Chávez, junto a otros militares jóvenes de destacado protagonismo a partir de 1992, fue uno de los cabecillas de la rebelión militar del 4F, que quiso derrocar a Pérez y desenmascaró la mal llamada Democracia. Antes de terminar en la cárcel, Chávez valientemente propaló un corto mensaje televisivo en que señaló: «Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados».
Su actuación mediática, reforzada con el “por ahora” de su declaración, le valió su salto a la fama, lo que fue capaz de capitalizar en términos políticos. Según una encuesta de la época, el golpe tenía un 60% de respaldo popular. Su firmeza, su valor, su responsabilidad, su carácter, su honestidad, su humildad, su ética y su calidad revolucionaria lo convirtieron en un gigante de América y del mundo.
Cito a ese gigante para hacer referencia a otros no menos gigantes que Hugo Chávez, a Bolívar y al revolucionario más grande que ha tenido la humanidad, Jesús de Nazaret.
Las amenazas de nuevos conflictos, sanciones, bloqueos, son razones muy poderosas, hermanas y hermanos, para que debatamos en cada uno de nuestros espacios, la casa, el trabajo, el partido, la comunidad, el barrio.
Pero mirándonos a los ojos, sin cinismo de ningún tipo, sin “fariseísmo hipócrita”, como decía Jesús el de Nazaret cuando hablaba como un látigo y decía a los poderosos de aquél entonces, fariseos hipócritas que quieren limpiar la copa por fuera pero no la ven por dentro, está llena de injusticia, hay mucho cinismo entre nosotros, hay mucho doble discurso entre nosotros.
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Se habla de paz y se arremete contra pueblos inocentes. Se habla de desarrollo y se hunden millones en la miseria, empecemos por nosotros, si queremos cambiar, iniciemos por auto examinarnos, decía el desaparecido físicamente Profesor Aristóbulo Istúriz, purguémonos el alma, expulsemos los parásitos de la hipocresía, la envidia, la cizaña, la zancadilla, actuemos como verdaderos revolucionarios, en estos momentos no tenemos más alternativas que la unidad sincera, el desprendimiento, el amor al prójimo, es imperativo ser un tilin mejores y mucho menos egoístas.
Solo faltan veinte días, aproximadamente, para elegir gobernadores, alcaldes, diputados y concejales, entendamos que no todos podemos acceder al poder político, pero sí podemos contribuir todos a la sociedad para una vida más digna, como dirigentes políticos. No dejemos que el ego se apodere de nosotros, desprendámonos de ira y orgullo, que pongan en peligro el avance de la Revolución Bolivariana, tenemos la misión de hacerla irreversible.
Unidad, Lucha, Batalla y Victoria.
Ciudad VLC / Luis Eduardo García