“¿Para qué leer?” por Laura Antillano

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¿Para qué leer?… Mientras dicté cátedras de Literatura en nuestra mención de la Escuela de Educación de la Universidad de Carabobo, sentía que la tarea básica era enamorar al alumno de lo definido como nuestra literatura, latinoamericana y venezolana, y a través de ello ir dando a conocer la obra de muy diversos autores.

No sé si esas premisas se mantienen, pero me parecía de orden fundamental que quien pretenda enseñar algo ame ese algo.

Leer no es solamente descifrar algunos signos e ir a su elemental significado, sino que en el caso de la Literatura es como viajar, adentrarse, colocarse en el lugar de lo nombrado.

Un docente de la materia que sea debe aprender a amar el contenido de aquello que enseña, a fondo, inclusive con verdadera pasión.

He tenido la suerte de que eso me ocurrió desde temprano con la Literatura, no sabía qué iba a ser de ello como herramienta de trabajo, solo entendía que era lo que más me interesaba sobre la tierra.

Mi placer ante los libros lo fue creando progresivamente mi padre, lo fue como despertando. No me entregaba una colección completa, sino libro por libro. Así conocí, por ejemplo, una colección de libros que recreaban cuentos y leyendas de distintos países, libro por libro, él buscaba el siguiente cuando estaba seguro de que ya me había leído el último, y no era como quien tomara la lección, sino que abría un diálogo entre nosotros como dos lectores apasionados por algo (porque él también se los leía por su cuenta).

Creo hoy que me acompañaba y fue abriendo así las puertas de la curiosidad para mí, en muchos sentidos.

Con él y con mi tío, el escritor Alfredo Armas Alfonzo, aprendí a querer la Literatura hasta la pasión.

Creo que es difícil, sino imposible, el que padres o maestros que no leen se puedan ganar a sus alumnos o hijos para ese afán.

La transmisión requiere de sincero apasionamiento, de resto resulta como una mentira a medias.

Es como enseñarles a caminar, comer, asearse,  jugar, enseñar modales o cualquiera otra cosa.

 

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“Modelar” es importante, y si se es un “lector de mentira”, el hijo o alumno se dará cuenta de inmediato.

Es una verdadera paradoja, más cuando un entorno que se hace cada vez más de lo visual elemental, convierte la inmediatez en lo obligatorio.

Leer bien requiere atención y una cierta complejidad en la medida en que se va experimentando con textos más emblemáticos cada vez, que van requiriendo la madurez del lector a través de la práctica.

Pero bien vale la pena.

 

***

 

Laura Mercedes Antillano Armas (Caracas, Venezuela, 8 de agosto de 1950) es una escritora venezolana, que ha incursionado en los géneros de ensayo, poesía, cuento, novela y crítica literaria. También ha trabajado como titiritera, guionista de radio y televisión y promotora cultural.

Es licenciada en Letras Hispanoamericanas y Magister en Literatura Venezolana por la Universidad del Zulia (LUZ). Durante 25 años ejerció como profesora de Literatura en el pre-grado de la Facultad de Educación de la Universidad de Carabobo (UC). También coordinó el Postgrado en Literatura Venezolana de la UC (1995-1998), además de ejercer también como Directora de Cultura de la misma universidad (1999).

Es ganadora del Premio Nacional Cultura, mención Literatura, 2012-2014,​ Premio Bienal José Rafael Pocaterra mención Poesía con la obra “Migajas” (2004), Ascesis al Premio Miguel Otero Silva de la editorial Planeta de Venezuela con su novela “Solitaria solidaria” (1990), Premio de Cuento del diario El Nacional con su cuento “La luna no es de pan de horno” (1977), Premio Julio Garmendia de la Universidad Central de Venezuela (UCV) con el cuento “Caballero de Bizancio” (1975).

Entre su vasta obra publicada se incluyen, entre otros: La bella época (cuentos, 1969), La muerte del Monstruo Come Piedra (novela, 1971 y 1997), Un carro largo se llama tren (cuentos, 1975), Haticos Casa Nº 20 (cuentos, 1975), Los niños y la literatura (estudio, 1978), Maracaibo: Las paredes del sueño (textos, con fotografías de Julio Vengoechea, 1981), Perfume de gardenia (novela, 1982, 1984 y 1996), Dime si adentro de ti no oyes tu corazón partir (cuentos, 1983 y 1992), Cuentos de película (cuentos, 1985 y 1997), Literatura infantil e ideología (estudio, 1987), La luna no es pan de horno (cuentos, 1988), Solitaria Solidaria (novela, 1990 y 2001), ¿Cenan los tigres la noche de Navidad? (cuento infantil, 1990 y 2005), ¡Ay! Que aburrido es leer: El hábito lector y el cuento de la infancia (estudio, 1991), Jacobo ahora no se aburre (cuento infantil, ilustrado por Tony Boza, 1991), Tuna de mar (cuentos, 1991), Diana en la tierra wayúu (novela infantil, 1992), Una vaca querida (literatura infantil, 1996), Apuntes sobre literatura para niños y jóvenes (estudio, 1997), Las aguas tenían reflejos de plata (novela, 2002), Elogio a la comunidad (texto divulgativo, 2004), Poesía completa 1968-2005 (poesía, 2005), Emilio en busca del enmascarado de plata (novela para niños, 2005), La luna no es pan de horno y otros cuentos (antología de cuentos, 2005), La aventura de leer (estrategias de lectura, 2005), Libro de amigo (poesía, 2007), Crónicas de una mirada conmovida (crónicas periodísticas, 2011), Ellas (Semblanzas, artículos, entrevistas, 2013), Las alas de la lectura (estrategias de lectura, 2019), Me haré de aire (cuentos, 2021).

 

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