Era noche cerrada y todos los albergues de Belén habían sido colmados. Buen oro pagaron los mercaderes para lograr cena y lecho; buenas mañanas se dieron los curanderos y los músicos para alzar tienda cerca de los pozos, buenas artes usaron las rameras pa­ra acomodarse junto a los lavaderos.

Pero José y María, su mujer, quedaron rezagados. Ahora el hombre guiaba su borrico hacia la última posada de las afueras, a desgana, temeroso de recibir igual respuesta al pedimento de cobijo. A lo lejos se veía el portal ilumi­nado. El reflejo de las lámparas desdibujaba torsos forasteros. El aire saltarín hurtaba sus primeros olores al pan recién ahornado.

Él era carpintero; ella hilandera. El jamás taló un árbol. En los bosques, cuando éstos se sentían doblegados de sol, hartos de años, le abrían uno a uno su oscuro corazón, para que él hiciese ca­ballitos de bálsamo, antílopes de ébano, asnillos de caoba. Ella ja­más tronchó una flor. En las praderas aglobaban de albor los limo­neros hasta cuajar estambres en sus manos. El trigal humillaba sus espigas granadas. El lirio se tornaba sedoso caracol tan sólo al pre­sentir el halo de su mano.

 

Nochebuena-Oscar Guaramato 2

 

Llegados a la posada hubieron de alojarse en el traspatio, en el lugar de descansar las bestias. Y ella sintió dolor de alumbramien­to. Y parió un niño.

Pero, he aquí que un pastor vigilante en un arenal oteó el fulgor lejano y caminó hasta el pesebre. Y al encontrar a la madre con su niño quiso hacer un presente. Pero como nada útil tenía para do­nar, tomó su flauta de cáñamo y entonó una canción para llamar corderos. Y toda la noche se oyó la melodía. Y todo el que la oyó hizo rumbo al portal.

 

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El pastor volvió al desierto con el amanecer.
José, el carpintero padre del Dios-Niño, cuando lo vio partir, murmuró para sí:
—Esta noche, también a Nazareth le nació su poeta…
Entre las ramas de los sicómoros, abejeaba el alba.

 

***

 

Comentario tomado del prólogo de María Elena Maggi:

“En Guaramato hemos encontrado una especie de predilección por el tema [de Navidad], son textos cortos y muy líricos cercanos a la prosa po­ética pues como ya ha dicho Meneses su prosa es ‘esencialmente’ lírica y fabrica sus imágenes de la materia de la más sencilla labor cotidiana.

‘Jesús, José y María’ y ‘Nochebuena’ son los cuentos de esta selección más cercanos a los textos bíblicos, podemos decir que son una recreación y criollización de los mismos (…) En ‘Nochebuena’, ubicado en Belén, un pastor entona una canción en el establo y al amanecer José piensa que también nació el poeta de Nazareth en ese pastor que regresa al desierto».

 

Biografía de Oscar Guaramato:

Nació en Barcelona (Edo. Anzoátegui), el 8 de mayo de 1916 y murió en Caracas el 4 de julio de 1987. Cuentista y periodista. Desde niño vivió en Valencia y surgió como escritor en los años 40. Fue colaborador de Fantoches y trabajó también en el diario El nacional.

Obtuvo varios premios literarios entre ellos el del concurso de cuentos de El Nacional en 1950.

Sus obras: Biografía de un escarabajo (1949), Por el río de la calle (1956); La niña vegetal y otros cuentos (1956) y Cuentos en tono menor (1969).

 

Tomado de “Antología de cuentos navideños venezolanos” de María Elena Maggi (1985) / Ciudad VLC