En este 65º Salón Michelena, inaugurado formalmente por el presidente Nicolás Maduro el pasado viernes 29 de septiembre, en las instalaciones del Museo de la Cultura de Carabobo, pueden verse obras que remiten a movimientos del siglo XIX y del siglo XX; se pueden apreciar obras impresionistas, cubistas, surrealistas, del realismo y, por supuesto, el arte contemporáneo.

La obra de Franklin Fernández, “Trompos alados”, por ejemplo, es un ready-made (propuesta de Marcel Duchamp en 1917); inició como un arte de protesta, de oposición al arte oficial académico y fue replicado por los dadaístas Man Ray y Francis Picabia.

 

Julio Linares: «El autómata».

La obra “Retrato a joven caletero”, de Ismael Paredes, es un guiño al Pop Art, inspirado en la estética de la vida cotidiana y los bienes de consumo; en este caso se trata de retratar el traslado de las piezas de ganado a las carnicerías, pero sin intentar hacer un hiperrealismo, sino más bien, como en el Pop Art, empleando planos de colores intensos y fluorescentes.

En lo que respecta al posimpresionismo, se puede apreciar la obra “Postal urbana #6” de Rubén Méndez, la cual se acerca mucho a la obra de Toulouse-Lautrec. Dentro del expresionismo abstracto nos topamos con una obra, que indudablemente nos remite al pintor estadounidense Jackson Polock, nos referimos a la obra titulada “Luchador incansable” de Pietro Cincotti Dorazio; mientras que la obra de Julio Linares, “El autómata”, definitivamente es una obra de arte contemporáneo, de este momento que atiende a todas las circunstancias que envuelven al ser humano del siglo XXI, así como la obra de Zárate, que nos remite a nuestra cotidianidad de identidad venezolana, un rincón de nuestras casas.

 

Jorge Dager: «Niño por siempre».

La obra de Jorge Dager, “Niño por siempre”, sin lugar a dudas, es un bodegón, pero sin imitar el arte holandés del siglo XVII (que es cuando empezó a considerarse como un género en la pintura), el aporte contemporáneo, en el caso de Dager, son las canicas dentro de las tazas; esas metras son los objetos que inspiran el título de la obra y que nos remiten a los juegos de calle de la infancia.

Néstor Carrera, Denny Muñoz, Alexandra von Fedak, Silvia Salazar y Jason Galarraga nos muestran un arte netamente conceptual, no retiniano, sino que invita al pensamiento, más allá de la obra como objeto físico o material.

La obra de Dante Ziliani rompe con la mayoría de los estereotipos de los movimientos artísticos del siglo XIX y XX, no obstante, nos hace recordar la serie de Oswaldo Vigas titulada “Las brujas” y, más recientemente, la obra de José Moreno, ambos artistas valencianos.

 

Dante Ziliani 2
Dante Ziliani.

También podemos encontrar obras que nos remiten al surrealismo: sueños, fantasías, ensoñaciones, inconsciencia y falta de lógica (son características de este movimiento), tal es el caso de la obra de Johan Galué “En mi habitación siguen apareciendo cosas” y la de Mario Colina “Extraviada en mi propio espejismo”.

En términos generales, en el 65º Salón Michelena predomina, sorprendentemente, el arte figurativo. La abstracción está presente, pero en menor cuantía. Es importante reconocer la presencia del arte ingenuo (también conocido por los europeos como “naif”); una decena de obras de diferentes regiones del país que enaltecen al arte popular y costumbrista, en este sentido podemos nombrar a Jesús Robles, Walter Rocha, Víctor Pachano, Luis Romero, Bárbara Colmenárez, Tilvio Zaffalon, Heber Andrades, Luis Méndez y Leonardo Revilla.

 

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Johan Galué: «En mi habitación siguen apareciendo cosas».

 

Nos complace saber que las artes del fuego también tienen cabida en este importante salón de artes visuales: Alicia Feaugas con su obra “Vaivenes agitados” (vitrofusión), Javier Level con “El ocaso de un beso, tres visiones sobre Poleo” (instalación), Lorena Cárdenas y su obra “El grupo”; Andreína Franceschi, quien presenta en cerámica esmaltada la obra “Oro”; Vinia Winckelmann con la “Serie Desde el útero”, Nena Machado con “Iguana reflejada”, Luisa Menge Graf con “Minimalismo etéreo” (vitrofusión) y, finalmente, el colectivo conformado por Claudia Romero, Homero Palacios y María Naia, quienes nos brindan una cerámica escultórica titulada “Momentos”.

 

Luz Colmenárez
Luz Colmenárez.

 

En resumen, en este 65º Salón Michelena se encuentra una amplia representación de la actividad artística en Venezuela que abre una ventana, no solo al público en general, sino a la crítica del arte, por lo cual compartimos la opinión del crítico de arte Willy Aranguren (2000), cuando apuntó: “…el Salón Michelena ha servido para calibrar, medir, juzgar y comparar las artes venezolanas”.

 

La obra “Miranda en la Carraca” de cuerpo presente

En vista de la larga ausencia del Salón Michelena (15 años), el Comité Organizador, presidido por Nathaly Bustamante, propuso que esta edición 65 contara con un hilo conductor que permitiera a las nuevas generaciones conocer a cabalidad todo lo relativo al Salón Michelena.

La idea fue presentada al gobernador Lacava y la misma se enriqueció con un aporte importantísimo: traer obras originales de Arturo Michelena. Es así como, por primera vez en la historia, se exhibe en Valencia una de sus obras más emblemáticas, como lo es “Miranda en la Carraca”, es una experiencia por demás emocionante.

 

65º Salón Michelena-inauguración-Presidente Maduro-Gobernador Lacava-Ministro Villegas
El original «Miranda en la Carraca» enmarca el encuentro entre el presidente Nicolás Maduro, el gobernador Rafael Lacava y el ministro Ernesto Villegas.

 

De tal manera que se estableció un guion museológico en la Sala Amarilla, la cual se titula: “Sala Arturo Michelena”/ Lastenia Tello y Miranda en la Carraca (obras fundamentales) + Invitados; en donde se expone, en el ala izquierda, una serie de reproducciones de obras de Arturo Michelena como Carlota Corday rumbo al Cadalzo, El niño enfermo y La muerte de Sucre, seguidas de las originales: Retrato de Lastenia Tello y Miranda en la Carraca.

 

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El artista marabino Gregorio Boscán ante su obra «Agua de magenta».

El ala derecha, por su parte, muestra una serie de obras de artistas ganadores del Salón Michelena, representativos del siglo XX, específicamente de las décadas del ‘50, ‘60, ‘70, ‘90 y principios del siglo XXI. En este sentido, el público podrá apreciar las obras ganadoras de Braulio Salazar, Oswaldo Vigas, Wladimir Zabaleta, Néstor Alí Quiñones y Gregorio Boscán, este último ganador del 64º Salón Michelena en 2008.

En los corredores del museo, el público podrá conocer un poco sobre la historia de los salones de arte en Europa y Venezuela. No hay que olvidar, a fin de cuentas, que el contacto de los artistas con el público es de vital importancia para el desarrollo de las artes visuales, y los salones son el espacio ideal para que esto ocurra, es un hecho social y cultural.

 

El Salón Michelena a 80 años de su creación

En el año 1943, un grupo de personalidades ligadas al mundo de la cultura, en la ciudad de Valencia (estado Carabobo), entre ellos, el poeta Julio Morales Lara y el artista, docente y animador cultural Antonio Edmundo Monsanto, convinieron en organizar un Salón de Arte con sede regional, que viniera a competir o ser una contraparte del Salón Oficial Anual de Arte Venezolano, creado en caracas en el año 1940.

Este Salón llevaría por nombre “Arturo Michelena” en conmemoración y como un justo homenaje al insigne artista valenciano. Para ello contó con el auspicio del entonces presidente del estado Carabobo, Tomás Pacanins, quien por Decreto de Estado acordó conmemorar los cuarenta años del fallecimiento de Arturo Michelena con la creación de un concurso anual y un premio monetario en bolívares para la obra o el artista más destacado del evento.

Nadie puede negar que el Salón Michelena es uno de los hechos culturales de mayor importancia en la historia del arte venezolano del siglo XX, el único que se mantuvo ininterrumpido por más de medio siglo, a lo que se suma que fue el primer salón de carácter nacional inaugurado en una ciudad del interior, fuera de Caracas.

Luego de revisar la historia del Salón y de todos los artistas que pasaron por sus espacios expositivos, sin importar si obtuvieron premios o no, el Salón Michelena ha mostrado y ha impulsado a los artistas más representativos del país, lo que, en definitiva, es la esencia de un salón de artes visuales.

Sin embargo, a partir del 2008, se produjeron una serie de inconvenientes que van a interrumpir, por primera vez, la producción del Salón Michelena; un hecho que se ha debatido en diferentes espacios públicos y que consideramos irrelevante describirlo aquí, porque lo que realmente importa es que, con mucho acierto, el gobernador Rafael Lacava, su esposa Nancy de Lacava y Nathaly Bustamante, al frente de la Secretaría de Cultura, decidieron retomar la idea de Tomás Pacannis, 80 años después del glorioso decreto que acuerda la creación del Salón Michelena.

 

 

No le fue fácil a este gobierno poner en marcha la convocatoria, porque en medio de la idea había que establecer el espacio expositivo del 65º Salón Michelena, y es así como se designa al Museo de la Cultura de Valencia como sede del nuevo lanzamiento del certamen artístico más importante de Venezuela.

Una maravillosa intervención se llevó a cabo, se reacondicionaron los pisos del museo y las cuatro salas, aunque al principio solo había presupuesto para dos. Reparar los techos fue una de las tareas más difíciles, porque había que resolver un problema de vieja data referido a las filtraciones; esto nos hace recordar un hecho ocurrido en el año 1982, específicamente el jueves 21 de octubre, cuando se estaban haciendo los preparativos del 40º Salón, surgió un fuerte aguacero que debilitó el techo de la sede de entonces, el agua entró al depósito de la colección, afectando siete obras de los artistas César Rengifo, Iván Petrovszky, Pedro León Castro, Raúl Moleiro, Régulo Pérez, Luis Guevara Moreno y Alejandro Otero.

 

Personal de la GAN
Especialistas de la Galería de Arte Nacional (GAN).

 

La Galería de Arte Nacional (GAN) prestó entonces todo su apoyo y las obras fueron restauradas. Y en esta nueva etapa del Salón Michelena, la GAN, por medio de Clemente Martínez, ha sido fundamental para la realización de esta edición 65.

En cuanto a la convocatoria del Salón, la misma arrojó la postulación de más de 800 obras, de las cuales 248 fueron admitidas tras la revisión de un experimentado jurado, que cuenta con museólogos (miembros del Consejo Internacional de Museos, capítulo Venezuela, adscrito a la UNESCO), y otras personalidades de gran peso ligadas al mundo de las artes.

 

Argenis Agudo (Museólogo, Director de Patrimonio Cultural de la Gobernación de Carabobo) / Fotos de las obras participantes: Argenis Agudo