Las sanciones y las tareas de las y los revolucionarios

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El gobierno de los Estados Unidos de América acaba de ratificar el conjunto de sanciones y medidas coercitivas contra la patria de Bolívar y Chávez, con la extensión de la Orden Ejecutiva 13962 del 8 de marzo de 2015 decretada por el entonces presidente Norteamericano Barak Obama 

Con esto, el imperialismo norteamericano da continuidad a la criminal política de agresión en contra del pueblo venezolano, mediante la imposición ilegal de medidas coercitivas unilaterales.

La ratificación de este decreto criminal, forma parte de un conjunto de acciones tomadas por el gobierno imperialista, desde el mismo momento en que desde Venezuela, con el comandante Chávez se comienza a construir una alternativa popular ante el viejo y moribundo Estado burgués.

 

Durante la existencia de la Revolución Bolivariana, el comandante Chávez y ahora el presidente Nicolás Maduro junto al pueblo le hemos asestado importantes derrotas tácticas al imperialismo norteamericano y a la derecha interna.

Sin embargo el enemigo imperialista no ceja en su objetivo estratégico de derrotar a la Revolución Bolivariana e instaurar nuevamente su hegemonía económica, política y cultural.

 

¿Para qué son las sanciones contra Venezuela?

Lo que busca el enemigo de Venezuela es debilitar el apoyo popular construido por el comandante Chávez, el cual fue legado al presidente obrero Nicolás Maduro.

Los gringos, quieren lograr con las sanciones y sus medidas coercitivas, lo que por la vía legal sus fuerzas internas no han podido en Venezuela.

 

El bloqueo económico y las sanciones van dirigidas precisamente a quebrar la resistencia popular y el apoyo a la revolución para hacer más fácil el camino al retorno de los viejos actores.

El enemigo busca enfrentar al pueblo trabajador contra el presidente Nicolás Maduro haciéndolo culpable de la escasez, el aumento de los precios, del pasaje, de la inflación y de la corrupción.

 

Sanciones, medidas coercitivas y la mediática

Ya es común escuchar entre nuestra gente preguntarse ¿Cómo es que hay sanciones y bloqueo si vemos los bodegones full y las camionetotas de último modelo en las calles?

Resulta que la inteligencia enemiga ha estudiado muy bien lo que hace, justamente una de sus tareas es generar confusión en los distintos sectores y agrupaciones sociales y políticas que apoyan al proceso revolucionario para obligarlos a retirarles ese apoyo.

Es allí donde juega un rol importante el carácter mediático que tiene la guerra impuesta, manejando la comunicación, las redes sociales y la mediática.

 

El acertado uso de las redes sociales por parte de los laboratorios enemigos de la Revolución Bolivariana, y por supuesto, el mal manejo que hacemos de esto los sectores populares, genera dudas sobre los efectos generados por las sanciones en nuestro país.

Para muchas venezolanas, venezolanos y la comunidad internacional, las sanciones económicas y el bloqueo solo afectan al Gobierno de Nicolás Maduro. Esto ejemplifica cómo ha calado la campaña mediática de EE.UU.

Con el manejo de la mediática, el imperialismo, que logra imponer un devastador bloqueo al sistema económico de nuestro país, de alguna manera logra posicionarse como salvador en vez de verdugo.

 

Sanciones y corrupción

En el marco de esta guerra híbrida en la que estamos inmersos las venezolanas y venezolanos, el imperialismo juega con todos sus mecanismos.

Por un lado aprieta al pueblo trabajador haciéndole crujir el estómago con la escasez, pérdida del poder adquisitivo, falta de medicamentos, destrucción del aparato productivo, con una hiperinflación incontrolable.

 

Y por otro lado, facilita las posibilidades de que un grupo de mujeres y hombres se enriquezcan de manera desmesurada y flagrante a costa del erario público.

No perdamos de vista que aún el mundo y Venezuela siguen siendo capitalistas y que la corrupción es un fenómeno propio de este modo de producción, es fundamental para el imperialismo norteamericano que en Venezuela se resalte la corrupción.

 

Explotando esta realidad, fundamentándose en una real crisis económica y de descomposición del Estado, precisamente generado como consecuencias de la aplicación de las sanciones, el enemigo ha venido apuntalando una campaña mediática en torno a establecer una diferenciación entre los “chavistas verdaderos” y un supuesto “Maduro neoliberal”.

Esto con el fin último de continuar debilitando el apoyo y la base social de la Revolución Bolivariana alejando a importantes sectores que anteriormente acompañaron a Chávez y a Nicolás Maduro.

 

¿Y ante la actual coyuntura que debemos hacer las revolucionarias y los revolucionarios?

Evidentemente que la respuesta automática debe ser “cerrar filas con el presidente obrero Nicolás Maduro y la Revolución Bolivariana”, no tenemos otra opción ante esta terrible agresión del imperio más poderoso de la historia de la humanidad.

Pero “cerrar filas con el presidente obrero”, significa asumir el carácter protagónico y participativo que nos otorga la Constitución Nacional en su articulado, específicamente en los artículos 5, 62 y 70 donde nos ordena convertirnos en actores directos en el ejercicio de la soberanía.

 

Comprendiendo que, es el Partido Socialista Unido de Venezuela, el instrumento organizativo, de militancia, formación y movilización que nos legó el comandante Hugo Chávez, y asumiendo su carácter heterogéneo, donde coexisten distintas corrientes de opinión, debemos ponernos a su izquierda, al lado del pueblo trabajador para impulsar  el debate necesario que conduzca a cristalizar nuestras aspiraciones.

Continuamente, en sus distintos mensajes, el presidente Nicolás Maduro nos hace llamados a construir los espacios de ejercicio directo del poder popular, nos llama a organizarnos conscientemente en la construcción de los Consejos Comunales, las Comunas, los Consejos Productivos de Trabajadores, nos llama a asumir el legado de Chávez.

 

Al parecer es allí donde los sectores populares debemos centrar nuestro trabajo, sumando también una práctica de denuncia contra la corrupción, contra el burocratismos, contra los vicios de algunos gobernantes que usan los espacios del poder para su usufructo personal y grupal.

La mejor manera de derrotar las sanciones y sus consecuencias es con el trabajo consciente dentro de la Revolución Bolivariana, al lado del presidente Nicolás Maduro, con la unidad, pero denunciando a los que realmente se han convertido en traidores con sus prácticas corruptas.

 

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Ciudad Valencia / Dámaso Pérez