1.- El contexto histórico:
La guerra multifactorial, asimétrica y no convencional, desarrollada por los enemigos del Pueblo, de la Patria y de la Revolución Bolivariana, durante todo el primer periodo de gobierno de Nicolás Maduro y que hoy no ha cesado; sino que prosigue; pero no con la fuerza inicial, ya que ha perdido y seguirá perdiendo posiciones claves de lo que fue su ofensiva feroz y destructiva contra las comunidades y el país en general.
Las evidencias son más o menos claras, para quienes venimos observando y analizando los momentos estratégicos y tácticos, coyunturales e históricos, eventuales y sistémicos, de nuestro proceso revolucionario bolivariano chavista, sometido a esa guerra de hambre, corrupción, saboteos, medidas coercitivas, aislamiento, bloqueos, división, violencia, emigración, sin respetar la democracia, la constitucionalidad ni la legitimidad de nuestro gobierno bolivariano.
Cuando la guerra estalla y ya nada la detiene, hay solo dos opciones: ganar o perder y un solo resultado común para los bandos enfrentados: destrucción, muerte, sufrimiento, dolor, traumas, pérdidas, pobreza, miseria, etc. Por esa razón, la filosofía política de nuestro gran líder Hugo Chávez y ahora, continuada por el presidente Nicolás Maduro, ha sido, es y seguirá siendo una política centrada en la paz, el diálogo, la concertación, los acuerdos, el respeto, la independencia, soberanía, libertad, justicia, bienestar, igualdad, felicidad, la fraternidad y el amor en todas sus dimensiones.
La “civilización” europea del siglo XX está llena de guerras y trágicas realidades, que no deben repetirse en ninguna parte del planeta. La primera guerra mundial la perdieron los pueblos y potencias decadentes como el Imperio Austro-Húngaro, siendo los ganadores Alemania, por un lado, y por el otro, el bloque de Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Pero, en 1917, un año antes de terminar la guerra, el Imperio Ruso cae y es sustituido por el triunfo de la revolución bolchevique de los Soviet, conocida como la Revolución Rusa o soviética bajo la audaz y sabia conducción del gran Lenin.
En la Segunda Gran guerra, ocurrió algo parecido. Rusia derrota a Alemania y con ello gana la guerra en alianza con Inglaterra, Francia y Estados Unidos. Por otro lado, se debilita el fascismo en Italia y España. Y en ese contexto, Estados Unidos lanza el primer bombardeo nuclear sobre Japón para erigirse como la gran potencia imperial del mundo entero.
Hoy, pareciera que estamos en las puertas de una eventual tercera guerra planetaria, con signos muy adversos a la hegemonía imperial gringa y sus aliados europeos y asiáticos, frente al nuevo y poderosísimo bloque de las dos potencias que lucen como las más poderosas del mundo entero de hoy: Rusia, demostrando su superioridad tecnológica militar en la actual guerra con Ucrania, alentada y alimentada por EEUU; y China como primera potencia económica, tecnológica y demográfica que supera a todos los ejércitos y tropas del resto del planeta, que igualmente están hoy en tensiones guerreristas alimentadas por EEUU.
Frente a ese panorama mundial, en Venezuela logramos derrotar las amenazas de guerra civil, instrumentadas desde EEUU y desarrolladas por la ya casi desaparecida “oposición” que resultó totalmente derrotada en ese despropósito criminal. En tal sentido, me atrevo a decir, tal como lo ha expresado el presidente Nicolás, que estamos en un momento histórico de RESISTENCIA, RENACIMIENTO Y REVOLUCIONAR, en el marco de la Nueva Era de Transformaciones económicas, sociales, políticas, militares, tecnológicas, científicas y culturales.
Las tres áreas fundamentales del desarrollo del país son: la estructura económica productiva, el sistema de protección y bienestar social, y toda la estructura política del Sujeto Histórico de nuestra revolución, conformado por el Poder popular, la unidad cívico-militar-policial-religiosa y el liderazgo de Nicolás Maduro.
De manera que estamos en un tiempo histórico, protagonizado por dos fuerzas enfrentadas por la disputa del poder político y el destino definitivo de nuestro país. Por un lado, la fuerza extraña, injerencista, criminal e imperialista de EEUU, que cuenta con muchos aliados internos; entre ellos, la mal llamada oposición (en verdad son vulgares ladrones, corruptos, vende patria).
Frente a ese poder imperial y sus lacayos, está la inmensa fuerza revolucionaria, patriótica y popular de nuestro pueblo, junto a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), en sólida y contundente unidad cívico-militar-policial-religiosa con base en la CRBV, el Plan de la Patria y la doctrina bolivariana- chavista, bajo la conducción del presidente Nicolás Maduro, jefe de Estado y Comandante en Jefe de la FANB.
2.- La recuperación y fortalecimiento del proceso económico productivo
Ubicados en ese contexto histórico que hemos descrito, hablar hoy de recuperación en la política, equivale a lo que esto significa en la medicina, es decir, después de superar la gravedad de vida o muerte, el paciente comienza a sentirse mucho mejor y con fuerzas para seguir viviendo; pero, ahora, con mayor cuidado, mejor alimentación y lo más sanamente posible en paz y armonía familiar.
Asimismo, nos toca a todos y todas asumir, cumplir y hacer cumplir las tareas de esta nueva etapa histórica del proceso revolucionario bolivariano. En tal sentido y bajo la sabia conducción estratégica y táctica de nuestro presidente Nicolás, ya es un hecho histórico que estamos superando y derrotando la guerra económica y social; lo cual significa que estamos en un nuevo proceso de recuperación de la estructura económica productiva del país, saboteada y destruida por los enemigos de la patria.
Lo importante y valioso de esta recuperación económica consiste en que superamos la dependencia centenaria de la renta petrolea, el nefasto y famoso rentismo, que tanto daño nos hizo y nos condenó a vivir en el subdesarrollo. Ahora, está en marcha un proceso de recuperación de la economía realmente productiva, con base en una nueva estructura de 18 motores para 18 necesidades de nuestro país y cuyos resultados van en crecimiento y consolidación.
Cada uno de esos motores, responde a un área productiva que, en su conjunto, conforman el nuevo modelo de desarrollo económico de nuestro país, que seguirá siendo capitalista, es verdad; pero, no rentista ni subdesarrollado, dependiente y atrofiado; sino independiente, altamente productivo, soberano y autosuficiente, donde el Estado y el gobierno mantienen su rectoría institucional y legitimada por el pueblo en cada elección presidencial.
Es sumamente importante y necesario valorar este proceso histórico, que ha logrado desmontar la vieja estructura económica parasitaria y succionadora de la renta petrolera, totalmente dependiente, tecnológicamente y financieramente de las trasnacionales norteamericanas y el poder del Pentágono y la Casa Blanca, ya en plena decadencia.
En este nuevo contexto, ubicamos, los tres temas anunciados en el título de este artículo: Salud, Educación y Monómeros: a paso de vencedores. Veamos por qué.
2.1- La salud: del desamparo y la privatización a la protección y el derecho
Durante la democracia formal representativa, la salud del pueblo venezolano andaba a la buena de Dios porque los gobernantes no se ocupaban de eso, aunque teníamos muy buenos hospitales y el sistema del Seguro Social, sostenido con las cotizaciones de toda la población laboral.
En la realidad, la salud colectiva, particularmente la de los pobres, estaba condenada al desamparo total. Por un lado, los hospitales públicos fueron prácticamente destruidos: se robaban los aparatos de tecnología avanzada, los medicamentos y los insumos médicos; y por el otro, el neoliberalismo económico desarrollaba las grandes clínicas y policlínicos en todas las capitales y grandes ciudades del territorio nacional. Así se impuso la privatización casi total del servicio de salud.
Con la llegada de la revolución bolivariana, el servicio público de salud inicia un nuevo ciclo de desarrollo sostenido como sistema de protección social y como un derecho constitucional que el Estado y el gobierno venezolano están obligados a garantizarlo para el disfrute y beneficio de todo el pueblo, sin diferencia alguna de clase social, militancia política, raza o nivel socio-cultural.
La aparición universal de la pandemia del Covid-19, que llegó a nuestro país el 19 de marzo del 2020, puso a prueba nuestro sistema nacional de salud. El presidente Nicolás Maduro declaró inmediatamente el estado de emergencia y asumió la protección de todo el pueblo venezolano con un éxito incuestionable y ejemplar para el mundo entero.
De hecho, la foto que circuló en todos los medios de información del mundo, en la cual aparecen los rostros de Vladimir Putin, Xi Jinping y Nicolás Maduro como los líderes exitosos en el combate anti pandémico, es la representación más clara y precisa de la eficacia de nuestra política de protección social en el ámbito especifico de la salud pública.
2.2- La educación: de la exclusión, la dependencia y el atraso a la inclusión, la soberanía y el progreso.
Cuando el presidente Chávez inició su primer periodo presidencial, se encontró con 500 mil bachilleres sin cupo para continuar sus estudios universitarios. Esta realidad era, en sí misma, una muestra irrefutable de la exclusión social. La juventud de los barrios sin destino cierto de profesionalización y superación social, económica y cultural.
Los programas de estudio no respondían a nuestra propia realidad, nuestro propio pasado histórico, nuestras necesidades del presente y del futuro. Estábamos bajo el yugo de la dependencia económica, científica, tecnológica y cultural, disfrazada de modernización. Y por esa razón, vivíamos en el atraso y el mal llamado subdesarrollo.
Con la llegada del gobierno bolivariano, el presidente Chávez creó la “Misión Sucre” para incluir a los más de 500 mil bachilleres sin cupo en las universidades nacionales; “Misión Ribas” para incluir a la población sin estudios de bachillerato; “Misión Robinson” para quienes no habían cursado la primaria; y el método “Yo sí puedo» para alfabetizar y educar a quienes no habían ido nunca a una escuela.
A partir de esos cuatro proyectos pioneros y la renovación de los programas de estudios en todos los niveles, ahora sí tenemos un sistema educativo propio, integral y soberano que garantiza el derecho constitucional y universal a la educación, sustentado por el Estado venezolano que garantiza la inclusión social, la soberanía científica y tecnológica para el verdadero y auténtico progreso del pueblo y de la patria libre, soberana e independiente que somos hoy y para siempre.
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2.3- Monómeros: del asalto, el saqueo y la destrucción a la recuperación, equipamiento y productividad libre, soberana e independiente
La guerra no convencional, de cuarta generación, anti patria y destructiva, inducida y direccionada por el Departamento de Estado del imperio yanki y en complicidad con los gobiernos títeres de Colombia (Uribe y Duque), permitió que los títeres Guaidó y sus secuaces, tomaran por asalto y destruyeran la empresa petroquímica de Venezuela, Monómeros, sucursal colombiana de nuestra empresa matriz PEQUIVEN.
Ahora, con el presidente amigo Gustavo Petro, de la hermana República de Colombia, dicha empresa ha regresado a las manos de su dueño legal: el Estado venezolano. Las imágenes que están en los medios nos muestran una empresa asaltada, saqueada y destruida.
hoy, el gobierno que preside el camarada Nicolás Maduro Moros ha asumido la responsabilidad de su recuperación, equipamiento y productividad para beneficio de ambos pueblos y el propósito común e histórico de ser verdaderamente libres, independientes y soberanos, con los pies firmes y a paso de vencedores.
Christian Farías / Ciudad Valencia