Hace 126 años, el 5 de noviembre de 1895, nació en París Ana Teresa Parra Sanojo, conocida literariamente como «Teresa de la Parra», escritora venezolana que produjo una de las obras literarias más interesantes de nuestro acervo, dejando en ella un legado no sólo de tipo artístico, sino también de índole feminista.

De ella nos han quedado las novelas “Ifigenia” y “Memorias de Mamá Blanca”, algunos cuentos, así como también su epistolario personal.

 

Orígenes e influencias

Aunque sus padres fueron venezolanos, Teresa nació en París porque en ese entonces su familia se encontraba en esa ciudad, ya que su padre Rafael era cónsul en Berlín. ​ Su familia era parte de la llamada aristocracia venezolana, así como del sector de los terratenientes.

 

Teresa de la Parra-sepia

Pasa una infancia tranquila en la hacienda de caña El Tazón, cercana a Caracas; pero, esa apacible vida se trastoca seis años después, cuando fallece su padre, de forma repentina. Con sólo once años, fija residencia en Europa, donde se instala su familia. En Valencia, España, Teresa es internada en el colegio religioso “Sagrado Corazón de Godella”, donde comienza a interesarse por la poesía.

Teresa de la Parra se siente altamente atraída por poetas de la talla de Gustave Flaubert, Romain Rolland, Marie-Henri Beyle (Stendhal) y Guy de Maupassant; así como por autores contemporáneos, como Maurice Maeterlinck, Pierre Loti, Anatole France u Alphonse Daudet; pero, especialmente por las mujeres francesas escritoras, a saber Marcelle Tynaire, Gyp, Sidonie-Gabrielle Colette y Ana de Noailles.

Su primer poema, escrito cuando tenía 19 años de edad, ganó el primer premio del colegio donde estudiaba y se puede encontrar en el “Boletín del Sagrado Corazón”, que es como se llama el anuario de ese instituto.  Fue un escrito para celebrar el día de la beatificación de la Venerable Madre Magdalena Sofía Barat.

De vuelta en Caracas, los De la Parra viven en una casona situada entre las esquinas de Torre y Veroes, en pleno centro caraqueño. Y aunque, al acudir a las tertulias que se daban en los cafés de la Caracas de principios del siglo pasado, la joven escritora aprendió sobre los modismos del castellano citadino,  no reprodujo estas variantes en sus obras.

 

Periodismo y literatura

Teresa de la Parra incursionó en el mundo de las letras de la mano del periodismo y escribió dos novelas que la inmortalizaron, como son “Ifigenia” y “Memorias de Mamá Blanca”.

Su obra más destacada es “Ifigenia”, donde se atrevió a plantear, por vez primera, el drama de la mujer frente a una sociedad que le subyugaba, prohibiéndole tener voz propia y cuya única “opción” de vida era contraer  matrimonio “legalmente constituido”.

“Ifigenia”  fue publicada inicialmente en 1924. Con esta obra participó en un concurso literario en París, que fue organizado por el Instituto Hispanoamericano de la Cultura Francesa, donde logró el primer premio.

Ifigenia-Teresa de la ParraDe esta manera, comenzó su fama como escritora, la cual creció hasta el punto de convertirse en una de las autoras más destacadas de Latinoamérica, a la altura de Gabriela Mistral, con quien tuvo una estrecha amistad por cierto.

​En el periódico “El Universal” publicó dos cuentos: “Un evangelio indio: Buda y la leprosa” y “Flor de loto: una leyenda japonesa”.​ En la revista “Actualidades”, dirigida por Rómulo Gallegos, publicó asimismo, en 1920, su “Diario de una caraqueña por el Lejano Oriente”, una ficción basada en las cartas de su hermana en sus  viajes. También, ese mismo año, dio a conocer “Mama X” que  ganó un premio especial en un concurso nacional de cuento  del diario “El Luchador”. Fue cuando José Rafael Pocaterra, editor de “Lectura Semanal”, la invitó a publicar “Diario de una señorita que se fastidia”.

En 1929, publicó su segunda novela: “Memorias de Mamá Blanca”, editada en español y en francés.​

 

Teresa de la Parra y el feminismo

Su presencia en el feminismo venezolano comienza cuando es invitada a ofrecer una serie de conferencias en Bogotá, para el año de 1930. En estas conferencias, se refiere a la influencia de las mujeres en la cultura e historia española.

 

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En estas charlas, Teresa de la Parra dio a conocer  asimismo sus ideas acerca del feminismo y decía que las mujeres “deben ser fuertes y sanas, deben trabajar y ser financieramente independientes, y deben considerar a los hombres como a sus amigos y compañeros, no como sus propietarios o enemigos. Ella se llamó a sí misma una feminista moderada, y argumentó que un cambio radical y abrupto no traería estabilidad entre los dos sexos”.

 

Memorias de Mamá Blanca-prólogo AUP

 

Últimos años y muerte

Al final de su vida, Teresa de la Parra pasó muchos años en instituciones médicas; pero, murió frente a sus familiares en una vieja casona de Madrid, en la que no obstante no tuvo la tranquilidad que le hubiera gustado tener. El 23 de abril de 1936, perdió la batalla contra la tuberculosis y el asma.

Originalmente, sus restos estuvieron en el cementerio de la Almudena, en Madrid; fueron repatriados a Caracas, en 1974; y  trasladados al Panteón Nacional, en 1989.​

 

Vicente Gramcko / Ciudad VLC