Como todos los 18 de noviembre, desde hace 313 años, los zulianos celebran entre oraciones y gaitas la aparición de la Virgen de Nuestra Señora de Chiquinquirá o la Chinita, como también le dicen sus feligreses, quienes este día la acompañan en su procesión por las calles de la parroquia que lleva su nombre.
Cuenta la historia que una anciana de nombre María Cárdenas, quien se dedicaba al lavado de ropa ajena, se encontraba en su faena cuando vio en las orillas del Lago de Maracaibo una tablita flotando, la cual recogió para usarla para tapar la tinaja de agua que tenía en su casa.
Cuenta la historia que María al limpiar la pequeña tablita de 26 centímetros de ancho por 25,3 de largo que llegó entre los marullos del estuario zuliano, notó una imagen borrosa que asoció con símbolos religiosos, por lo que decidió colgarla en una de las paredes de su humilde casa.
Fue en 1709 cuando probablemente entretenida en los quehaceres del hogar, escuchó un golpeteo en la pared, que tomó en cuenta en la tercera oportunidad y guiada por el sonido fue hasta la tablita, que tras ser borrosa ahora se dejaba ver iluminada y se detallaba en ella una Virgen con un niño en los brazos y a los lados dos santos.
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¡Milagro! ¡Milagro!, exclamó María inclinándose a la Virgen que hace más de tres siglos es la madre espiritual de los zulianos, quienes le agradecen, le piden favores, le oran, le componen y le cantan.
Luego de la serenata que gaiteros y pueblo le dieran desde la noche de este jueves 17 hasta el amanecer de este viernes 18, sus devotos se congregan desde muy frente a la Basílica para asistir a las 5:00 de la tarde a la eucaristía pontifical de la solemnidad de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, para luego, en los hombros de los Servidores de María, salir en procesión.
La misa será presidida por Monseñor Edgar Peña Parra, sustituto de la Secretaría de Estado Vaticana para Asuntos Generales de la Santa Sede.
Ciudad Valencia / AVN
