Burras y Burriquitas de Naguanagua, estado Carabobo
En 2016 el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) declara oficialmente a las “Burras” y “Burriquitas” como Patrimonio Cultural de Rango Nacional y el 30 de septiembre como el Día Nacional de las Burriquitas”.
Pedro Riera, Bailador de Burra y Burriquita de la parroquia Miguel Peña, municipio Valencia, estado Carabobo (Video: MinCultura Carabobo).

 

Sus orígenes se remontan a los tiempos de la colonia, en un sincretismo entre las comunidades indígenas y los esclavos africanos, donde, como toda manifestación cultural, ésta ha adoptado elementos distintivos según la zona en la que se practique.

En esta tradición existen ciertos patrones que se repiten a lo largo y ancho de nuestro territorio nacional como el uso de camisa blanca para los hombres y faldas de colores para las mujeres, quienes danzan sobre una burra elaborada con una armazón cubierta de fieltro y algodón.

Si bien, cada 30 de septiembre se celebra esta festividad, en las calles de ciudades y pueblos, tanto del Occidente como del Oriente de Venezuela salen a las calles “burriquitas” durante el período decembrino y las actividades carnavalescas.

 

Burras y Burriquitas de Naguanagua, uno de los municipios del país donde más se arraigó la tradición

 

¿Por qué se declararon como Patrimonios a las Burras y las Burriquitas?

Según una publicación del Consejo Nacional para el Desarrollo de las Comunidades Afrodescendientes de Venezuela, Conadecafro, «en Caracas la manifestación de la Burriquita se dio a conocer en la Fiesta de la Tradición de 1948. El término es indiferente pero hay dos momentos para el uso de estos términos: ‘Burriquita’ se utilizó desde la llegada de los conquistadores hasta 1982, pero a partir de ese año la agrupación Un solo pueblo lanza el álbum discográfico Viva Venezuela y allí estaba la canción Préstame tu Burra, que es una parranda y tema musical emblemático que acompaña desde entonces la manifestación que a partir de ese momento se denomina ‘Burra’.

 

Maestros, Cultores, Bailadores y Pollinos

Dentro de la práctica de esta tradición se desprenden las siguientes categorías:

  • Maestros de Tradición: Más de 30 años bailando la Burra.
  • Cultores: 15 y 25 años bailando la Burra.
  • Bailadores: Entre 9 y 12 años bailando la Burra.
  • Pollinos de Generación: Son los niños y niñas de los colectivos en los 12 estados que bailan la Burra y son generación de relevo.

 

Personificar a una mujer es la reivindicación de su género

Las Burras y Burriquitas se caracterizan por su vistosidad, exteriorizada en el colorido de sus vestuarios y el festejo lleno de música que alegra el paso de quienes las acompañan. El personaje de la Burra es un disfraz de la cabeza, lomo y cola de este animal que se fusiona con el vestido de una mujer que lleva un gran sombrero y largas trenzas, sobre el cuerpo de quien la monta. El personaje que monta la Burra es una mujer (no importa el género de quien la personifica), y es una ruptura de la visión machista de la mujer como objeto de satisfacción y reproducción.

Personificar a una mujer es la reivindicación de su género, más allá de lo burlesco que pueda ser ver a un hombre maquillado y con moños de mujer. Es un atuendo lleno de colorido y mientras la Burra va avanzando, va bailando al ritmo de la música de parranda abordando con una gran sonrisa a las personas que se animan a acompañar los recorridos que ellas hacen por las calles.

 

Vinculación de las Burras y Burriquitas con la Afrovenezolanidad

La tradición cultural de las Burras y Burriquitas es una de las principales manifestaciones adoptadas por comunidades indígenas y de esclavizados africanos en Venezuela durante el período de la colonización española y su mayor momento de despliegue se hace desde aquellos tiempos, en épocas de Carnaval, durante las celebraciones de los santos patronos, antes de la Semana Santa o en Navidad.

Las Burras y Burriquitas se vinculan con los pueblos afrodescendientes de Venezuela al constituirse como algunas de las tradiciones con más cantidad de practicantes en municipios de población afro.

En el proceso de misiones y encomiendas que se realizaron en el país para la fundación de los pueblos, la Burriquita se quedó en la región centro norte del país en los estados Miranda, Vargas, Carabobo, Aragua, Distrito Capital y Yaracuy, zonas que tenían el monopolio comercial de personas en condiciones de esclavizados.

En estos estados, la presencia de nuestros grupos afrodescendientes en las manifestaciones se destacaba; los mantuanos impulsaban la Fiesta del Carnaval y el afro utilizaba estas fiestas para romper esquemas y reglas, momentos de relativa libertad que los esclavizados aprovechaban. El Carnaval era pues un momento para la protesta y la resistencia.

La influencia afro permitió que en la región centro norte la tradición de la Burra se enriqueciera con la música de parranda, donde los instrumentos afro tienen mayor influencia. En esa armonía cultural, la manifestación se enriqueció para darle más vivacidad y así los afrodescendientes perpetuaron una de las formas del cimarronaje.

La importancia de la tradición de las Burras y Burriquitas en tiempos de revolución es visibilizar a los maestros de la tradición quienes tienen más de 40 años bailando y que pertenecen a la mayoría de los estados que fueron enclaves de esclavizados en Venezuela. Decretar esta manifestación como Patrimonio Cultural en revolución, fue vindicar y visibilizar el aporte de los afrodescendientes a esta manifestación».

 

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