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Vielsi Arias, autora de la columna de Ciudad Valencia "Ciudad Escrita"

La agrupación Budare y Leña nació en el año 1979 como iniciativa de un grupo de jóvenes músicos, interesados en la música tradicional venezolana. Su interés por la diversidad de ritmos les llevó a investigar en las distintas expresiones en todas las regiones del país, llegando así a compilar un valioso archivo que forma parte de la tradición oral de los cultores y que, a través de su labor de investigar y recopilar las formas tradicionales de la música venezolana, apegados a la fuente, han logrado difundir en escenarios nacionales e internacionales.

Con motivo de la celebración de sus 43 años hicieron una gira nacional por varios escenarios: Teatro Teresa Carreño, Teatro de La Ópera de Maracay y Teatro Municipal de Puerto Cabello, entre otros. El pasado domingo 15 de diciembre dieron un concierto magistral con la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de Música del estado Carabobo, donde tuvieron ocasión de presentar cinco arreglos musicales.

Durante más de cuatro décadas de vida artística han recibido los reconocimientos: Mara de Oro, Orquídea de Oro, Los mejores de Venezuela, Anthony de Oro y de Platino y la orden Arturo Michelena otorgada por la Alcaldía de Valencia, además de ser declarados Patrimonio Nacional de Venezuela y Patrimonio del Caribe.

Por la agrupación han pasado, al menos, unos trescientos músicos, que ahora no podemos nombrar, sin embargo, pudimos conversar con uno de sus fundadores y actual director, Euclides Rojas, músico profesional, investigador de las tradiciones venezolanas y actual director de la Plataforma de Patrimonio Cultural del Ministerio de la cultura en el estado Carabobo.

Ahora le cedemos la palabra a Euclides:

 

Budare y Leña-Ciudad Escrita-Vielsi Arias-Euclides Rojas

 

El grupo “Génesis”

Nació por iniciativa de un grupo de jóvenes del sector La Cabrera, carretera nacional de Mariara, hoy Municipio Diego Ibarra, que se reúnen para organizar un acto a las madres en su día. Nace con el nombre del grupo Génesis, montan una pequeña obra de Aquiles Nazoa un número de danza de Yolanda Moreno y dos temas musicales de Hugo Blanco: “Sierra Nevada” y “Moliendo café”, se organizan, y mientras llegaba el día del acto, por esos días se daba una carrera deportiva en el sector. Ellos deciden participar en esa carrera y tocan dos temas, luego se da el evento el día domingo 13 de mayo de 1979. Ahí presentamos el repertorio que habíamos logrado preparar. Tomamos como inicio esa fecha, por eso decimos que estamos cumpliendo 43 años.

 

Arepa, budare y leña

Con el tiempo comenzamos a prepararnos para tocar los instrumentos. Yo estudiaba en la escuela de folclor “Sebastián Echeverría Lozano”, posteriormente ingresé a la Escuela de Música de Valencia y algunos se inscribieron en Maracay, en el conservatorio de música, en la Casa de la cultura. Empezamos a prepararnos un poco más y ahí comenzamos a investigar; queríamos tocar un repertorio propio. En ese entonces tocábamos temas de los demás: Un solo pueblo, del Grupo Vera, de La Victoria.

Esa investigación nos llevó a recorrer el país para conocer las formas musicales de la tradición, y el nombre de “Génesis” como que ya no cuadraba mucho. Reflexionamos, de hecho, había un grupo internacional llamado Génesis, de rock, bien importante, todo eso fue sopesado. Debatimos tres nombres: “Tres razas”, en función de los tres componentes fundamentales de la venezolanidad, la ascendencia indígena, africana y europea. “Tacarigua”, la voz indígena, que da el nombre a la laguna, hoy llamado Lago de Valencia, según algunas teorías los primeros pobladores de las riveras eran caribes, llamados Tacarigua.

El tercer nombre fue “Arepa, budare y leña”. Votamos y por mayoría ganó Arepa, budare y leña. Lo considerábamos porque representaba eso, la arepa, la cachapa, el fogón de los pueblos y el campesino. En las zonas pesqueras siempre hay un lugar donde está el fogón, creíamos que era parte de la idiosincrasia que nos representaba y por ello le pusimos así. Nos dimos cuenta que era muy largo y convenimos en que tenía que ser “Budare y leña”.

 

Una recopilación de géneros musicales autóctonos

Iniciamos un proceso de recopilación. Estamos hablando de finales de los ‘70. Fuimos al sur del Lago de Maracaibo, a pueblos como Bobure, Gibraltar, Palmarito, San José, Santa María, todos esos pueblos del sur, algunos del municipio Colón, allí veneran a San Benito de Palermo. Comparten esta tradición con Trujillo y sectores de Mérida, donde se celebra San Benito en varias fechas del año: el Día de los Santos Inocentes, que es el 28 de diciembre; toda fiesta tradicional tiene una víspera, con la víspera que es el 27.

Empezando esa celebración, que es en octubre, ellos lo llaman el Primer Ensayo a San Benito. También se celebra el primero de enero, el Día de los Reyes, en otras fechas, por promesa, habitantes de esas localidades hacen un recorrido con San Benito, donde, la noche anterior, las mujeres tocan la gaita de tambora. Una gaita muy distinta de la que se oye por acá en diciembre. Es una tambora de parche doble y el tamborito es como un chimbangle. Los chimbangle son una batería, un conjunto de tambores formados por siete tambores base, hembras y machos, con una flauta y una maraca.

Todo eso lo recopilamos. Fuimos al Cayao a conocer el calipso, para recopilarlo, conocerlo y montarlo. Vimos en la costa central el sangueo de San Juan Bautista, de ahí deriva la palabra, de la palabra sanga, del Congo, que quiere decir salutación, romería, exaltación, alegría. El sangueo con el que pasean a San Juan Bautista en todas las localidades de la costa central: Miranda, Aragua, La Guaira, Distrito Capital, Carabobo: Patanemo, los Caneyes, San Millán, todo ese conglomerado, llegando a Yaracuy. Todas estas comunidades afrovenezolanas practican esta tradición a San Juan Bautista, hoy declarada Patrimonio cultural de la humanidad. Se entregó el certificado en estos días, de esa declaratoria a los sanjuanes de acá.

Comprendimos todas esas manifestaciones y vimos cómo se tocaba en Cata, Yaracuy, Naiguatá, Barlovento, Curiepe, Birongo, a ver cómo se tocaban los tambores de allí, que son los culo ‘e puya. La batería de tres tambores, curbeta; al sangueo allí se le llama saludo. Diferenciamos todos esos ritmos, luego seleccionamos y lo montábamos musicalmente.

En oriente se encuentra el polo margariteño, los galerones, el joropo y estribillo, la gaita margariteña, que es distinta a todas las anteriores, es con cuerda; la fulía para la Cruz de Mayo; luego en Yaracuy, las décimas, igual que en Lara. Los aguinaldos para diciembre, hay unas formas llamadas décimas, salves. Hicimos una amplia investigación por muchos años, que está registrada en un archivo nuestro. Parte de ese trabajo fue presentado en un disco.

Budare y Leña no es solamente un grupo de tambores, sino de música tradicional venezolana. Gran parte de esa diversidad musical que se da en las regiones del país: oriente, occidente, central… En los llanos vimos la bandola llanera. Tocamos la bandola central, que es la bandola guariqueña, la llanera tiene cuatro cuerdas, la central ocho cuerdas. En la llanera las cuerdas son de nylon, y buscamos luego las formas musicales y las tocamos. Están en los discos.

 

Trayectoria nacional e internacional

Recibimos invitación de Rusia, Polonia, Alemania, Argentina y estuvimos en Curazao, Aruba, Trinidad, Islas Neerlandesas, Perú, Colombia, Ecuador, Puerto Rico y Cuba.

Hemos compartido escenarios con Los virtuosos rusos, vinieron en una ocasión, orquestas como La Billos, con Oscar de León, Los Adolescentes, Juan Luis Guerra y 440, Lilia Vera, Un solo pueblo, Macuaya, Grupo Vera, con Paloma San Basilio, grupo Iraquere, de Cuba, los grupos gaiteros: Maracaibo 15, Guaco, Rincón Morales. Artistas locales como Mireya Chirinos, orquestas como La Tremenda. Son muchas…

Nuestra música son temas originales. Nos dedicamos a tocar lo que habíamos recopilado para proyectarla. A esos temas nuestros, en la mayoría recopilados y otros propios, se les hicieron arreglos sinfónicos. Lo hicimos en el 2008 con la Orquesta Sinfónica de Carabobo y con otras orquestas. Acabamos de celebrar un concierto el 15 de diciembre con la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de Música del estado Carabobo. Ahí tocamos cinco temas arreglados. Esos temas arreglados por Ángel Barán, es el arreglista y quien dirigió la orquesta. Estuvimos con Silvio Rodríguez, con Pablo Milanés, en una ocasión.

 

Budare y Leña-Ciudad Escrita-Vielsi Arias-Euclides Rojas

 

Una producción en discos LP y CD

Tenemos unas 10 producciones discográficas, algunas en formato ya superado. El disco LP, para sellos comerciales, Top hits, un sello con el cual tuvimos oportunidad de proyectarnos en Miami y otras ciudades. Todas esas producciones, que fueron hechas en esa tecnología, fueron digitalizadas.

Cuando cumplimos 20 años hicimos una producción antológica en CD. Tenemos un tema dedicado a la isla de Vieques, que fue difundido en algunas ciudades de EEUU, donde hay presencia puertorriqueña (Chicago, New York) cuando era la lucha de la isla para sacar a la marina norteamericana, que hacían sus prácticas con uranio y la población quedó afectada por los radioactivos con cáncer. Fue una lucha de muchos años y nosotros contribuimos con un tema llamado “Venezuela está con Vieques”, que ese movimiento proindependentista editó.

Cinco LP y cinco discos compactos. Estamos preparando una producción antológica para el año que viene donde hay temas nuevos y ya conocidos.

 

Que nuestro rostro no desaparezca

Siempre hemos mantenido una práctica educativa popular, bajo los principios de Simón Rodríguez, a través del contacto con comunidades con una metodología directa en talleres, foros, conversatorios, dirigidos a estudiantes de primaria, liceos y universidades como la del Zulia y la de Carabobo.  Hacemos la labor de proyectar y formar a los niños en espacios como el Ateneo de La Isabelica. Hay un trabajo sistematizado de esa experiencia. La percusión y sus esquemas rítmicos se los hemos enseñado a los muchachos.

Siempre hemos mantenido esa labor pedagógica. Esa es la forma de llegarle a las nuevas generaciones para impedir que nuestro rostro desaparezca en la globalización. Aunque estamos en desventaja con los medios de difusión masiva. Lo que el pueblo oye es reguetón y vallenato, y a los niños no se les enseña la música venezolana porque no hay difusión. Sin embargo, creemos que las comunidades siempre van a mantener sus tradiciones pase lo que pase. Hay una enseñanza que se transmite de forma oral y nosotros la aprendimos a través de los cultores y la recopilamos para transmitir a las nuevas generaciones.

 

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Vielsi Arias Peraza, Valencia, Venezuela (1982), docente egresada de la Universidad de Carabobo (UC) Mención Artes Plásticas. Ha publicado Transeúnte (2005), colección Cada día un Libro, editorial El Perro y la Rana; Los Difuntos (2010), editorial Fundarte, galardonado con Mención Honorífica Premio Nacional Estefanía Mosca; Los Difuntos (2011), reedición del sistema de imprentas regionales de Carabobo; La Luna es mi pueblo (2012), editorial El Perro y la Rana; Luto de los árboles (2021). Ha publicado también en distintas revistas nacionales literarias y académicas como: Cubile, A plena Voz, Revista Estudios Culturales UC, entre otras. Actualmente coordina la Plataforma del Libro y la Lectura del Ministerio de la Cultura en el estado Carabobo.

  

Ciudad Valencia / Foto de la autora por Luis Felipe Hernández