Sábado: «El regreso (un minuto de silencio)» por Luis Alberto Angulo

0
906

Venimos de la tierra y a la tierra vamos. Es el bíblico decir de la poesía. No es solo la espesa noche, es también el astro girando sin detenerse sobre sí mismo y alrededor de la vieja y maravillosa estrella.

El hallazgo de la vida puede contemplarse como un fulgor en medio del silencio y la vacuidad del espacio mental. Todo cuanto allí sucede es un milagro, por el hecho de suceder, simplemente.

Nos aferramos a un nombre, pero no somos un nombre; nos aferramos a un cuerpo que un día se hace inútil. Los predios que amamos apenas son un instante en la vastedad del Universo. Tenemos un momento para reconocerlo, antes de integrarnos al todo, que un día también fuimos.

Queremos, hoy sábado 30 de abril de 2022, esparcir las cenizas de un cuerpo en la sabana llanera y recordar con ello el momento esplendoroso de su nacimiento en el verdor de los pastos y del “Viento barinés” recorriendo la planicie, golpeando la montaña, abriéndose a las brisas marinas.

Son estas las cenizas de quién se llamó Eddy Gómez Abreu, nacido en Libertad de Barinas, en el pie de monte llanero. Queremos dejar allí mismo un símbolo de su pasar, confundido con el río que siendo otro es el mismo, las aguas de la infancia.

Las mías fueron unas muy cercanas a estas, las del Santo Domingo, las de Parángula, El Pagüei y Parangulita. Cada quien tiene las suyas, pero todas son una misma; nuestras vidas que son los ríos de Jorge Manrique, que van a dar a la mar que es el morir, o que es el vivir en la coplas de Ernesto Cardenal a su mentor y amigo Thomas Merton. El regreso a casa del poema de Ramón Palomares, la vuelta a las aguas primigenias junto a la madre. Ciertamente, Ernesto, fuimos, somos y seremos, “polvo de estrellas”.

Pudiéramos celebrar este momento con la música que amó Eddy, la recia del llano heredada o la que cultivó; oírla íntimamente pensando en el melómano, en el alegre y solidario camarada. Ahora únicamente podemos compartir un instante del silencio, origen de todo. Oigamos el Universo.

Om Mani Dewa Rhi.

 

LEE TAMBIÉN: SÁBADO: «HORIZONTES IMBORRABLES»

 

Glosa de la edad ligera

 

Para Eddy Gómez Abreu (I. M.)
“Sembrado en el parabién / sin ataduras y dueños / deja por fin el tormento / en el tiempo de los sueños.”
La edad ligera es el tiempo
de brevedad del humano 
donde cabalgan los años
como una brizna del viento,
cada quien tiene su tiempo
y cada elemento su bien,
más lo desprecia también
quien desatiende el momento,
olvidando el alimento
sembrado en el parabién.
 
Es el presente vivido
con el que sólo contamos
y a veces lo recordamos,
cual resto de un bien perdido
entre las piedras del río,
donde descuellan los sueños
el arenal del empeño 
en las orillas tendido
se mezcla con lo vivido
sin ataduras ni dueños.
 
El futuro no ha llegado,
es el tiempo lo que vive,
el misterio no prescribe
si ya no existe pasado,
el presente iluminado
fusiona todos los tiempos
y somos ese momento
en la presencia del otro,
el alma de potro en potro
deja por fin el tormento.
 
El tiempo con tanta espera
la vida nos arrebata,
señala por donde pasa
a quien conduce a su vera
y le muestra por afuera
cómo se gesta un gobierno,
en verano o en invierno
en el silencio se queja
y glosa por donde quiera
en el tiempo de los sueños.

 


Autor: Luis Alberto Angulo, poeta, articulista, ensayista, antólogo, cronista literario, editor y promotor de las artes y de la solidaridad.

Algunos de sus libros: Coplas de la edad ligera (Monte Ávila Editores, Col. Altazor, 2021), Antología del decir (Monte Ávila Editores, Col. Altazor, 2013), La sombra de una mano (Monte Ávila Editores, Col. Altazor, 2005), y Fusión poética (Universidad de Carabobo,  2000), reúnen su obra poética publicada: Viento barinés (UC, 1978), Antología de la casa sola (Fundarte, 1982), Una niebla que no borra (Sec. Cultura Carabobo, 1984), Antípodas (Predios, 1994), De norte a sur (UC, 1999), Fractal (Monte Ávila, 2005), Imágenes del parque, y Poética del decir (Monte Ávila, 2013).