El espectáculo bochornoso que está dando Estados Unidos con sus elecciones presidenciales no deja al mundo indiferente. El planeta entero se mantiene en vilo mientras esperan los resultados electorales, que se producen con una pasmosa lentitud, generando angustia, temor, y mucha pero mucha indignación en los ciudadanos norteamericanos.

Pero además de la indignación, en el mundo entero ha causado una montaña de memes, comentarios y chistes el hecho de ver cómo para la mayor superpotencia del mundo es más fácil poner un presidente en otro país que en el propio, además de la lentitud, la fragilidad y la poca confiabilidad de sistema electoral de quien se autoproclama como la mejor y más sólida democracia del mundo.

 

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En ese sentido, apenas unas pocas horas de haberse cerrado los centros electorales y de haber iniciado los conteos, ya el actual presidente Donald Trump advertía que no reconocería los resultados si éstos no les eran favorables… copiando el estilo al que ya nos tiene acostumbrados la oposición venezolana: reconocer cuando ganan, desconocer cuando pierden.

Pero por si fuera poco, en otro de los arrebatos de locura del mandatario estadounidense, se atrevió a declarar a los medios de comunicación de su país su victoria, autoproclamándose (Guaidó dixit) como presidente interino, encargado, único y plenipotenciario de los Estados Unidos, volando de un zarpazo lo poco que quedaba de democracia en ese país, dividido y polarizado como nunca gracias a Trump y sus conductas de patán de barrio.

Sí, como lo lees, a EEUU le salió su propio Guaidó, pues el catirote Trump con sus arranques y lloriqueos de niño rico seguramente saldrá en alguna plaza de Washington o los niuyores a autoproclamarse presidente de gringolandia ante la ilegitimidad de las elecciones de su sistema bien confiable y ‘pipirisnai’… Total, si ya Guaidó y Añez iniciaron la moda de las autoproclamaciones, el magnate no puede quedarse atrás, o sea, jelou.

Eso sí, parte de razón tiene Trump en criticar el que quizás sea el sistema electoral más anticuado, ilegítimo y retrógado del mundo: un sistema donde solo existen dos partidos, donde el voto popular no cuenta, donde se puede votar por correo, votan los muertos y de paso, se contabilizan los votos con papeletas manuales… una por una.

El hecho de que Trump critique y ponga en duda las elecciones desató una ola de comentarios en el mundo, pero a la vez generó el silencio más grotesco de quienes se han encargado de atacar una y otra vez el sistema electoral venezolano y al resto de las democracias progresistas en América Latina.

¿Dónde están Luis Almagro y su OEA complaciente? Lo más seguro es que estén esperando los resultados de los conteos para ver a quién le van a cumplir las órdenes y por eso es que el servil secretario de la OEA no ha dicho ni pío sobre el supuesto fraude.

Tampoco ha hablado la Unión Europea, ni Michel Bachellet, quienes no tardaron ni un segundo en cantar fraude en Bolivia, cuando Evo Morales triunfó en unas elecciones totalmente válidas, tal como luego se comprobó con el posterior triunfo arrollador de Arce.

Lo cierto es que a varios días de terminadas las elecciones en Estados Unidos, aún esperamos para ver quién será el próximo verdugo de las democracias en el mundo y quién será el próximo sancionador intergaláctico… total, sea Biden o sea Trump, el nombre es lo de menos cuando se trata de callar las voces de los pueblos.

Como diría mi abuela; salga sapo o salga rana, en Venezuela y el mundo no tenemos muchas esperanzas de que la política exterior de EEUU mejore, aunque sea un poquito.

 

Ely Reyes