunidad el ganador ya había predicho el futuro con una simple charla con su madre, el ganador fue el bateador Ángel Reyes, que nunca estuvo cerca del radar de algún equipo grande, sino hasta esta campaña.
«Yo le dije a mi mamá que cuando yo debutara iba a ser el Novato del Año y bueno, aquí estoy, recordó el utility de los zuliano, que empezó en la paralela con los escualos, pero no tuvo suerte para el llamado como profesional y hasta pidió jugar con la Tribu, por ser de Barcelona. Pero fue Águilas, el equipo que lo tomó y le dio el gran chance que no dudó en defender.
Todo quedó en las manos del Jugador Más Valioso del torneo (Olmo Rosario), el premio más prestigioso de la zafra, el cual se lo llevó un incansable bateador, que en años anteriores recibía votos, pero no le alcanzaban para llevárselo, hasta que este curso al fin se le dio la oportunidad y fue, específicamente, el “out más difícil de la liga”.
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«Yo juego y respeto mucho las ligas de beisbol, ésta más donde ya he estado por varios años. No entiendo como había gente que me decía que esta liga no servía, el que diga eso que se pare en el plato e intente batear como lo hicimos muchos este año”, expresó entre risas el toletero de los rapaces. “Yo no soy un cuarto bate porque yo no saco jonrones, de hecho en México juego de segundo o tercer bate, pero cuarto no, porque no jalo mucho la pelota. Sin embargo, Davalillo me dijo que yo sería cuarto bate sólo en el primer turno, que luego pensara que soy primer, segundo o tercer bate y eso me ayudó mucho. Además, si los pitchers no querían enfrentarme, yo mismo les decía a mis compañeros, Ángel Reyes o Yosmany Guerra, que batearan, para que luego no tuviera a quien a elegir y así fuimos exitosos».
La gala concluyó con fotos a los premiados y un agasajo a todos los participantes, a la espera de lo que sucederá en el Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto cuando se decida la Serie Final de la temporada 2019-2020 de la LVBP.