El artista Fernando Botero, conocido por ser el artista de las formas voluptuosas, fallece a los 91 años este viernes 15 de septiembre en su casa en el principado de Mónaco.

Así mismo señalaron que el artista estaba recuperándose de una neumonía, y había presentado problemas de salud que lo mantuvieron varios días internado en un centro médico. No obstante, él mismo pidió ser trasladado a su hogar para pasar sus dolencias, según informaron medios.

Fernando Botero nacido en Medellín, sus obras alcanzaron pronto el reconocimiento y siempre han estado valoradas en el mercado. A sus muestras acudieron un total de 300.000 personas en el Palacio de Bellas Artes en México o 155.000 en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. En el 2022, por ejemplo, la escultura ‘Hombre a caballo’ se vendió en una subasta de la casa Christie’s en Nueva York por 4,3 millones de dólares, un precio récord para una obra del artista.

 

«Todos los pintores han pintado a las mujeres con gran deleite. Me encanta la carátula de este libro y me parecía algo imposible de hacer, hasta que vi la reproducción tan fiel al original y con tanta delicadeza. Esta obra expresa mi manera completa de pensar sobre el dibujo», explicaba en 2018 el artista con motivo de su presencia en la feria de ARCO en Madrid.

 

Botero (Medellín, Colombia, 1932) es un artista que ha marcado una época y un estilo con el que ha expuesto en algunos de los lugares más emblemáticos del mundo, como Park Avenue en Nueva York, Pekín, Berlín, Florencia o los Campos Elíseos en París. Consagrado como un ícono del siglo XX, cuenta con sus obras expuestas en los museos más importantes a nivel internacional.

Precisamente, el pasado mes de marzo, la Fundación Bancaja en Valencia iniciaba su programación anual con la presentación de ‘Fernando Botero. Sensualidad y melancolía’, una muestra que recorría las siete décadas de producción del artista colombiano.

«Desterrar la Palabra ‘Gordo'»

«Es el pintor del volumen», resaltaba en la presentación de la comisaria de la muestra, Marisa Oropesa, quien incidía especialmente en la idea de «desterrar la palabra ‘gordo’ vocabulario de Botero».

«Él no se ve pintado gordos ni gordas», subrayada la comisaria. «Tú no dices una casa gorda, dices una casa volumétrica; no existe una jarra gorda, dices qué jarra tan grande. Ahí está el error, porque no solo hay volumen -en la obra de Botero- en el cuerpo humano, sino que hace absolutamente un volumen de todo lo que pinta».

 

 

Así, recordaba una de las historias que contaba el artista para explicar el inicio de la fijación por el volumen den su producción y es la que relataba cómo cuando se encontraba pintando una mandolina le «llamó la atención lo pequeñito que era el agujero de la guitarra» respecto al instrumento, una reflexión que dio lugar al cuadro ‘Mandolina sobre una silla’ en 1957.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, lamentó la muerte de Botero, recordando que era «el pintor de las tradiciones y defectos, de las virtudes». «Fue el pintor de nuestra violencia y de la paz. De la paloma mil veces desechada y mil veces puesta en su trono», escribió en redes sociales.

 

 

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Ciudad Valencia / EuropaPress