Parlamentarios del Partido de los Trabajadores (PT) presentaron otra solicitud de destitución de Jair Bolsonaro en la Cámara de Diputados de Brasil, donde hasta este martes se registran 60 pedidos de juicio político contra el presidente ultraderechista.

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Tal solicitud de impeachment está firmada, en calidad de ciudadanos, por la presidenta del PT, la diputada Gleisi Hoffmann, y los legisladores federales Enio Verri, Rogério Correi y Rui Falcão.

De igual forma aparece la rúbrica de la exministra Eleonora Menicucci y de mujeres que fueron víctimas de tortura durante la dictadura militar (1964-1985).

Bolsonaro se burla de Dilma Rosusseff

  • «Al degradar e ironizar la tortura sufrida por Dilma (Rousseff) y, en consecuencia, insultar la memoria de miles de brasileños que perdieron su vida y dignidad durante la dictadura militar de 1964, el hombre ahora claramente denunciado cometió un delito de apología de la tortura, tipificado en el Código Penal, artículo 287», indica la solicitud presentada.

Bolsonaro afirmó el 28 de diciembre ante un grupo de partidarios que «Dilma fue torturada y le fracturaron la mandíbula. Que traigan los rayos X para ver esos huesos. Yo no soy médico, pero hasta hoy espero la radiografía», comentó con sonrisa burlona.

Ante la injuriosa declaración, la exgobernante (2011-2016) respondió que resulta «triste, pero el ocupante del Palacio del Planalto (sede del Poder Ejecutivo) se comporta como un fascista. Y en el poder actúa exactamente como un fascista».

Bolsonaro se revela exactamente como es

Para Rousseff, el exmilitar «no solo me insulta a mí, sino a miles de víctimas del régimen castrense, torturadas y asesinadas, así como a sus familiares, muchos de los cuales incluso no tenían derecho a enterrar a sus seres queridos».

Recalcó que como el excapitán del Ejército no respeta ningún límite impuesto por la educación y el civismo, una exigencia a cualquier político, y más aún a un presidente de la República.

Subrayó que, en cada manifestación pública como esta, Bolsonaro se revela exactamente como es: «un individuo sin empatía por los seres humanos más que por quienes utiliza para sus propósitos’.

Insistió en que el presidente no tiene respeto por la vida, «es un defensor de la tortura y los torturadores, y resulta insensible a la muerte y la enfermedad, como ha demostrado ante las más de 200.000 defunciones causadas por la Covid-19, que se niega a combatir».

El martirio es considerado un crimen atroz, indecible e inaplicable en una cláusula de la Constitución Federal brasileña.

 

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Ciudad VLC/teleSUR