“Verdades y política en tiempos de crisis” por José Ramón Rodríguez

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“Cuan vulnerable es todo el entramado de los hechos en lo que pasamos nuestra vida diaria, siempre está en peligro de ser agujereado por las mentiras de los individuos o despedazada por la mentira organizada de grupos, naciones o clases”
Hannah Arent: Mentira en la Política.

 

Es sencillamente cierto, una de las principales fuerzas que ha dirigido al mundo ha sido la mentira. Políticos, religiosos, aparato escolar y cultural han logrado el consenso social con la organización de “grandes mentiras creíbles”, originando y orquestando los mega-fraudes de la historia mundial.

La organización del miedo en la población adquiere múltiples formatos y mecanismos, desde la expresión del miedo escatológico (fin de mundo), aparición de demonios y purgatorios, hasta la modernas teorías de las más insospechadas  conspiraciones.

Ciencias ocultas, sociedades secretas y las conjuras cósmicas son alucinantes pesadillas; amor, pasión, muerte, dudas, satanismo y perversión de lo humano, amenazas de guerra nuclear, virus desarrollados en laboratorios constituyen la agenda que los profesionales de la mentira nos organizan para mantenernos preocupados y ocupados en el afán diario de novedades para la sumisión.

Por otro lado, agregamos que política y verdad nunca han tenido buenas relaciones, han sido una pareja tormentosa a lo largo del tiempo. Negar que la mentira en el discurso y habla política ha sido una fuente inagotable de todo tipo de excusas y justificaciones, en el modo de practicar y hacer política, sería una burda interpretación de la realidad.

Campañas electorales, planes de gobiernos, lucha contra la corrupción, llevar las investigaciones hasta las últimas consecuencias, la construcción de la amenaza enemiga, son verdades frágiles de los dirigentes políticos, no importa la procedencia del bando.

En tal medida, la verdad, como virtud de lo público, ha dejado de ser cualidad sustancial en el orden político. Busquen un ejemplo en nuestros gobiernos de América Latina y el Caribe, para mayor ilustración evalúen al gobierno de los Estados Unidos en su política exterior, porque la interna es asunto de ellos.

 

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Verdades históricas, triviales, verdad paradójica, verdad oculta, racional absoluta, eso construyen los profesionales de los grandes medios, quienes mantienen el consenso cultural y político de lo anormal como normalidad.

Intelectuales, psicólogos, lingüistas se convierten en tanques de razones y pensamientos, para convertir la costumbre y el hábito en un modo de ciudadanía política. La búsqueda frenética de la verdad está asociada con nuestra compresión de la existencia y convivencia humana.

La veracidad de hechos y acontecimientos, la fluidez de opiniones y visiones compartidas para salvaguardar la credibilidad y transparencia de proyectos políticos son el pivote de un resurgir protagónico como pueblo y ciudadanía; tener el valor para servirnos de nuestro propio entendimiento, sin vernos manipulados por intereses de poder. Por sus obras y propuestas deberéis juzgarlos.

 

José Ramón Rodríguez (Entre Luces y Sombras: Ética-Filosofía-Cultura y Comunicación)