La mejor fotografía del año es “Niña llorando en la frontera”, según el concurso World Press Photo 2019 que fue captada por el estadounidense John Moore para la agencia Getty en el momento en que la policía fronteriza en McAllen, Texas, revisaba a Sandra Sánchez el pasado 12 de junio de 2018.

 

La mujer hondureña soporta como es cacheada por los policías mientras su hija Yanela, de dos años, veía el momento.

En seguida, la foto se convirtió en viral y pasó a ser un símbolo de las familias de migrantes que estaban siendo separadas en la frontera por orden del Gobierno de Donald Trump.

 

Según el Servicio de Protección de Fronteras de EE.UU., la niña no fue separada de la madre, pero no impidió que la fuerza de la imagen cruzara fronteras y fuera apenas un vistazo de lo que le ocurren a cientos de niños.

 

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La niña migrante que lloraba en la frontera entre México y Estados Unidos, una captura de la caravana que buscó romper muros contra las políticas de «tolerancia cero» del presidente Donald Trump, tomada por el estadounidense John Moore, ganó el World Press Photo a la fotografía del año.

 

El jurado de la 62º edición de estos galardones consideró la imagen como «la foto de prensa mundial del año» y celebró que haya representado «una protesta pública por la polémica práctica» propuesta en Estados Unidos de separar a los menores inmigrantes de sus padres.

 

Algo que no llegó a ocurrir a la protagonista de la foto de Moore, la niña Yanela Rodríguez, que viajaba con su madre Sandra.

Yanela/CiudadVLC
La foto ganadora: Sandra Sánchez es cacheada por los policías mientras su hija Yanela llora desconsolada.

 

Se trata de una imagen «sorprendente, única, relevante, memorable», en palabras de Whitney C. Johnson, presidenta del jurado de este concurso, que otorga la máxima distinción del fotoperiodismo a nivel mundial.

 

«Te dice mucho de la historia de forma inmediata y, al mismo tiempo, realmente te hace sentir conectado con lo ocurrido. Esta foto muestra un tipo diferente de violencia, la psicológica», añadió Alice Martins, fotoperiodista y miembro del jurado del World Press Photo.

 

Moore capturó la fotografía la noche del 12 de junio de 2018 al sur de Texas, en una zona conocida como el valle del Río Grande, en la frontera entre México y Estados Unidos.

 

El fotógrafo estadounidense viajaba con un grupo de agentes fronterizos cuando se topó con varias familias, «más de una docena de personas» que marchaban hacia Estados Unidos, pero que fueron trasladadas por los funcionarios de frontera a un centro de solicitantes de asilo, explicó Moore.

 

La protagonista de la foto es una niña asustada, que lloraba mientras era arrestada por los agentes, después de caminar desde Honduras, junto a su madre, durante un mes.

 

Fue detenida, al igual que el resto de migrantes, y fueron obligados a entregar sus pertenencias personales, documentos e incluso los cordones de sus zapatos, y dejando en el aire su anhelo de llegar a EE.UU.

 

Moore, fotoperiodista de Getty Images, aseguró que esa noche pudo ver en los ojos de esa niña y, «desde el principio, que tenían miedo, porque era tarde y seguramente (afrontaban) una situación inusual para la mayoría de ellos», pero asegura que, al menos en su presencia, los agentes de la Guardia de Fronteras «trataron bastante bien» a aquel grupo de migrantes.

 

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Cuando un agente tuvo que registrar a Sandra, la madre de la pequeña, ella dejó a su hija de dos años en el suelo y esta comenzó a llorar sin consuelo por miedo a que la separaran de su madre.

 

Ese fue el momento en el que Moore tomó la fotografía que, tras ocupar portadas de grandes medios de comunicación, entre ellos la revista Time, le valió hoy el World Press Photo.

 

Para este fotoperiodista, la imagen representa «un ejemplo visual de la política de tolerancia cero» del Gobierno de Estados Unidos.

 

Y aunque nada asegura que el éxito de su foto sirviera para presionar al presidente estadounidense, Donald Trump, para que se retractara de su decisión de separar a los niños de sus familias, la fotografía sí le molestó.

 

El equipo de Trump consideró «vergonzoso» que se hubiese utilizado la imagen de una niña llorando para denunciar esa medida.

Moore ha ejercido fotoperiodismo en al menos 65 países y sus fotografías fueron publicadas a nivel internacional durante 17 años, hasta que decidió volver a su Estados Unidos natal en 2008 para especializarse en inmigración y fronteras.

 

En la misma línea que la noticia que representa la fotografía ganadora, el jurado del World Press Photo también eligió como «historia periodística mundial del año», la serie «La caravana migrante», de Pieter ten Hoopen.

 

La historia documenta «la mayor» marcha de inmigrantes del año, con hasta 7.000 viajeros, incluyendo al menos 2.300 niños, según cifras de la ONU.

 

La caravana, organizada a través de una campaña en las redes sociales, salió de San Pedro Sula, Honduras, el 12 de octubre, y con la propagación de la palabra se trasladó a la gente de Nicaragua, El Salvador y Guatemala, ocupando portadas en todo el mundo y levantando las críticas contra las políticas xenófobas de Trump.

 

«La edición de la historia tenía que ser bastante fuerte y la narración debía estar ahí con diferentes elementos de escenario», dijo Johnson sobre la serie fotográfica elaborada por Ten Hoopen, fotoperiodista especializado en guerras y crisis humanitarias desde 2004 y fotógrafo de la Agencia VU en París.

 

Ciudad VLC / Tomado del Diario El Telégrafo

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