Polo Montañez, una partida muy prematura… Cuando un género musical ha pasado de moda, a pesar de la trascendencia que éste haya tenido, es muy difícil lograr posIsionarlo de nuevo. El ritmo acelerado que vivimos hoy nos va saturando de nuevos estilos, figuras emergentes, información desbordante, en fin, no nos damos abasto para asimilar todo, a lo sumo, podemos abarcar sólo una pequeña porción de todo lo que se realiza o crea.
Sin embargo, a veces surgen fenómenos que sí logran desempolvar aquello que luce fuera de época. Tal fue el caso de Polo Montañez con respecto al Son cubano. Está demás decir la importancia que ha tenido este género (el más popular y representativo de Cuba) en la historia y evolución de la música latina tropical, base fundamental de la llamada Salsa. Pues, Polo Montañez, “El Guajiro Natural” como también es conocido, logró poner al Son de nuevo en el mapa, no sólo en Cuba, su país de origen, sino en varios países de Latinoamérica y de Europa.
Fernando Borrego Linares nació el 5 de junio de 1955 en una finca llamada El Brujito, en Pinar del Río, Cuba, así que fue un hombre de campo, “un guajiro”, como les dicen a los campesinos en La Mayor de las Antillas, de monte adentro, con una humildad de la cual nunca se desprendió y con unas cualidades innatas para la música, el canto, la composición, sin estudios formales, y unas virtudes como ser humano que le permitieron, más allá de su talento, ganarse el corazón de todo un pueblo.
Cantaba para sus amigos, sus vecinos, en las reuniones de familiares y eventos modestos de su comunidad y otras aledañas. Y supo asimilar muy bien el fenómeno de la fama, cosa que le cuesta un mundo a la inmensa mayoría que logra triunfar. Convirtió su modesto grupo musical en un septeto para el año 1994.
En 1997, un amigo de Polo, Bernardo Quiñónez, quien trabajaba en La Habana, se enteró de que había un empresario extranjero que andaba buscando un grupo con las características del de Polo. Quiñónez le hizo la oferta al empresario y lo invitó a la comunidad “Las Terrazas” donde vivía Polo y los integrantes del grupo para que lo escuchara. José Da Silva es el nombre del empresario natural de Cabo Verde, África, pero radicado en París, Francia, y presidente de una disquera llamada Lusafrica.
Esa vez que José fue a ver a Polo no pudo conocerlo, fue en una segunda ocasión cuando pudo verlo y escuchar su música, le gustó y a las dos semanas llegó un colaborador cubano de la disquera llamado Alfredo Peñalver con un contrato. El documento contemplaba seis años de trabajo exclusivo y la realización de cuatro discos.
Se necesitaba, en vista del auge que el grupo iba tomando por la llegada de los turistas en varias localidades, un nombre para el grupo. Fue allí cuando a uno de los integrantes, quien fungía de presentador, Rubén Gamboa Moreira, se le ocurrió colocarle a Fernando Borrego Linares el nombre artístico de “Polo Montañez”, Polo porque así le decían siempre y Montañez porque vivía entre las montañas, a Polo le gustó y así se quedó, “Polo Montañez y su grupo”.
Todo esto fue antes de la firma del contrato con la disquera. Una vez firmado el documento vinieron los ensayos ya con una mayor disposición y seriedad. En octubre de 1999 se realizó la grabación del primer disco en La Habana, Estudios Abdala, “Guajiro Natural”. Por ser una compañía discográfica francesa ubicada en París, la primera gira de Polo fue en Francia en noviembre del año 2000.
Después de la gira a Francia vino Holanda (Países Bajos), Bélgica y Portugal. En América, el primer país que visitó fue Colombia donde fue tratado y venerado de manera impresionante hasta el punto de otorgarle dos discos de oro y uno de platino por el volumen de ventas, el primero por más de 20 mil, y el segundo de oro por más de 40 mil copias vendidas.
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Su tema “Un montón de estrellas” causó furor en esa nación, la cual visitó varias veces. En el año 2001 realizó su segundo disco “Guitarra mía” y visitó otros países como México y Ecuador, logrando además su mayor éxito al participar en el evento internacional WOMEX en Alemania. Su carrera empezaba a despuntar a muy buen ritmo, pero de manera lamentable, el 20 de noviembre del año 2002, sufrió un accidente automovilístico de regreso a su casa luego de la celebración de unos 15 años, y el día 26 del mismo mes falleció, así como también uno de sus hijos. Estaría cumpliendo Polo para este 5 de junio 68 años.
Sólo dos años tuvo este gran cantautor para ver tan solo el inicio de la cosecha de su excelente trabajo, como le decía él a los muchachos del grupo: “Salir de atrás de una mata de mango para estar en París”. Su trabajo no se quedó en Cuba, desde hace varios años, y en la actualidad, grandes figuras han colocado algunos de los temas de Polo en su repertorio, como es el caso de Gilberto Santa Rosa, quien versionó muy bien los temas “Un montón de estrellas” (2002), “Sombra loca” (2009) y “Locura de amor” (2009), por otra parte, tenemos a Mark Anthony, quien convirtió en todo un éxito la canción “Flor pálida” (2013).
Una excelente manera de seguir dando a conocer la genialidad de Polo Montañez, quien no tuvo tiempo de extender su logros y deleitarnos con su presencia aquí en Venezuela.
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Ramón Emilio Toro Martínez (Caracas-Venezuela, 1966) es licenciado en Educación, mención Lengua y Literatura, de la Universidad de Carabobo (UC) en 1993. Es también Productor Nacional Independiente y locutor con experiencia en el desarrollo de programas radiales sobre música afrocaribeña en la ciudad de Valencia, estado Carabobo: Ciento por ciento Natural, por Lago 91.5 FM; Letras y Notas, por Salsera 96.3 FM, y Óyelo que te conviene, por RNV Región Central 90.5 FM. Es autor del libro «Letras y Notas sobre la Música del Caribe» (2020), presentado en la FILVEN Caracas 2020 (Casona Cultural Aquiles Nazoa) como el único proyecto editorial independiente de ese año.
Ciudad Valencia / Foto de RT: Edicson Dávila
