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María Alejandra Rendón, autora de la columna Nos (Otras)

Yulimar Rojas ha puesto su nombre para siempre el el mundo del atletismo. Mencionarla es reconocerla como la más grande atleta venezolana de todos los tiempos. Ello se traduce en su colección de medallas, pero, principalmente, en su consecuente dedicación a crecer y continuar mereciendo cada presea, porque ella es toda dedicación y entrega.

Yulimar no tiene precedentes en la historia deportiva hasta la fecha. Es un fenómeno, sí, construido con trabajo y disciplina.  Nos ha dejado entrar en su vida a través de sus redes sociales con su carisma y su alegría desbordantes. Ella baila, canta, pasea, contagia con su esencia caribe y nos muestra de qué se trata su exigente rutina de preparación.

Su chispeante personalidad está regida por la humildad, el carisma,  el buen humor, la energía,  la fortaleza y  el compromiso, también por un esfuerzo enorme y sostenido desde el inicio de su exitosa carrera. Yulimar Rojas, la nuestra, la diosa del atletismo, ha logrado construir una impecable trayectoria gracias a la dedicación sobresaliente, tanto de ella como de  sus asesores y equipo acompañante. Sus logros son incuestionables, pues, ha regalado muchas alegrías al país como no lo ha hecho atleta alguna.

En fecha reciente fue la protagonista de una acción épica. Cuando el escenario de Budapest (Hungría) no la favorecía del todo, no faltaron quienes auguraron el declive de su carrera deportiva. Yulimar no ha dejado de ser Yulimar: una muchacha humilde, oriunda del estado Anzoátegui, que viene de enfrentar todos los obstáculos y los avatares de la pobreza y todo lo que implica construir una impecable carrera en medio de la carestía más profunda. Una vez despegó la misma, no hubo retorno; se ha tratado siempre de un ascenso continuo y prometedor. A pesar de los decretos a priori de su ocaso deportivo y contra el más desalentador pronóstico, dejo claro que ella lidera la pista cuando se trata de triple salto.

Una vez más  las aves de mal agüero, esas que han cuestionado sus decisiones personales, su vida, su color, su franqueza y su desparpajo, y han sido mezquinos a la hora de celebrar su inspiradora y ejemplar carrera,  se quedaron con los crespos hechos. En el último intento, cuando ya se creía que no conquistaría el podio, logro un vuelo de 15.08 metros que la pondría a bailar encima del número uno vistiendo el tricolor nacional y consiguiendo con ello su cuarto título de manera consecutiva. Sin duda se trata de una atleta que está decidida a mantener el nombre de nuestro país y su carrera en la cima.

 

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Tras esta hazaña, Yulimar también se convierte en la atleta número 21 de la historia en ganar al menos cuatro medallas doradas en pruebas individuales. Lista que lidera en jamaiquino Usain Bolt.

Siempre celebraré su carrera, sus logros, sus fallos, porque es realmente un ser inspirador y sensible que ha sacado lágrimas de felicidad a la mayoría de los venezolanos y venezolanas. También nos ha puesto los “pelos de punta” y  a “brincar en una pata” de purita alegría. Yulimar, siempre espontánea, agradecida y  efusiva a la hora de manifestar el amor por su país, por los suyos, por su equipo de trabajo, por las instituciones deportivas que la han acompañado por más de una década, es un claro ejemplo de tenacidad, voluntad y amor. Gracias Yuli, me enorgullece que seas nuestra campeona mundial y, además, un excepcional ser humano.

 

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María Alejandra Rendón Infante (Carabobo, 1986) es docente, poeta, ensayista, actriz y promotora cultural. Licenciada en Educación, mención lengua y literatura, egresada de la Universidad de Carabobo, y Magister en Literatura Venezolana egresada de la misma casa de estudios. Es fundadora del Colectivo Literario Letra Franca y de la Red Nacional de Escritores Socialistas de Venezuela.

PREMIOS

Bienal Nacional de Poesía Orlando Araujo en agosto de 2016 y el Premio Nacional de Literatura Stefania Mosca 2019 en poesía.

PUBLICACIONES

Sótanos (2005), Otros altares (2007), Aunque no diga lo correcto (2017), Antología sin descanso (2018), Razón doméstica (2018) y En defensa propia (2020).

 

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