el Fauvismo

Henri Émile Benoít Matisse es el padre del Fauvismo, movimiento artístico que surge a mediados del siglo XX. El Fauvismo, proveniente del francés “fauvisme” que significa (fieras).

Este nombre le fue dado por su cargada gestualidad, gracias a sus pinceladas agresivas y salvajes, característica principal del movimiento. Pero lo que hizo que el fauvismo se catapultara y se colocara como un movimiento dentro de las artes visuales fue su extraordinario y nuevo empleo y manejo del color.

Matisse nace un 31 de diciembre de 1869, en un pueblito llamado Le Cateau-Cambrésis de Francia, su infancia es parecida a la de muchos creadores del mundo, siendo condicionado, desvalorado y atacado por su propio padre con aquellas frases mutiladoras de las que ya hemos hablado anteriormente. Prueba de ello es este relato sobre su padre cuando conoce su inquietud por la pintura: «¡Te vas a morir de hambre!, ¿Me oyes, Henri…? ¡Es una carrera para vagabundos…!».

el Fauvismo
Robert Capa 937; 923.PST.PER.032; 50-7-5 1949

 

Henri al igual que Van Gogh y yo, coincidimos con la pintura pasados los 20 años de edad, este hecho para la gran mayoría significaría que no nacimos prodigios o genios de la pintura, sin embargo, Matisse con 21 años y Van Gogh con 27 cambiaron la historia del arte para siempre, esto demuestra que es la pintura quien te encuentra y no tu a ella.

 

Algunos historiadores dicen que el padre del fauvismo en varias ocasiones fue sometido a algunas palizas cuando su padre lo sorprendía dibujando «tonterías», más equivocado no pudo estar su padre, pues años más tarde Henri se convertiría nada más y nada menos que en el rival número uno del genio de la pintura -Pablo Picasso.

De manera melancólica este movimiento de fieras, cargado de una expresiva emotividad en conjunto con su alucinante contraste de color y su inmensa necesidad de sumergir al espectador hacia una nueva percepción de la realidad, duro tan solo una década; sin embargo, su condición efímera dentro de las artes dio paso sin duda alguna a las nuevas vanguardias artísticas como: el Cubismo, el futurismo, el expresionismo, entre otros.

 

La rebelión

A pesar de que el padre de Matisse Emile Hippolyte, lo obliga a estudiar derecho, cosa que hizo al pie de la letra, su interés por la pintura surgió en uno de los tantos eventos que sufrió por sus múltiples situaciones de salud.

Pero fue un ataque de apendicitis el culpable de encontrase con la pintura. Desde ese momento hasta el día de su muerte vivió solo para pintar.

Así es como la pintura encontró al padre del fauvismo – convaleciente, dirigiéndolo hacia la sanación, al encuentro y como si fuera poco a la transformación de la historia del arte, y es que, gracias a la rebelión de Matisse por no seguir los códigos impuestos tanto de la academia como los de su impronta genética se convertido en uno de los máximos impulsores del arte moderno.

 

El arte es una forma de rebelión contra la mediocridad. Henri Matisse.

 

La enfermedad persigue a Matisse

Las enfermedades desde siempre han perseguido cual sombra luminosa a una gran parte de creadores importantes de la historia, este interesantísimo patrón nos puede dirigir al primer impulso del hecho artístico. Es decir, el dolor como principal fuente de inspiración en estos casos. Lo maravilloso de esto es que el artista debido a su inmensa sensibilidad convierte el dolor en obra y la obra es entonces su dolor.

¿Imaginemos por un instante a una Frida sin sufrir? a Beethoven y goya sin su sordera, a Van Gogh sin su oreja, a Monet sin su ceguera o a Reverón y Münch sin su supuesta esquizofrenia. Estos creadores, no solo dieron vida al dolor, sino que son parte  de su obra, estos genios convirtieron su agonía, frustración y dolencias en las más grandes obras de arte de la historia y Matisse no se escapa de esto.

el Fauvismo

 

Matisse padeció de bronquitis y cáncer, por lo tanto, pasaría buena parte de su tiempo en cama pintando. Existen fotografías en las que podemos observar a un Matisse con palos largos que le permitían pintar las paredes de su cuarto a metros de distancia.  Una década antes de morir Henri junto a su silla de ruedas estaban rodeados por papeles de colores, tijeras y por la presencia sigilosa de sus fieles gatos.

 

Esta etapa de su enfermedad ya sin fuerzas para agarrar un pincel daría inicio a una nueva manera de expresión para Matisse “El Collage” en su momento dijo: «Dejar el pincel para coger las tijeras». Y es así como el padre del fauvismo superpone el color ante el dolor y la desdicha. Es así entonces, como Henri Matisse nos deja en su obra el legado de una esperanza pigmentada, una vida con trazos de fiera y finalmente nos adentra a su fuerza y a una  fe creada desde los fragmentos de su propia construcción de la vida, el cuerpo y la naturaleza.

Matisse muere de un paro cardiaco a sus 83 años de edad, 70 años después su obra sigue anunciado el grito feroz de su alma que habita en el color, el lienzo y el papel.

 “Siempre hay flores para el que desea verlas.” Henri Matisse.

 

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Penélope Tovar-columna-Trazos en el tiempo-Bienal de Artes Visuales en pequeño Formato Arturo Michelena

Penélope Tovar, artista plástica, egresada de la Escuela de Artes Plásticas “Arturo Michelena”; es también licenciada en Pedagogía Alternativa, mención Desarrollo Artístico, por la Universidad Nacional  Experimental “Simón Rodríguez” (UNESR). Ha participado en exposiciones  colectivas a nivel nacional (Galería de Arte) e internacional (Canadá, EEUU, Reino Unido, Portugal y España). Exposiciones individuales: Museo de Bellas Artes de Caracas y Museo de Arte Valencia (MUVA).  Reconocimientos: Artista  Joven del mes de Noviembre 2021 por el Museo de Bellas Artes, Caracas, Venezuela.

Actualmente es facilitadora en Arte-terapia en el Centro de Neuro-desarrollo “KOKIGYM”, apoyando en la rehabilitación de niños y niñas con discapacidad.

 

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Ciudad Valencia / Foto de la autora por Penélope Tovar