¿Sabías que las serpientes tienen clítoris?. Por primera vez, un equipo de científicos de la Universidad de Adelaida (Australia) han localizado la zona erógena en nueve especies diferentes de serpientes.

Y resulta que las serpientes no solo tienen clítoris sino que poseen dos hemiclítoris o pseudoclítoris ocultos en la parte inferior de la cola y separados por tejido.

Los investigadores afirman que es probable que estos pseudoclítoris les aporten placer a las serpientes durante el apareamiento, ya que están compuestos por haces de nervios sensibles.

En el clítoris humano podemos encontrar la mayor cantidad de terminaciones nerviosas en el cuerpo femenino: nada más y nada menos que más de 10.000 fibras nerviosas y son las que posibilitan en su mayoría el orgasmo femenino.

 

Pues las serpientes hembra también cuentan con uno similar, cuya descripción anatómica del clítoris o hemiclítoris ha sido expuesta por primera vez en un trabajo publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B.

«Abre nuevas preguntas sobre la dinámica del apareamiento de serpientes e inicia nuevas conversaciones sobre otro lado de la historia que nos hemos estado perdiendo, que es la anatomía femenina», expone Jenna Crowe-Riddell, coautora y Investigador Postdoctoral en Neuroecología en La Trobe University.

 

Los investigadores observaron nueve especies de serpientes y pudieron identificar estructuras formadas por nervios y tejido eréctil: la receta para un clítoris funcional. Curiosamente, las nueve especies incluidas en el estudio muestran una gran variación tanto en el tamaño como en la forma de los hemiclítoris.

Otro análisis mostró que los órganos tenían «montones de nervios» a lo largo de ellos, dice Folwell, lo que sugiere que probablemente tengan una sensibilidad táctil sustancial. Al igual que los clítoris de otras especies, el de la serpiente mostró un suministro de sangre robusto.

Los autores creen que los hemiclitoris pueden ser estimulados durante los comportamientos de cortejo y apareamiento, como cuando se juntan las colas. Esto puede hacer que la hembra sea más receptiva, fomentando un apareamiento más prolongado y frecuente y mejorando las posibilidades de fertilización.

Se abre un nuevo mundo anatómico.

 

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