El módulo de aterrizaje Vikram de la misión Chandrayaan-3 ha tomado tierra este miércoles poco después de las seis de la tarde hora india, las 14:34 en la España peninsular, después de realizar una maniobra de frenado y aproximación a su destino que ha sido completamente automática y que supone un enorme reto tecnológico.

La India es ya el cuarto país que aterriza con éxito en la Luna y el primero que lo ha hecho en el hostil polo sur del satélite. “Hemos conseguido el aterrizaje suave. La India está en la Luna”, ha proclamado Shri S. Somanath, jefe de la agencia espacial india.

 

“Este éxito no es solo de la India”, ha dicho el presidente del país, Narendra Modi, por videoconferencia desde Sudáfrica, “pertenece a toda la humanidad”. “Esta misión ayudará a otras misiones lunares de otros países.

 

Todos podemos aspirar a llegar a la Luna y más allá”, ha añadido. Una repleta sala de control ha celebrado con aplausos y sonrisas la llegada a destino del módulo Vikram, que no ha tenido ni un fallo en toda la compleja secuencia de aterrizaje.

Hasta hoy, solo Estados Unidos, la Unión Soviética y China habían logrado aterrizar con éxito en la Luna, pero nadie lo había hecho en el polo sur del satélite, donde puede haber enormes reservas de agua helada que sustenten futuras bases habitadas y misiones tripuladas a Marte y más allá.

 

“La operación de aterrizaje es extremadamente compleja, por eso la llamamos los 20 minutos de terror”, había explicado a EL PAÍS Santosh Vadawale, científico de la misión Chandrayaan-3, antes del alunizaje exitoso.

Los momentos más críticos han comenzado cuando el módulo Vikram ha alcanzado el punto más cercano a la Luna dentro de su órbita elíptica. En ese instante iba a más de 6.000 kilómetros por hora.

 

La nave ha encendido sus cohetes para frenar a la vez que se inclinaba desde su posición horizontal hasta quedar completamente vertical y con sus patas hacia abajo, lo que requiere una complicada sincronización de los sistemas de orientación y propulsión.

Al mismo tiempo, el Vikram ha hecho un seguimiento de su velocidad y posición utilizando sus propios sensores y se ha asegurado de que llegaba a la zona de alunizaje designada, no demasiado lejos del cráter Bogulawsky donde intentó posarse Rusia.

 

En la última parte del proceso, la nave ha identificado posibles peligros como cráteres y bloques de piedra y ha encontrado un lugar seguro para el aterrizaje suave, que se ha realizado a una velocidad similar a la de una persona caminando despacio. Todo de forma automática y sin posibilidad de intervención desde la Tierra.

El objetivo principal de la misión Chandrayaan-3, cuyo coste ronda los 70 millones de euros, es demostrar el aterrizaje seguro y suave en la región polar sur de la Luna. Desde el punto de vista científico, los principales objetivos son comprender las propiedades térmicas y físicas de la superficie lunar en el lugar de aterrizaje, y entender sus propiedades químicas.

 

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“La contribución científica más importante de esta misión serán las observaciones completamente nuevas de las propiedades químicas, térmicas y físicas de la superficie lunar en la región polar sur”, resume Vadawale.

 

“Increíble. Enhorabuena a la agencia espacial india, a Chandrayaan-3 y a todo el pueblo de la India”, ha dicho el director general de la Agencia Espacial Europea (ESA), Josef Aschbacher, en sus redes sociales. “Qué forma de demostrar nuevas tecnologías y conseguir el primer aterrizaje suave en otro cuerpo celeste de la India”, ha añadido el jefe de la ESA, cuya red de antenas de seguimiento han colaborado con la misión.

“¡Felicidades por el exitoso aterrizaje lunar Chandrayaan-3 en el Polo Sur! Y felicitaciones a la India por ser el cuarto país en lograr un aterrizaje suave de una nave espacial en la Luna. ¡Estamos encantados de ser su socio en esta misión!”, ha expresado en redes Bill Nelson, jefe de la NASA.

 

Tras el desastre ruso la Chandrayaan-3 lo hace con éxito

La India llega al polo sur selenita pocos días después del desastre de la sonda Luna-25 con la que Rusia quería adelantarse y ser la primera en llegar a esta región del satélite.

Pero el domingo el centro de control de la misión perdió la comunicación con la nave y esta se estrelló. De hecho, la Luna se ha convertido en poco tiempo en un cementerio de misiones espaciales. Japón fracasó este año, Israel en 2019 y poco después, la propia India, que perdió sin remedio el módulo de aterrizaje de la misión Chandrayaan-2.

Los ingenieros de la agencia espacial india aprendieron de aquel fracaso. Han incluido muchas mejoras técnicas en Chandrayaan-3, y han realizado pruebas exhaustivas en la Tierra, lo que les hacía estar “muy confiados” del éxito, explica Vadawale.

 

La Chandrayaan-3 ha alunizado justo cuando estaba amaneciendo en el punto de aterrizaje. En la Luna los días duran 14 días terrestres y las noches, tantos otros.

Al ponerse el sol las temperaturas pueden bajar a 200 grados bajo cero, tal vez demasiado para que las sondas sobrevivan si no tienen un sistema de calefacción —el de la malograda Luna-25 funcionaba con uranio radiactivo—. La Chandrayaan no tiene un generador de calor más allá de sus paneles solares, por eso su tiempo de vida oficial son los 14 días de sol, aunque los responsables de la misión creen que podría aguantar más tiempo. 

“Solo podemos esperar y ver”, ha explicado a este diario Anil Bhardwaj, director del Laboratorio de Investigación Física de la India, quien lleva trabajando en el programa espacial del país asiático casi 30 años.

 

Ciudad Valencia / EP